Bajo licencia de Creative Commons.
El balcón de la literatura
No Concurso "La Cuesta de los Perros II". Cuentos recibidos 1
Enviado por bejar-biz el Jue, 08/10/2015 - 17:36.A partir de la presente edición, Béjar.biz publicará periódicamente los relatos enviados a la segunda edición del No Concurso "La Cuesta de los Perros"; cuyas bases reproducimos más abajo.
Aquellas personas que, deseando participar, no lo hayan hecho aún, podrán enviar sus trabajos hasta el día 30 del presente mes de octubre y éstos serán incorporados a la edición impresa de "La Cuesta de los Perros".
La publicación en Béjar.biz de las narraciones será por el orden en que fueron recibidas.
El averno devorador
Autor: José Miguel Rubio Martínez
Avanzaba sin descanso como una ola hipnótica y aterradora. Los infiernos emergieron a la superficie y la lengua roja y ardiente lamía a cada ser vivo que se le cruzaba para deshidratarlo y convertirlo en cenizas negras y calientes.
Matorrales y árboles crujían y se escondían en un amasijo de carbón centenario que desprendía una nube de pavesas aventadas y erizadas.
Memorable discurso de Juan Goytisolo en la recogida del Premio Cervantes 2014
Enviado por bejar-biz el Jue, 23/04/2015 - 16:34.Discurso de Juan Goytisolo. Ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2014
A la llana y sin rodeos
En términos generales, los escritores se dividen en dos esferas o clases: la de quienes conciben su tarea como una carrera y la de quienes la viven como una adicción. El encasillado en las primeras cuida de su promoción y visibilidad mediática, aspira a triunfar. El de las segundas, no. El cumplir consigo mismo le basta y si, como sucede a veces, la adicción le procura beneficios materiales, pasa de la categoría de adicto a la de camello o revendedor. Llamaré a los del primer apartado, literatos y a los del segundo, escritores a secas o más modestamente incurables aprendices de escribidor.
A comienzos de mi larga trayectoria, primero de literato, luego de aprendiz de escribidor, incurrí en la vanagloria de la búsqueda del éxito -atraer la luz de los focos, “ser noticia”, como dicen obscenamente los parásitos de la literatura- sin parar mientes en que, como vio muy bien Manuel Azaña, una cosa es la actualidad efímera y otra muy distinta la modernidad atemporal de las obras destinadas a perdurar pese al ostracismo que a menudo sufrieron cuando fueron escritas. La vejez de lo nuevo se reitera a lo largo del tiempo con su ilusión de frescura marchita. El dulce señuelo de la fama sería patético si no fuera simplemente absurdo. Ajena a toda manipulación y teatro de títeres, la verdadera obra de arte no tiene prisas: puede dormir durante décadas como La regenta o durante siglos como La lozana andaluza. Quienes adensaron el silencio en torno a nuestro primer escritor y lo condenaron al anonimato en el que vivía hasta la publicación del Quijote no podían imaginar siquiera que la fuerza genésica de su novela les sobreviviría y alcanzaría una dimensión sin fronteras
ni épocas.
Reflexiones de un esperpéntico estudiante de Salamanca llegadas del futuro y encontradas en una caja de madera
Enviado por bejar-biz el Mié, 25/02/2015 - 18:40.Autor: Pablo Castellano García. Estudiante de filosofía en la USAL y alumno de los cursos de narrativa de Bizarte
Para Ana Rivero Solano, de quien hoy es su cumpleaños.
Quizás lo encontremos al morir. Quizás no. Tenéis vuestros libros de filosofía, vuestros sacerdotes, vuestro predicador, vuestro científico, así que no me lo preguntéis a mí.
Charles Bukowski
Te escribo desde la vejez, cuando la inspiración ya solamente me llega defecando y con un Ducados negro en la comisura de los labios. Cuando mi percepción es ya limitada, atrofiada por el Tiempo (e incapaz de expandirse por la ausencia de camellos). Ya no hay puertas que limpiar. Pero yo nunca supe verme viejo. Ni siquiera en aquellos años de Universidad en los que, como figuras que surgen de la tierra por alguna necesidad que nunca atinamos a explicar, pensábamos que ningún elemento erosionaría nuestra forma. La corrupción, el devenir como única constante del Universo, ocupaba un lugar secundario. El movimiento y la euritmia, tan vitales, atentaban contra la realidad, contra la degradación. Invertíamos por aquella época las Leyes de la Física. No creíamos en nada. Pero la lógica nunca fue lo nuestro. Las premisas y las conclusiones se desvanecían. El papel blanco está roto, entonces me quedo en casa porque está lloviendo.
Campanadas en la nieve
Enviado por bejar-biz el Mié, 31/12/2014 - 00:42.Por Aurora Wiggins de la Serra
Estaba pensando en la nieve de cuando niña, en las diminutas huellas de los pájaros, en aquellos dibujos de estrellitas curvas sobre el tapiz inmaculado que yo trataba de leer tozuda antes de que hubiera aprendido a leer propiamente, estaba pensando en el frío, en cómo me quemaba el aire la carita colorada, los ojos apenas asomando entre la bufanda verde y el gorro blanco de lana, salidos ambos del ganchillo infatigable de mi madre, la fábrica de calor de toda la familia, estaba pensando en todo ese tiempo de crianza alegre en el invierno de la nieve inacabable, con los senderos abiertos sobre las aceras, aquella ruta mágica desde la puerta de casa a todas partes, el laberinto de calles chiquitas para niños por dentro de las calles grandes, las manoplas de juguete refugiadas dentro de manos fuertes, los trineos de plexiglás y los pirulís de carámbano. Estaba pensando en las patatas machadas por la noche, los juegos con la alambrera del brasero de cisco bajo la camilla y los sabañones en erupción picando todo el rato, estaba pensando en las campanadas de la iglesia del costado, en cómo las oía, tan nítidas, separadas unas de otras y juntas a la vez, como pájaros en vuelo de bandada,
Círculo de mayo en diciembre
Enviado por bejar-biz el Sáb, 27/12/2014 - 19:41.Por Aurora Wiggins de la Terra
Dieciocho de mayo, por la tarde
El cansancio asoma en las ojeras hundidas, dos islas perdidas en el espejo anegado de vapor. El entrecejo fruncido, esas arrugas no estaban antes ahí. Debería salir de casa, cambiar de aires, de horizontes, marchar a algún sitio. Partir.
Viajar, entonces se trata de eso, dejar las tareas, la casa plantada, el huerto nuevo, recién sembrado, los gatos a la espera y sacudir la pereza a moverse, que tiende a echar raíces. Y eso que todo está hermoso aquí ahora, en este tiempo de días largos, las encinas derramando racimos dorados entre las voces de los mirlos y el aria de Armida suspendida en la tarde. Cómo se amplifica la luz, cómo se encogen las sombras. Pero estoy decidida, mañana sin falta es la partida hacia el norte, hacia ese país lustroso que nos dicta la agenda económica y social, o eso nos dicen, veremos cómo se las componen por allá, de qué color es su aire, con qué baldosas están hechas sus aceras.
Hamburg, veintiuno de mayo, al anochecer
La ciudad de los negocios redondos se viste de noche bajo un calor agobiante. Discotecas en las terrazas de los hoteles y en los muelles del Alster. Una multitud de ciclistas se cruza y nos cruza vertiginosa y segura, con la mirada directa de la gente bien alimentada, ninguna voz por encima de otra, ningún incidente, todo se muestra bien engrasado en esta ciudad rutilante que vive colgada de un puerto y su comercio inagotable.
¿Qué ha hecho esta gente para merecer esta prosperidad, este orden sin estridencias, en apariencia igualitario? ¿Lo han heredado de sus ancestros calvinistas y, hacendosos y exigentes, lo han transmitido de generación en generación? ¿Los que llegan se integran igual que los que ya están, con los mismos derechos y deberes? Uff, me iré al hotel y me pondré a leer a Transtömer, que tiene su cielo a medio hacer, quizá él tenga alguna respuesta.
El envoltorio
Enviado por bejar-biz el Sáb, 27/09/2014 - 10:36.Por Aurora Wiggins de la Torre
Comenzó a empaquetar aquellas perlas con manos trémulas. Pensaba en él, tan lejos, tan desconocido, y el papel de envolver le huía de entre los dedos, se le caía y resbalaba, ajeno a su objetivo. A ver cómo hago, se decía, para que esto se encamine bien y entero, sin mácula ni golpe, sin estrías ni magulladuras, sano y salvo, y se presente en el lugar adonde tenga que llegar con todos sus detalles y colores, su perfume, su forma primigenia, su esencia en fin completa, tal como fue creado y concebido y no de otra manera, bien porque haya recibido choques o sacudidas y se haya movido o alterado o bien porque se haya caído de lo alto o haya sido arrojado por la borda y se haya roto o quizá estallado y hecho trizas.
Y cogió aquellas hojas de periódico primero, el montón de los babelias con las fotos arrugadas de escritores de provincias, y con ellas les dio una vuelta o dos a los objetos, mejor tres que así quedarán más amparados, y luego la cinta ancha de pegar tan fuerte alrededor, como una mordaza o una manta o un colchón que lo amortigüe y lo proteja todo. Y más tarde siguió envolviendo lo ya envuelto con cuidado, con más tiras de papel pintado, con las cuartillas aquellas sueltas donde había empezado a probar las acuarelas nuevas, remedando el verde pálido de los acebuches o el azul cárdeno del roquedal en la distancia o el color que queda en el aire cuando el sol se ha puesto y la noche comparece. Y allí fue disponiendo capas y más capas en derredor, de modo que el bulto fue haciéndose grande y fuerte y poderoso, y después puso otra vez cinta de pegar, bien tirante y ajustada, para fijar los bordes y que no quedaran flecos ni pedazos sueltos.
Caminos del oro blanco (2 de 10)
Enviado por bejar-biz el Mié, 12/03/2014 - 10:34.Por Manuel Enríquez (Chespir)
Ver capítulo anterior
Ambos callaron, Mauro siguió caminando en silencio. De vez en cuando pegaba un puntapié a alguna piedra como queriendo desahogarse la pena. Habían tomado la vereda de los Esquilos que corría paralela al río Valderaduey hasta llegar al puente romano que lo cruzaba. Allá el camino se bifurcaba hacia el este que llegaba a la ciudad de Zamora y hacia el sur, ruta que conducía a Salamanca. No tomaron ninguno de los dos caminos y se internaron entre los pastizales que en esa época ya les subían por encima de las rodillas. La meseta castellana en pocas semanas recuperaría su aspecto habitual de tierra y trigos pintados por amapola. Mientras tanto los pastos serían aprovechados en la ruta hacia el norte por los rebaños lanares. Llegaron a lo alto de un cerro, a unos cientos de metros el ganado se dispersaba pastando tranquilamente.
Caminos del oro blanco (1 de 10)
Enviado por bejar-biz el Mié, 26/02/2014 - 12:45.Por Manuel Enríquez (Chespir)
Reseña
Caminos del oro blanco.
Intriga, suspense, acción dinámica y absorbente. Una novela de ficción que nos sumerge en la convulsionada España de finales del siglo XIII, ofreciéndonos un magnífico fresco de la época.
Eran tiempos difíciles. El 25 de abril de 1295, muere Sancho IV El Bravo, Rey de Castilla, Toledo, León, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia, Jaén y del Algarve.
Con el apoyo de la alta nobleza castellana, Sancho, segundo hijo del Rey Alfonso X El Sabio había usurpado, a la muerte de éste, el trono que, por derecho, le correspondía a los descendientes de Fernando de La Cerda, su hermano mayor.
Este es el escenario histórico que la talentosa pluma de Manuel Enríquez Turiño ha escogido para deleitarnos con un apasionante relato de intrigas y conspiraciones, de lealtades heroicas y viles alianzas, de crueldad, de confabulaciones y asesinatos, pero también de amor y de virtud, de valentías y de fe, de ternura Y de amistad.
El complot ya está en marcha y avanza inexorable. Los Marqueses de Montenebro y de Torreaguilar, y el rey Dionisio de Portugal, no vacilarán ante nada ni ante nadie hasta conseguir la abdicación del rey niño colocando en su lugar un títere que mantenga sus privilegios.
Pero ni la pieza de relojería mejor engrasada está libre de contratiempos cuando la rueda del destino decide brincar entre sus engranajes.
Está Vd despedido (Colección de cuentos interruptus) 5 de 5
Enviado por bejar-biz el Lun, 27/01/2014 - 13:49.Por Manuel Enríquez (Chespir)
DÍA DIEZ. EL RELOJERO, EL REY Y LA PRINCESA LINDAFLOR (FINAL). TAN SÓLO PORQUE TE QUIERO. LOS MENDIGOS Y EL VISIR
- Y bien López. ¿Qué tal el fin de semana? ¿Ha traído usted ese sorprendente final que me prometía?
- El fin de semana, bien, Don León. Ya sabe, con la mujer y los niños. Y por supuesto que traigo para mi cuento del viernes un sorprendente final, don León. Verá como no le defrauda.
El Relojero, el Rey y la Princesa Lindaflor. (final).
Acercose el relojero, abrió primero un ánfora y encontrola vacía. Abrió luego la segunda que tampoco contenía nada. Pensando que se trataba de un error le dijo a la princesa que aguardaba expectante:
- Señora, estas ánforas… están… vacías.
- Así es, dado que el oro y las piedras provienen de la tierra y que la tierra que os rodea es propiedad de mi padre solamente es menester que cojáis pico y pala, os pongáis a cavar allá dónde se os antoje y cojáis tanto oro y brillantes como queráis.
- Bien, contestó el relojero sabiéndose burlado por la niña, pero… el rey también prometió vuestra mano y como tal, os reclamo.
Está Vd despedido (Colección de cuentos interruptus) 4 de 5
Enviado por bejar-biz el Jue, 23/01/2014 - 17:58.Por Manuel Enríquez (Chespir)
Ver capítulo anterior
DÍA CUATRO. MALA SUERTE (FINAL). GENERACIÓN INCOMPRENDIDA. PANOCHA
Mala Suerte (final).
De pronto el techo, humedecido por el agua de la bañera de los malditos enanos, crujió y la estructura se vino abajo. Cayó al suelo con un golpe seco y notó que el tobillo se le doblada en la caída pero no llegó a romperse. Un esguince que tardaría tres semanas en curar. De inmediato se quitó el cable del cuello, se retiró trozos de escayola de su cabeza y dio una inspiración profunda que le llenó de aire y vida. En el mismo día la suerte ya le había sonreído dos veces. El cuello le escocía terriblemente pero tampoco le importaba demasiado. Apretó el botón del contestador esperando que todo no hubiera sido un sueño producto de la agonía. Escuchó nuevamente el mensaje que le confirmó lo que ya sabía. No, no había sido una ilusión. El mensaje y su contenido eran reales. Se terminó de quitar, mientras bajaba corriendo y gritando por la escalera los restos de escayola. ¡Soy rico! ¡Soy rico! ¡Que se joda el mundo y la mala suerte! ¡Soy rico…!
hace 1 día 18 horas
hace 1 día 19 horas
hace 2 días 9 horas
hace 2 días 13 horas
hace 2 días 13 horas
hace 2 días 15 horas
hace 2 días 19 horas
hace 2 días 20 horas
hace 2 días 20 horas
hace 2 días 22 horas