Bajo licencia de Creative Commons.
Resaca y saúco (II)
La República (en griego politeia que significa ciudad) es la más conocida e influyente obra de Platón, el compendio de las ideas que conforman su filosofía. Escrita en forma de diálogo entre Sócrates y otros personajes, como discípulos o parientes, se estructura en diez libros, si bien la transición entre ellos no corresponde necesariamente con cambios en los temas de discusión. En este libro, Platón discute cuál sería la mejor filosofía y organización del Estado, de tal forma que éste fuera ideal. Para ello, hace que Sócrates opine sobre la forma de educar a los hombres mientras instruye a los demás tertulianos. Las ideas clave según el autor son la importancia de la educación de los guerreros para la posterior defensa del Estado, la obligación moral de ejercer la justicia y, finalmente, declara abiertamente que la república es la mejor opción para organizar un Estado.
Busqué a Platón como una "h" donde apoyarme, donde cobijarte… y encontré el fracaso de Siracusa y el concepto de república… Busqué a Plathon y encontré a SÓCRATES soñando despreocupadamente en esta vera descansada, he vuelto, le dije.
HE vuelto a esta orillita amable donde soñaba con el resurgir del pájaro de fuego… pero no he conseguido ver sus cenizas.
El agua pasaba veloz, las lluvias incesantes colmaban el cauce como colman las lágrimas las penas anchas. Llevaba una manzana biplaza para calmar la ansiedad del mal de ausencia. Sentada sobre aquel granito frío, reconocí enfrente las varas limpias del saúco… aquel en el que descansé mis doloridos pies, aquel que lucía en ramilletes níveos recién producida “la victoria”… aquel.
No era éste. No había pájaros esta tarde gris, solo vuelos cortos alrededor del agua, furtivos, fiel reflejo del ala corta, quizá fruto del recorte de alas que tiene mi corazón en estas horas extrañas… aunque dulces, compartidas, acompañadas…
Los colores fríos, musgos verdes, robles ocres en los que algunas hojas muertas han resistido para conocer otra primavera. Es curioso cómo se resisten al tiempo… la lluvia, el vendaval y yo amando este paisaje.
Respirándolo por completo casi con ansia… calmo mi sed, en el venero con mano pequeña, pura anécdota, acaricio mi estigma con un brotecillo tierno recién salido… me demoro a propósito bajo el calcetín sobre el tobillo cansado y… me pregunto si no será todo una sola vida.
Dolorida de resaca y saúco comparto la manzana, una manzana rojiza, llena de mordiscos a medias como si en ella estuviera condensada la vida.
Una redonda manzana biplaza para una tarde gris de saúco y resaca, quién sabe si sembrando el azar un frutal, cuando terminada la manzana, lanzamos su corazón negro fragmentado sobre el terraplén que el tiempo y el río aplanan…
Me doy cuenta que, entre mi discurso y el festín, no he dejado decir a SÓCRATES ni una palabra. ¡Qué lástima!!!!!, VAYA IGNORANCIA LA MÍA, con urgencia le conmino a que me instruya, pero él ya ha empezado a levantar su sandalia. Alejándose de este sueño tejerillo, relata entre dientes algo así como que: volverá cuando el río calle y el saúco hable, para decir algo dedicado especialmente a los que se llaman "republicanos" pero se prestan de títeres, pecan de codiciosos o caen torpemente engañados.
Me entretengo buscando en diccionarios virtuales. En la Antigüedad, las repúblicas no se entendían como entiende la ciencia política el concepto de república.
Aunque República significara la cosa pública, no todos podían participar de esa cosa pública. La llamada democracia ateniense no lo era en el mismo sentido que tomamos actualmente. En realidad, las polis griegas estaban gobernadas por oligarquías (aristoi, "los mejores") y sólo los ciudadanos (y no todos los miembros del pueblo eran ciudadanos) eran los únicos que participaban en las discusiones del ágora. No podemos decir que la República antigua era "mal llamada" así, pues la noción de Libertad era distinta para los antiguos.
Pocos textos antiguos sobrevivieron a la Edad Media, entre estos pocos está La República de Platón. No obstante, pese a los elevados ideales de ésta, cuando Platón puso sus ideas políticas en práctica en la polis de Siracusa el resultado fue un completo fracaso.
También Cicerón intentó algo parecido en tiempos de la Antigua Roma y tampoco logró reforzar el gobierno de la República romana, muy a su pesar, sólo logró un preludio de lo que luego sería la Roma imperial.
Tengo RESACA Y SAÚCO, es la segunda vez, sé que no es la última vez que vendré a esta orillita amable. Volveré.
“…Y se alcen los pueblos con valor...”
Gel Borrajo
(Abril 14 de 2010)
- Debe hacerlo Vd
hace 5 horas 40 mins - Como bien dicen los
hace 15 horas 9 mins - En España hay 28 estaciones
hace 18 horas 34 mins - Cinco años después de la
hace 18 horas 54 mins - Esta Edil que se hace la
hace 20 horas 39 mins - No me caliente la cabeza con
hace 21 horas 22 mins - Veo este comentario mío y
hace 21 horas 32 mins - No se confunda ni trate de
hace 21 horas 40 mins - Votamos auténticos
hace 22 horas 53 mins - ¿Qué tiene que ver la mina
hace 1 día 44 mins
Enviar un comentario nuevo