Bajo licencia de Creative Commons.
El balcón de la literatura
Imaginando la felicidad
Enviado por Administrador el Vie, 25/12/2020 - 20:38.Hortensia Mañas
Por fin estoy logrando dibujar mi propia felicidad. No es que antes no lo hubiera intentado, pero cada vez que estaba acostada en la cama con los ojos cerrados y quería vislumbrar el futuro, algo salía mal.
Si trataba de imaginarme a mis hijos siendo unos seres privilegiados y figuras destacadas en un país con más recursos, como Alemania o Reino Unido, podía verlos con absoluta claridad terminando sus estudios y graduándose con honores, pero ahí me quedaba atascada y ya no avanzaba en mi película de éxitos y popularidad. En consecuencia, nadie me hacía entrevistas para conocer realmente cómo había influido en ellos tener una madre como yo.
Entonces un sentimiento de decepción se instalaba en mi ánimo derribando de una patada todas mis fantasías. Mis dos hijos no parecían unos cerebritos y solo querían mimos y abrazos. En eso acababa el sueño, en que venían a mi cama a besarme, a abrazarme y a pedirme que los acogiera a mi lado, esas cosas de la infancia que se curan con el tiempo.
8 La Cometa: El hijo del viento (Cuento de Navidad)
Enviado por bejar-biz el Jue, 17/12/2020 - 10:07.Amalia Hoya
Cuenta una leyenda que Aysha, la sacerdotisa consagrada al sol, ansiaba tener un hijo contra toda lógica, puesto que le estaba vetado conocer a ningún hombre. Impulsada por la necesidad urgente que la llamaba, suplicaba a su señor, el astro poderoso que dominaba el cielo, que el mismo le engendrara el hijo que tanto deseaba y, cada día, esperaba con impaciencia un milagro imposible.
Apiadado de su locura y enamorado de su belleza, Eolo, el Señor de los Vientos, recogía los gemidos de la sacerdotisa y los guardaba en el Santuario de los Suspiros, dentro de una urna de alabastro. Una noche, Eolo reunió a cuatro de sus hijos: Bóreas, Noto, Euro y Céfiro y destapó ante ellos el recipiente. Los lamentos exhalados por Aysha volaron por el templo, hasta fundirse con Céfiro, el viento del oeste, templado y húmedo que sopla siempre en la primavera. El viento enamorado poseyó a la sacerdotisa dejándola encinta y, poco tiempo después, Aysha dio a luz a un niño hermoso y ligero como la brisa.
La última oportunidad
Enviado por bejar-biz el Dom, 13/12/2020 - 22:49.Por Hortensia Mañas
Sonó el teléfono a primera hora de la mañana. Elena corrió desde la cocina, dejando su tostada sobre la mesa sin probarla.
–¿Doctor Maicas?, sí, dígame. –Escuchó con atención; después, fríamente, contestó,
–Bueno, me lo imaginaba. Lo voy a dejar, doctor. No vale la pena… Sí, desde luego que podría seguir intentándolo, pero de momento voy a descansar. Todo esto me está alterando demasiado. Gracias por todo y no se preocupe, ya sé que puedo contar con usted si cambio de opinión.
Cortó y regresó a la cocina refunfuñando, para terminar de preparar su desayuno, a pesar de que se le habían ido las ganas de disfrutar su momento preferido del día. Se tomó su tostada, unos frutos secos y un té negro mientras llamaba a su amiga Lola, que tanto había insistido en que siguiera un tratamiento de fertilidad con un médico de su confianza.
Fundas
Enviado por bejar-biz el Lun, 16/11/2020 - 12:00.Hortensia Mañas
Estoy deprimida. Me siento frágil y excesivamente vulnerable mientras observo la funda bien armada de mis gafas de lectura sobre el escritorio. De pronto acaparan mi atencion. Son unas gafas graduadas con las que me siento bien y el envoltorio te deja ver con claridad la marca.
En la playa me compré unas gafas baratas en el mercadillo de los sábados. La funda era de plástico, débil y útil tan solo para transportar el objeto, no para evitarle el dolor o la rotura. Creo que me acerco mas a esta versión del objeto y me deprime todavia mas pensar que no merezco una funda mejor.
El destino de las fundas es proteger los sofás, las sillas, los libros, los dientes, los móviles, los bolígrafos, los zapatos en los hospitales, los instrumentos musicales, las tijeras de costura, las armas, las cámaras de fotos o los ordenadores, los abrigos de pieles, las mesas de jardín, el dinero, los colchones y las almohadas, las tablas de planchar, las mascarillas o distintas partes de los cuerpos.
7 La Cometa: Muros
Enviado por Administrador el Sáb, 14/11/2020 - 16:00.Amalia Hoya
Leía en el jardín, cuando mi padre llegó con una carretilla llena de ladrillos y de cemento, al parecer dispuesto a levantar un muro, y deduje que consideraba a los nuevos vecinos personas no gratas o, tal vez, escasamente fiables.
Porque, ¿para qué sirve un muro? Pensaba yo con el libro que leía, olvidado en mi regazo. ¿Acaso un muro no es un elemento disuasorio de doble significado? Por un lado, defiende, protege, cerca, define el territorio; por otro, detiene, aleja, evita, elimina al intruso. Desgraciadamente, en ambos casos, comparte el mismo objetivo: un muro aísla, da igual en qué lado estés.
Mientras mi padre trabajaba a toda prisa, además de lamentar su decisión, me entretenía pasando revista mentalmente, a muros célebres: el de Adriano que, además de acotar territorios conquistados, protegía a sus legiones del ataque salvaje de los Pictos.
¡Ah mi Norah Jones!
Enviado por bejar-biz el Mié, 28/10/2020 - 11:43.Hortensia Mañas
Nora Jones no va al hipermercado los sábados por la mañana. Debe comprar alimentos orgánicos en tiendas selectas y ecológicas, tiendas de precios elevados por su calidad y especialización, que ella no tiene en cuenta. Seguramente tiene una cocina más grande que mi casa, donde las puertas de los armarios, de madera noble neoyorkina se cierran en dos fases, sin necesidad de empujar con la mano para que encajen y con esos cajones en los que se pueden colocar las conservas ordenadas, sin confundirlas, para poderlas seleccionar a primera vista.
Seguro que tiene la fruta organizada por colores y las verduras las guarda en espacios suficientemente amplios para que puedan respirar hasta ser cocinadas.
–¿Todo va bien, cariño? El niño se revuelve.
–Si. Ya falta poco para llegar. Es temprano y podremos coger un número bajito en la pescadería. Yo voy allí mientras tú te acercas a la sección de droguería, le digo a mi marido mientras ya veo el aparcamiento.
El Kraken y el Capitán
Enviado por bejar-biz el Lun, 14/08/2017 - 15:46.Para Aurora Wiggins de la Serra
Se ajustó la gorra y ató fuerte el nudo de la vela mayor. Miró las olas y sintió un sudor frío en las manos. El azul claro del arrecife se había tornado oscuro, casi negro. Estaba cerca, el Capitán lo podía sentir. Las gaviotas ya no cantaban, ya estaban lejanas, llegó el silencio y cuando éste llega mar adentro nunca es buena señal. El joven marino que había contratado para esta travesía se apuraba por tensar el último cabo que tintineaba en la proa, el Capitán quería haber hecho esto solo, pero no podía, aquel chico no debía estar allí, el capitán lo sabía, pero no podía enfrentarse a la bestia él solo.
Aquella batalla le había arrebatado el sueño durante semanas, noches enteras mirando al mar sabiendo que era inevitable ese encuentro, sabiendo que sí o sí tendría que escuchar de cerca la respiración del monstruo que le esperaba, el Kraken.
Un grito le sacó de su abstracción y le trajo de nuevo a la cubierta de su barco. El joven marinero señalaba al horizonte, “Lo he visto” gritaba “Lo he visto”. El capitán sacó su catalejo y apuntó hacía el lugar que el joven señalaba con brazo tembloroso. Y allí, en aquel encuadre negro de espejos convexos, un tentáculo púrpura de dimensiones descomunales hizo su aparición sobre la superficie del mar. Como un estilete enfiló al cielo, quizá queriendo decir al capitán que estos eran sus dominios, que aquí eran ellos los extranjeros y que estas aguas sólo tenían un dueño, él, el monstruo marino, la bestia indomable, el kraken.
Versos de verano 4
Enviado por bejar-biz el Dom, 13/08/2017 - 20:24.Por Aurora Wiggins de la Serra
Jamás hubiera imaginado esta pesadilla
Pero estaba ahí, agazapada,
Dispuesta a ser vivida.
Un recodo del camino.
El paseo lento por la laguna Estigia
Envuelta en el azul de Patinir
Navegando a vela de uno a otro costado
Hasta el confín del horizonte
Del propio cuadro,
Algo más luminoso, quizá, hacia las orillas,
Con más trazos blancos,
Allí donde los párpados del agua
Acaban descansando
Sobre el prado verde
O la roca deshuesada.
La travesía, entonces,
Cruzando frente a cuevas
Cargadas de tesoros
El brillo del oro en lo profundo,
Las madreperlas opulentas,
Los cofres desbordados,
Todo ofrecido
Al alcance de la mano desmayada
Que roza el agua apenas
Con la punta de los dedos fríos.
Versos de verano 3
Enviado por bejar-biz el Mar, 01/08/2017 - 15:27.Por Aurora Wiggins de la Serra
Mientras la noche oscura
El mar se vierte sobre el mar y suena sin ser visto,
Sacude y llama,
Estoy pero no estaré siempre,
Con todo su poder repite terco.
Bien puede,
El día que no haya mar, tampoco vida
Ni palabras
Ni nada.
Escucha entonces
Otra canción emergiendo de la espuma.
Cuántas veces elegiste
Alegre y confiada
Cuántas veces dijiste sí o por aquí sigo
Y por allí no
O aquello no me interesa
O no lo amo bastante
O no me arriesgaré, no cruzaré ese río.
Aunque te dejó un escozor en el alma
Lo que pudo ser y nunca fue por tanto
La ventana que no abriste
La lengua que no hablaste
El viaje que no hiciste
El territorio que jamás pisaste.
Versos de verano 2
Enviado por bejar-biz el Dom, 23/07/2017 - 10:07.Por Aurora Wiggins de la Serra
Farrutx desaparecido entre la bruma
En un día tan bello y lento
Se diría que no puede haber tierra alguna más allá del horizonte
Se podría negar la existencia de cualquier isla dibujada en los mapas
Próxima o lejana
Real o imaginaria
Deshaciendo cualquier rumbo que tome el pensamiento
Reteniendo la luz
Remansando el espacio
Respirando levemente
La inabarcable dimensión del frente en la mirada
Todo pálido azul y plata y casi rosa
Apenas palpitante
Cada señal de pulso
Cada latido nuevo imperceptible
El sentido disuelto
La nostalgia cerca
Agazapada
Como un folio rasgado
En blanco
Sin palabras
hace 1 día 18 horas
hace 1 día 19 horas
hace 2 días 9 horas
hace 2 días 13 horas
hace 2 días 13 horas
hace 2 días 15 horas
hace 2 días 19 horas
hace 2 días 20 horas
hace 2 días 20 horas
hace 2 días 22 horas