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Carta de dentro (7): Béjar, 17 de enero de 2010
Querido Juan:
(Y en este nuevo año, este encabezamiento es si cabe más auténtico que nunca).
He dudado mucho en volver a escribirte, después de tu felicitación, me quedé, ¿cómo expresarlo?, a medio camino entre el dolor y el cariño.
No puedo sacarte a la pista de baile, ¡dudo que hayas bailado jamás!, o sí???, en tu adorado París. Te envié una postal de la Tour Eiffel, con "les Champs Elysées" de fondo, ANDUVE Y VISITÉ CUANTO PUDE, PERO CUATRO DÍAS, APENAS DAN PARA NADA Y MENOS EN PARÍS, fui con la secreta esperanza de encontrarme contigo en medio de aquellas calles ya que en éstas de tu tierra natal no es posible.
No te vi. Naturalmente no estabas allí, y a mi regreso recibí tu felicitación, que como te digo me dejó trastornada, LA MÁS ROTUNDA Y ABSOLUTA NEGACIÓN, NO PUEDES NI VERME, eso sí, cargada de lindezas y requiebros la tarjeta Navideña.
Vosotros los trotamundos, desde cualquier punto criticando lo que aquí se cuece, pero siempre poniendo una distancia de confort y clarividencia para evitaros cualquier contaminación pueblerina. Y los de dentro, tampoco es que hayamos acertado mucho, entre miserias envidiosas, nos fuimos quedando anclados en un pasado de gloria que no se corresponde con lo que somos
¿Cómo entender tu renuncia a volver?, ¿cómo el cariño que me manifiestas en medio de la “ausencia de lo nuestro”?, durante varios días quedé absorta en tus palabras tratando de entender el fondo de lo que me decías sin nombrarlo; entonces, el derrumbe de una de las casas de las plazuelas de nuestra infancia me sacó de dudas:
Quizá sea eso, Juan, todo aquel mundo pretérito- infantil, se ha derrumbado.
SÍ, dices bien, podrido.
Un caserón lo derribó la codicia, o la ignorancia, sin mantener siquiera la hermosa y sólida mampostería; después, año a año, el tiempo y la intemperie han ido agrietando el hastial que nunca debió serlo, hasta derribarlo. Ésta es nuestra realidad, Juan, así veo yo el paisanaje que representamos los dos en medio de este paisaje que hemos ayudado a derruir entre todos. Vosotros los trotamundos, desde cualquier punto añorando y criticando lo que aquí se cuece, pero siempre poniendo una saludable distancia de confort y clarividencia, un colchón exquisito para evitaros cualquier contaminación pueblerina o algún tipo de coscorrón. Y nosotros los de dentro, pues tampoco es que hayamos acertado mucho, entre las miserias envidiosas, el interés inmediato sin pensar en las resultas a medio y largo plazo, nos fuimos quedando anclados en un pasado de gloria que para nada se corresponde con lo que en realidad somos.
Y ése ha sido el problema, nos negamos a ver realmente quienes éramos y dónde estábamos. Tú y yo cometimos la misma estupidez Juan, mirarnos en un espejismo; es posible, sin embargo, que ahora empecemos a estar en disposición de encontrar la salida.
Nosotros hemos dejado claro que ni tú volverás aquí ni yo me iré a ninguna parte. El vacío de nuestra “relación fallida” es un dolor para los dos que no conduce a nada.
Por otro lado, la falta de comentarios en la revista, diga lo que diga el director, es señal de que bien poco importa nuestra opinión, o nada tiene que ver con la simpleza en que se entretienen algunos (no seré yo quien cometa la estupidez de caer en esas mezquindades), unos contra otros (PP/PSOE), otros contra unos (PSOE/PP) y el tercero en discordia (UPS) para quien parece hay alguien preparando también las elecciones.
Todos quieren ganar, ¿y para qué??? me pregunto yo. Tengo la sensación de que todos están igual de extenuados y sin reflejos, (hay síntomas que nosotras, las sufridas mujeres, que lo mismo hacemos la colada que la economía doméstica, conocemos mucho). Fiebre y delirios, algo no anda bien.
AHORA, también es verdad, que… puede que sea EL MOMENTO, ahora que es imposible ocultar el descalabro del equipo del Sr. Riñones junto a la torpeza y la hipoteca arrastrada por el Sr. González.
Quién sabe si hay alguien en la sombra capaz de hablar y trabajar claro y a largo plazo.
EN FIN.
Lo único que puedo decirte, Juan, es que en nuestra ciudad, (en tu pueblo y el mío) se impone una realidad terca cada vez más visible y que, a lo mejor, no es mala cosa para empezar a plantearnos cómo y quién deberá regir el Ayuntamiento los próximos cuatro años. Tú, que ya has hecho algún análisis, quizá puedas apuntar algo.
En cuanto a tu persona, Juanolas, y la mía, Luciérnaga opina que tal vez deberíamos dejar este epistolario para mejor momento. Tienes razón, hemos enseñado públicamente nuestra situación, aunque no nuestras vergüenzas, yo no considero que haya nada para avergonzarse. No sé, ya me dirás que opinas, o simplemente puedes guardar silencio, entenderé. El compromiso con la revista no tiene ningún periodo concreto de tiempo.
puede que sea EL MOMENTO, ahora que es imposible ocultar el descalabro del equipo del Sr. Riñones junto a la torpeza y la hipoteca arrastrada por el Sr. González. Quién sabe si hay alguien en la sombra capaz de hablar y trabajar claro y a largo plazo
Bien, momento de despedirse: Aquel “pizpajo” recuerda levemente el episodio del muñeco republicano y una caja de “12 colores de Alpino” rodando por la escalera. Mi abuela lloró con aquel suceso. Ah!!!! mi hermano ha puesto el grito en el cielo por los trozos de más que te comiste de “su chocolate” (sospecho que es de mentirijillas, sé la debilidad que tenía por “Juanolas”, creo que es puro teatro, siempre dijo que “hubiera preferido tener un hermano a una mocosa como yo”).
Ha nevado y recordé la anécdota y me reí. No en vano, voy por la vida con la misma alegría de vivir que tú. No pude hacer sin embargo un muñeco en ninguna plazuela, nieva mucho menos que nevaba, Juan (hasta eso está en nuestra contra); mis articulaciones tampoco lo permiten, pero te aseguro que si los niños hacen alguno pintaré el letrerito, ahora con conocimiento de causa.
Abrazos, hasta cuando quieras.
Lucía.
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Pues aunque no tengais comentarios a mi me gusta . Lucia esta vez plantea muchas cosas. Creo que la fundamental si queremos mejorar un poco nuestras vidas estemos fuera o en Béjar sería buscar un buena candidata/o. Cipri y Alejo ya no sirven y cuanto antes se vayan mejor. Ademas como también dice Lucia, Béjar ya no es ni su sombra asi que debe ser cosa de TODOS recuperar nuestra dignidad como bejaranos mancillada en los últimos años. Probablemente los peores de nuestra historia. A ver quien tiene huevos o lo damos por perdido todo????, como plantea Lucia que quiere dejar de escribir estas cartas. Ánimo Lucía¡
Estas cartas son de lo mejor de Bejar.biz, por la sensibilidad que demuestran y por cómo analizan los problemas de Bejar desde ángulos distintos, dan en el clavo. Y los recuerdos de cosas pasadas que muchos hemos vivido también estan muy bien, gracias a Lucía y Juan
Por si sirve de algo: no dejéis de publicar vuestras cartas. Desde dentro y desde fuera se entiende perfectamente cómo sentís Béjar cada uno de vosotros, y cada uno de nosotros también. Porque aunque estemos fuera (como es mi caso) también estamos dentro, siempre, y esa casa derrumbada de estas navidades es todo un símbolo: Béjar se derrumba, lleva años haciéndolo. Dar un paseo por la zona de San Juan es entrar en la parte de la ciudad que agoniza, y uno siente con angustia que es como un cáncer que empieza y seguirá devorándolo todo. No sé cuál es la solución, tampoco sabría concretar el problema, que a mi juicio trasciende de los partidos políticos y los alcaldes de turno, aunque también los responsabilice, por supuesto. La ciudad la hacen sus personas, sobre todo las que se quedan -que cada vez son menos- pero también las que se marchan. No vale ni la crítica, ni el desprecio, ni la resignación. Valdrían la esperanza, la ilusión, las ganas y por supuesto una cosa: asumir de una vez por todas que tenemos un problema grave, asumirlo de verdad, dejando atrás el pasado de grandeza y esa estúpida costumbre bejaran de simular que todo va bien. Sólo reconociendo eso podemos quizás recuperar la ilusión y empezar a trabajar. ¡Ánimo! sigamos hablando. Por algo se empieza
Completamente de acuerdo con lo expuesto por los invitados anteriores. Todos recogen la necesidad de que Béjar reconozca su situación calamitosa y se ponga a trabajar de verdad para recobrar la pujanza y la dignidad perdidas. Con "esperanza, ilusión y ganas". Lucía y Juan están haciendo una reflexión necesaria con gran lucidez y creo que recogen el sentir de muchos bejaranos de dentro y de fuera. Los grandes partidos, con sus líderes desacreditados, están "extenuados y faltos de reflejos", enzarzados en polémicas estériles o dedicados a desarrollar políticas facilonas, que soslayan los graves problemas de la ciudad. Todo lo importante sigue por resolver y los bejaranos somos incapaces, bajo la torpe tutela de esos partidos, ni tan siquiera de hablar o de analizar qué es lo que está pasando. Y la cuestión es que la situación no admite más dilaciones o prórrogas. Lucía, que parece tener una cabeza muy bien amueblada, nos apunta que quizá sea el momento de que surja un grupo de bejaranos que se ponga a pensar, a hablar, a debatir, a trabajar claro y a largo plazo, de forma que aglutine esa esperanza colectiva y contagie esa ilusión al conjunto de los ciudadanos, lo que resulta vital para la propia supervivencia de esta ciudad hoy arruinada.
Toandayz
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