Bajo licencia de Creative Commons.
Carta de dentro: Ávila, 10 de febrero de 2011
Querido Juan:
Parece imposible que haya pasado casi un año desde mi última carta, confieso que al principio estuve molesta sin saber de ti, sin que respondieras a la urgencia con que te planteaba cómo se estaban desarrollando las cosas; luego supe que de nuevo el mundo se te quedaba pequeño, que andabas por no sé qué andurriales africanos con la casa a cuestas (¡muy bejarano tú!).
Tu carta me dejó aturdida, he conseguido verte en la distancia haciendo pozos, dispensarios y escuelas; poniendo ojos y caras y sonrisas infantiles, esperando que el futuro les depare mucho más que suerte. Eres el mismo soñador al que he querido siempre, pero cada vez me cuesta más afrontarlo. Tus saltos, las distancias que nos imponemos en el tiempo a veces me resultan difíciles de sobrellevar.
En tu última carta (que dejé bien guardada hace un mes largo, reposando contenidos), leí cómo habías desmenuzado cada “affaire”, esos que, con más penas que glorias, van llenando nuestros días aquí. Y fíjate, no sabría contestarte cuál es la situación real, salvo el desconcierto y cierto desánimo que cunde entre los paisanos, me explico: quizá ya deberíamos hablar de cartas de fuera a fuera, porque yo también he tenido que recurrir eventualmente a un traslado por motivos de trabajo, es posible que esto influya en la mirada que te reflejo en esta carta, en mi estado de ánimo, pero, salvo cuando el tiempo acompaña y hay nieve en la Covatilla, por aquí los fines de semana (que es cuando vengo) son tan desiertos como tus desiertos africanos.
Esto de la Covatilla, según cuentan los entendidos y los periódicos, tan pronto es un éxito de público y trae dinerito para casa como se demuestra un fracaso al que hay que ayudar una y otra vez con dinero público. ¿Quién lo entiende?
Mira Juan, yo, desde donde trabajo ahora, empiezo a verlo, cómo te diría, recuerdas aquellos seriales de la primera y única televisión que parecían tan tremendos y al final quedaban en nada o terminaban en boda, pues algo parecido. Temo que nos hemos perdido entre tanto ruido. Y en estas elecciones que vienen estaremos a merced del soplagaitas más erudito!
A veces se me vienen recuerdos de los veranos en que íbamos a pasar las vacaciones al pueblo de mi madre, teníamos una tía muy cascarrabias con poco de todo, poco agraciada, poco habladora, poco adinerada, pero experta en hacer ganchillo de verano y punto de lana en invierno; pues bien, andábamos por entonces con el tema de la democracia y ella sentenció sin venir a cuento: “tres vueltas de derechas, tres vueltas a la zurda, y vuelta a empezar”, la carcajada fue unánime porque era sorda como una tapia… ¿O NO?? Lo pienso muchas veces. Tal vez fuera también un poco sabia. En fin, estoy empezando a tirar descaradamente hacia la simpleza en los argumentos y eso me hace pensar que esto está lleno de indeseables.
Aún no he ido al Bosque, no tengo prisa, la verdad. Sí he pasado varias veces por el vacío del Murallón, otro melón abierto que esperemos se resuelva antes que el melonar de las piscinas de los Praos. La cámara oscura, aprovecharé un día de estos para ir y ya te contaré. Por donde paseo, siempre que puedo, es por el parque de la Aliseda, creo que es un acierto, la verdad; se pueden contar estrellas en cualquier época del año, Juan.
Desconocía que mi madre te hubiera impuesto tamaña penitencia (perdónala, pasión de madre), no sabes cómo lo siento, admito que por la época en que me subisteis por primera vez a la sierra era una jovencita bastante impertinente, debió ser una carga difícilmente soportable, más cuando te lastré para el resto de tus días como “contador de estrellas”, espero que el cielo africano fuera igualmente hermoso.
Un abrazo con cariño, también, ay, desde fuera.
Lucía
- Usted no sabe nada de mis
hace 10 horas 43 mins - Estimado "Odia Estado":
hace 11 horas 33 mins - Ya me he caído de la burra,
hace 21 horas 6 mins - En paz le dejo, a usted y a
hace 1 día 7 horas - Entiendo que usted sea un
hace 1 día 8 horas - Muy bien José Muñoz,
hace 1 día 10 horas - ¡Y dale con lo de
hace 1 día 23 horas - Han convertido a Béjar en
hace 2 días 2 horas - He visionado el pleno y
hace 2 días 3 horas - Tu la primera
hace 2 días 5 horas
Así que Lucia también ha tenido que irse,pobre. Dentro de poco por Bejar no quedará nadie, se repartiran una ciudad desierta entre Montero, Faustino, Alejo, Cipriano y demas calaña, Lucia te irá mejor por fuera,ya vendras a pasear mientras haya por donde, suerte
Enviar un comentario nuevo