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El balcón de la literatura
El Kraken y el Capitán
Enviado por bejar-biz el Lun, 14/08/2017 - 15:46.Para Aurora Wiggins de la Serra
Se ajustó la gorra y ató fuerte el nudo de la vela mayor. Miró las olas y sintió un sudor frío en las manos. El azul claro del arrecife se había tornado oscuro, casi negro. Estaba cerca, el Capitán lo podía sentir. Las gaviotas ya no cantaban, ya estaban lejanas, llegó el silencio y cuando éste llega mar adentro nunca es buena señal. El joven marino que había contratado para esta travesía se apuraba por tensar el último cabo que tintineaba en la proa, el Capitán quería haber hecho esto solo, pero no podía, aquel chico no debía estar allí, el capitán lo sabía, pero no podía enfrentarse a la bestia él solo.
Aquella batalla le había arrebatado el sueño durante semanas, noches enteras mirando al mar sabiendo que era inevitable ese encuentro, sabiendo que sí o sí tendría que escuchar de cerca la respiración del monstruo que le esperaba, el Kraken.
Un grito le sacó de su abstracción y le trajo de nuevo a la cubierta de su barco. El joven marinero señalaba al horizonte, “Lo he visto” gritaba “Lo he visto”. El capitán sacó su catalejo y apuntó hacía el lugar que el joven señalaba con brazo tembloroso. Y allí, en aquel encuadre negro de espejos convexos, un tentáculo púrpura de dimensiones descomunales hizo su aparición sobre la superficie del mar. Como un estilete enfiló al cielo, quizá queriendo decir al capitán que estos eran sus dominios, que aquí eran ellos los extranjeros y que estas aguas sólo tenían un dueño, él, el monstruo marino, la bestia indomable, el kraken.
Versos de verano 4
Enviado por bejar-biz el Dom, 13/08/2017 - 20:24.Por Aurora Wiggins de la Serra
Jamás hubiera imaginado esta pesadilla
Pero estaba ahí, agazapada,
Dispuesta a ser vivida.
Un recodo del camino.
El paseo lento por la laguna Estigia
Envuelta en el azul de Patinir
Navegando a vela de uno a otro costado
Hasta el confín del horizonte
Del propio cuadro,
Algo más luminoso, quizá, hacia las orillas,
Con más trazos blancos,
Allí donde los párpados del agua
Acaban descansando
Sobre el prado verde
O la roca deshuesada.
La travesía, entonces,
Cruzando frente a cuevas
Cargadas de tesoros
El brillo del oro en lo profundo,
Las madreperlas opulentas,
Los cofres desbordados,
Todo ofrecido
Al alcance de la mano desmayada
Que roza el agua apenas
Con la punta de los dedos fríos.
Versos de verano 3
Enviado por bejar-biz el Mar, 01/08/2017 - 15:27.Por Aurora Wiggins de la Serra
Mientras la noche oscura
El mar se vierte sobre el mar y suena sin ser visto,
Sacude y llama,
Estoy pero no estaré siempre,
Con todo su poder repite terco.
Bien puede,
El día que no haya mar, tampoco vida
Ni palabras
Ni nada.
Escucha entonces
Otra canción emergiendo de la espuma.
Cuántas veces elegiste
Alegre y confiada
Cuántas veces dijiste sí o por aquí sigo
Y por allí no
O aquello no me interesa
O no lo amo bastante
O no me arriesgaré, no cruzaré ese río.
Aunque te dejó un escozor en el alma
Lo que pudo ser y nunca fue por tanto
La ventana que no abriste
La lengua que no hablaste
El viaje que no hiciste
El territorio que jamás pisaste.
Versos de verano 2
Enviado por bejar-biz el Dom, 23/07/2017 - 10:07.Por Aurora Wiggins de la Serra
Farrutx desaparecido entre la bruma
En un día tan bello y lento
Se diría que no puede haber tierra alguna más allá del horizonte
Se podría negar la existencia de cualquier isla dibujada en los mapas
Próxima o lejana
Real o imaginaria
Deshaciendo cualquier rumbo que tome el pensamiento
Reteniendo la luz
Remansando el espacio
Respirando levemente
La inabarcable dimensión del frente en la mirada
Todo pálido azul y plata y casi rosa
Apenas palpitante
Cada señal de pulso
Cada latido nuevo imperceptible
El sentido disuelto
La nostalgia cerca
Agazapada
Como un folio rasgado
En blanco
Sin palabras
Versos de verano
Enviado por bejar-biz el Sáb, 15/07/2017 - 21:12.Por Aurora Wiggins de la Serra
Miro la luna teñida de sal
Recién asomada por encima de Farrutx
Un tajo desmochado ya del rostro
De arriba hacia abajo y el costado
Como una cabeza que fuera perdiendo recuerdos en la noche
Susurra el mar enfrente de mis ojos
Un pasajero a bordo de un cuento interminable
Comienza a recitar
Escucha lo que dice:
Agárrate a la cola del pez que ahora pasa por tu puerta
Ese grande de escamas doradas refulgentes
Móntate en su lomo
Navega, gira entre las olas
Y da la vuelta al mundo
Hasta que encuentres una brecha profunda en una costa
Donde clavar los dedos
Y desembarcarte
De todas esas cosas pequeñas que te ocupan
Y en realidad no importan
Discurso de Eduardo Mendoza al recibir el Premio Cervantes 2017
Enviado por bejar-biz el Jue, 20/04/2017 - 20:31.Eduardo MendozaMajestades, autoridades, señoras y señores,
No creo equivocarme si digo que la posición que ocupo, aquí, en este mismo momento, es envidiable para todo el mundo, excepto para mí.
Han transcurrido varios meses desde que me llamó el señor Ministro para comunicarme que me había sido concedido el premio Cervantes y todavía no sé cómo debo reaccionar. Espero no haber quedado mal entonces, ni quedar mal ahora, ni en el futuro.
Porque un premio de esta importancia, tanto por lo que representa como por las personas que lo han recibido a lo largo de los años, no es fácil de asimilar adecuadamente, sin orgullo ni modestia. No peco de insincero al decir que nunca esperé recibirlo.
En mis escritos he practicado con reincidencia el género humorístico y estaba convencido de que eso me pondría a salvo de muchas responsabilidades. Ya veo que me equivoqué. Quiero pensar que al premiarme a mí, el jurado ha querido premiar este género, el del humor, que ha dado nombres tan ilustres a la literatura española, pero que a menudo y de un modo tácito se considera un género menor. Yo no lo veo así. Y aunque fuera un género menor, igualmente habría que buscar y reconocer en él la excelencia.
Arráncame la vida con el último beso de amor
Enviado por bejar-biz el Mar, 10/01/2017 - 12:20.Cuento de Reynaldo Lugo
Premio del Concurso Internacional de Relatos Semana Negra de Gijón 2011
El jurado del premio de relatos Semana Negra / Ateneo Obrero de Gijón, integrado por Fritz Glockner (México), Eduardo Monteverde (México) y Sébastien Rutés (Francia) otorgó el premio al relato “Arráncame la vida con el último beso de amor”, de Reynaldo Amado Lugo (España). Los dos accésit fueron: “La doctrina”, de Laura Massolo (Argentina) y “Este infierno de mierda”, de Kike Ferrari (Argentina). El jurado apreció la escritura elegante y el ritmo de la prosa del relato premiado, y quisiera destacar la gran calidad de los cinco finalistas de este año.
En esta edición del Concurso de Relatos Semana Negra han participado 193 autores con 208 cuentos.
Es ella, me dije. ¿Era? Tenía que serlo. Le extendí la mano y la suya la retuvo. Decidida. Ignorante del alcance que aquel gesto tendría. Un bolero nunca es desdeñable para las mujeres que esperan en un salón de baile. Ni una mano suave que les lleve el pensamiento a la cadera.
—Te advierto que no soy buena —dijo, con una sonrisita de inocencia y una contradictoria mirada que insinuaba lo buena que podría ser.
—¿Estás sola?
—¿Necesitas de alguien más?
Azucena volvió a sonreír, pero ya no con la expresión candorosa de María el día que el ángel bajó del cielo para hacerle un hijo en nombre de Dios. La nueva sonrisa era maliciosa. Estaría imaginando, quizás, a dónde llegarían mis manos cuando ajustáramos nuestros cuerpos y Luis Miguel le pidiera por mí —sin ser Dios— que me besara mucho, como si fuera esa noche la última vez.
Espérame en el cielo, corazón
Enviado por bejar-biz el Dom, 01/01/2017 - 17:50.Cuento de Reynaldo Lugo
Relato finalista del Concurso Internacional de cuentos Semana Negra de Gijón
El profesor la miró por encima de los lentes y bebió un sorbo de cerveza antes de ponerse de pie; tomó el portafolios y lo colocó sobre la silla vacía. Rossana siguió sus movimientos con una chispa de lujuria centellando desde las tinieblas de su sexualidad momificada, apoyó una mano sobre el Samsonite antediluviano con cerradura de combinación y echó una ojeada de reproche a la fachada de la Secretaría de Defensa, que se veía tras los cristales de los alegres ventanales de Charlie&Josie. Un instante más tarde, él salió a la Plaza de Armas y se fue perdiendo de a poco entre los transeúntes en su viaje de ida hacia una gestión de vida o muerte. Ella observó a aquel Arturo de Córdoba caído del cielo tomando distancia, sin calcular que un hombre dentro de un bar puede ser un catedrático de irrealidades. Pensaba en su regreso y en lo que vendría después. Y mientras pensaba, tuvo tiempo de tomarse otro tequila. El último.
Rossana había entrado al bar un par de horas antes, siendo aún Rosa Rosales, un nombre que le traía malos recuerdos. Dos o tres veces por semana dedicaba el receso laboral a tomar tequila y entonces se transformaba en Rossana. El Cuervo Gold le hacía más llevadera la vuelta a su mesa de la biblioteca General Lafayette en la Secretaría de Defensa.
—¿Quién es él, Charlie? —preguntó ella cuando aún no había sucedido nada y Arturo era un desconocido que la miraba con insistencia.
Imagina que no existe el cielo
Enviado por bejar-biz el Dom, 25/12/2016 - 18:25.Cuento de Reynaldo Lugo
Premio del concurso Mariano Peraile 2011 convocado por la revista Madrid Sindical
Lo encontraron a la orilla del río con los ojos vueltos al cielo. Parecía vivo. Tan vivo que los vecinos tardaron en comprender que sería incapaz de salir por sí mismo de su última pose profética. Pero lo que más impresionó a quienes hallaron el cadáver fue la sonrisa con que recibió a la muerte; una sonrisa que se resistió a todos los esfuerzos por borrarla y que era como un recordatorio post mortem de lo que él les había metido en la cabeza: ninguna calamidad es suficiente para convertirse en desgracia.
San Antonio del Encomendador era un pueblito perdido en la geografía de una región montañosa. Invisible en los mapas. Ignorado en las ciudades. Fuera del foco de la lente perseverante de los descubridores de nuevos mercados; aunque aquella distancia inabarcable hasta la humanidad no resultara lo bastante para que fuera un mundo aparte. Y, como en cualquier lugar, la gente sobrevivía, cabizbaja, a las inseguridades y los maltratos de una existencia agobiante. Sólo aquel cadáver sonriente había logrado abrir la puerta de escape de lo que parecía un destino irreversible, arrastrando a los vecinos hasta una vida ficticia que llegó a ser más vida que la vida misma.
No Concurso "La Cuesta de los Perros II". Cuentos recibidos 27
Enviado por bejar-biz el Sáb, 06/02/2016 - 19:31.Sin palabras
Autor: Ernesto Maíllo
Los caminantes no hablan entre ellos, apenas unos gestos para hacer sentir su presencia que como una sombra se atisba por el rabillo del ojo. Sin embargo esa sombra que siempre está al lado es reconfortante, se diría que su ausencia acentúa la orfandad del ser humano cuando se enfrenta a si mismo, a sus fantasmas, a sus miedos y temores, a la soledad.
Hace tiempo que los hijos se fueron, dejando un rastro de risas, esperanzas y unos gramos de amargura. Alguno tuvo que ir muy lejos, al otro lado del mundo que ahora se ha reducido y que ya no es tan grande. Ya todos están a un click de whatsapp desde el móvil
Esta primavera viene húmeda, falta hace, pues el invierno ha sido muy seco, piensa Martín. Las nieves tardaron mucho más de lo habitual y fueron muy escasas. El ganado ha sufrido bastante, tuvieron que alimentarlos con pienso, pues apenas había hierba, pero con un poco de suerte la hierba volverá a brotar y podrán almacenar las pacas en el granero. En otoño tampoco pudieron recoger setas, se vuelve a lamentar Martín, en riguroso silencio, con lo que le gustan los boletus, que Encarna prepara de mil maneras.
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