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Carta de fuera, 31 de diciembre de 2010
Mi querida Lucía, mucho tiempo hace que no te escribo desde estas páginas, mucho tiempo que he estado mudo, al menos para los lectores de esta revista que, para mi grata sorpresa, veo que resiste, con elegancia y determinación, erre que erre, dándole al oxidado clavo de nuestro pueblo, por ver si despierta. Para ti no tanto, no tan mudo, quiero decir, que has ido sabiendo, aunque poco y lejos, algo de lo que hacía y por dónde andaba.
El caso es que, como sabes, he regresado de mi periplo africano. Seis meses en Burkina Faso han sido mucho más que una experiencia. Casi como aprender a vivir desde el principio, a reconocer el mundo desde cero, entre gente nueva o inocente, con los valores intactos de lo que representa el calor humano y la vida colectiva, el esfuerzo conjunto por sobrevivir y organizarse para atender a las necesidades primeras, para perdurar como grupo, el ejercicio de hablar, discutir y decidir entre todos, en asamblea, lo que debe hacerse. Democracia directa y sin tapujos. Allí han quedado en marcha los pozos de agua, la escuela, el dispensario médico, pequeñas grandes cosas que ahora son suyas y deben administrar y usar, para ellos supone un salto en el tiempo enorme y, la verdad, no sé cómo afectará a su destino. El desarrollo y el gobierno con sus funcionarios acechan, la burocracia, los papeles, el registro de la propiedad, el orden, el dinero, los bancos, uff, todo está ahí, asomando su implacable rostro de control y posible corrupción cuya imagen final conocemos bien en los países dichos desarrollados. Me quedo, pues, con que son cosas que mejoran, ahora mismo, las condiciones de vida de personas determinadas, con caras y ojos, con nombres, con sonrisas que no acaban, y eso me basta.
Del pueblo nuestro, de nuestro amado Béjar, poco he sabido, recién ahora me sumerjo en las noticias que han ido apareciendo a lo largo del año, de las que aquí y en otros medios ha quedado rastro y veo que, en términos generales, sigue caminando, lenta pero inexorablemente, hacia el precipicio. Paso revista a lo que más me ha llamado la atención.
En primer lugar, el plan general de ordenación urbana superdesarrollista, con la contestación de la plataforma pro Béjar Sostenible llamando a la cordura en defensa del paisaje y el patrimonio y reclamando la supremacía necesaria y obligada del interés general, vaya esfuerzo más bonito, inédito en esta ciudad, yo al menos no recuerdo otro igual, más de cuatrocientas firmas y tres mil quinientas alegaciones en contra, no está nada mal, y el alcalde proyectando sembrar con torres de 40 metros de altura el valle de las Huertas mientras el casco histórico se le cae como un castillo de naipes, qué personaje este alcalde, cómo ha decepcionado a toda la gente que le votó para propiciar un cambio en la marcha del pueblo hacia la ruina, un cambio en el consistorio de forma que éste se dedicara a defender los intereses generales en vez de los de unos pocos. Todo ha quedado en nada.
En segundo lugar podemos nombrar el “affaire” de las parcelas de La Condesa, con esos informes que el alcalde encargó para dilucidar si los receptores de las parcelas debían algo al Ayuntamiento a cambio de las mismas. Qué caradura la de este hombre. Y luego que los informes han dicho que sí, -¿qué iban a decir, si no podían decir otra cosa?-, no veo por ninguna parte que se haya puesto en marcha iniciativa alguna para cobrar la deuda de dos millones cuatrocientos mil euros. Este alcalde es la monda.
Lo de la piscina climatizada también ha sido divertido. Yo, al menos, me he reído bastante con el simulacro de estudio de viabilidad para convertir la piscina de La Cerrallana en Complejo de Belleza al alcance de todos, a cambio de su explotación privada durante cuarenta años. Mientras se cuece un pelotazo infumable con la parcela de la calle Ramiro Arroyo, mediante su permuta con un sobrante de ribera del río junto al puente Nuevo. Jejjjjj, qué bueno, si no existiera este alcalde habría que inventarlo.
También ha concitado mi curiosidad el asunto del parking de El Murallón, la escasa y confusa información dada a los ciudadanos por el Ayuntamiento, hasta el punto de que no he logrado hacerme una idea cabal de lo que se pretende hacer y cómo. Un raquítico aparcamiento público de tan solo 40 (?) plazas conectado, no se sabe cómo, a uno privado, que se construirá al otro lado de la escalera, y de las que el Ayuntamiento comprará (?) unas cuantas plazas. Todo ello, sin estudio previo de viabilidad, sin cuentas ni presupuestos claros, sin saber cómo se va a explotar. El caso es que el Murallón ha caído y el parque desaparecido ante la rabia e impotencia de muchos bejaranos que se sienten, una vez más, estafados por sus representantes políticos. El más de lo mismo que acogota a este Municipio, gobierne quien gobierne: improvisación, oscurantismo, componendas público-privadas, soberbia gobernante, ausencia de diálogo entre políticos y frustración general.
Ha habido más temas que han suscitado mi interés, como el final de la primera fase (por fin!) de la restauración de El Bosque, aunque me quedo muy preocupado después de leer la opinión autorizada de Pepe Muñoz sobre el resultado de dichas obras. La puesta en marcha de nuevas obras en el Museo Textil para hacer una urbanización exterior. ¿Pero de qué va esto? Ahora resulta que no estaban acabadas las obras. Como siempre, de lo importante los ciudadanos se enteran tarde y a retazos, los gobernantes nunca informan, ni poco ni mucho, todo resulta oscuro y torpe, tenebroso, y eso que el alcalde había anunciado, a bombo y platillo, una auditoría sobre el Museo Textil. Siempre mintiendo, siempre engañando.
Tiempo habrá de comentar estos asuntos y otros de importancia que veo que siguen sin resolver, qué digo resolver, sin ni siquiera poner las bases mínimas para debatirlos públicamente e intentar resolverlos, como la deficiente atención sanitaria y la demanda de un Hospital Comarcal, el Parador de Turismo, la definición de la plantilla municipal, la despoblación creciente, el paro galopante u otros.
Hay que decirles a los lectores que escribo de forma unilateral y no sé si tú querrás reanudar, desde dentro, esta correspondencia que interrumpí yo con mi viaje hacia más afuera de lo que estoy normalmente, si cabe, no sé si tendrás tiempo o ganas, con tantas ocupaciones como tendrás para cuidar a tu padre ya mayor o atender a tus hijos, que ya estarán más que crecidos, y todos los asuntos en que siempre andas metida. Ya lo dirás, o lo escribirás, si quieres. Yo aquí estoy otra vez, disponible.
Tengo que confesarte que, después de todo este tiempo en África, me siento raro. Como si todo esto que ocurre por aquí, en Occidente, en España, y no digamos en Béjar, fuera irreal, un sainete burlesco al que asisto como espectador sin haber pagado entrada. ¿Tiempos convulsos? ¿Se afianza el declive de la solidaridad, el final de los logros sociales que con tanto esfuerzo se alcanzaron? ¿Nos acercamos, a marchas forzadas, a una época en la que el “sálvese quien pueda” se convertirá en la consigna principal o quizá única?
Hoy, final del año 2010, en que, por así decirlo, vuelvo a casa, a nuestras antiguas conversaciones, a los recuerdos tantos de aquellos tiempos buenos, cuando la ciudad de Béjar latía poderosa y fuerte, a los paseos añorados por la nieve, a los villancicos cantados en pandilla, a todo lo que tuvimos cuando éramos jóvenes, al cerrar los ojos, aún siendo Navidad, el pensamiento se me va hacia el primer verano en que subiste con los mayores a Hoyamoros, después de que tu madre me hiciera prometer que cuidaría de ti como a la niña de mis ojos, como si eso hubiera hecho alguna falta. Ante el fuego, por la noche, te pusiste a contar estrellas, y yo contigo, a tu lado. Aún sigo contándolas.
Con todo mi afecto, Juan
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Cuanta razón, amigo Juan.
La confianza es buena el control es mejor.
El autor de los presuntos delitos comentados tiene la suerte de cara.Y es que la Fiscalía está en manos del Partido del Régimen,que si asi no fuera,éste personaje estaría en Topas desde hace tiempo.
Otro tanto podríamos decir del jefe de la "oposición",que a parte de la sarta de sandeces que copan sus comunicados,no es capaz de emprender ninguna acción que ponga freno a tanta barbarie,y no hace otra cosa que recordarnos la nefasta gestión del peor alcalde que hemos tenido en nuestro pueblo,casi tan malo como él mismo.
Si estos dos indivíduos tuvieran un ápice de dignidad deberían autoexiliarse en sus respectivos pueblos,y dejarnos en paz a los bejaranos.
la culpa la tenemos los bejaranos que somos los que votamos
como he leido en alguna parte boicot a las urnas boicot a los politicos
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