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Notas al margen del Programa: centrados en nosotros
Sin lugar a la menor duda, el programa presentado por el Partido Popular a las pasadas elecciones municipales es la guía para el desarrollo y la solución de los diferentes problemas que mantienen a la ciudad en un estado de retroceso en prácticamente todos los órdenes desde hace mucho, pero mucho tiempo.
Ahora, en plena crisis económica e intuyendo con toda lógica que lo bueno que esto tiene es lo malo que se está poniendo, no queda otra alternativa a los bejaranos que atrincherarse en el micromundo de la localidad y pensar que nadie va a venir a sacarles las castañas del fuego, y pensar, además, que después de tantos años caminando como el cangrejo no hay por qué suponer que en la actuales circunstancias comenzaremos a andar en positivo sólo por el hecho de que estemos llegando al umbral del precipicio.
El gobierno de Béjar hará, también sin duda alguna, lo que esté a su alcance; por lo que sería preferible excluir por completo el triunfalismo, la perfección propia, la imperfección ajena y la oratoria a la defensiva y realizar una gestión absolutamente objetiva que no adormezca la voluntad popular en la confianza de que otros son los que tienen la responsabilidad de sacarlos del bache. De la misma forma, los bejaranos tendrán que ejercer el control sobre lo que se hace y lo que se deja de hacer; tendrán que tomar parte en las decisiones sobre lo que vale la pena y lo que no, en las prioridades y en las iniciativas.
Bajo esas dos premisas, que serían un espaldarazo a una democracia participativa en los asuntos locales, tendremos todos la culpa de lo que pudo haber sido y no fue o de lo que sería preferible: ser copartícipes, sin ruidos de intereses parciales, en el primer paso en sentido contrario a la decadencia.
Lograr esto tal vez sea muy difícil, porque están presentes las divisiones que causan las simpatías políticas —que en este momento son como el dedo con que se apretaría el gatillo de una pistola en la sien— y la capacidad disminuida de los bejaranos para influir activamente en sus propios problemas. Ciertamente, obra a favor de esto último, que Béjar es una ciudad envejecida y que los envejecidos tienen una manera pasiva de enfrentarse a las dificultades, sin pensar que ser viejo es sólo un estado de ánimo. Pero a favor estaría el resto de una población de 14.000 habitantes que tiene un ejército de 2.500 personas sin trabajo.
Pienso que, lejos de molestarle al Gobierno Municipal, la creación de algunos mecanismos de participación real de la ciudadanía en los asuntos vitales que la afectan, sería para él una garantía de que cuanto haga tenga un amplio consenso, más allá del que teóricamente pudiera indicarle una mayoría electoral. La unanimidad es una quimera; pero la dinámica que traería aparejado un órgano de control popular tendría el mismo beneficio que todos conocemos: la varita que se parte con facilidad y el haz de varas irrompible de la unidad. Sobre todo de la unidad en tiempos en que la desunión en un veneno letal.
De esa forma, como una contribución a un pensamiento crítico que tienda a la unidad de la población en todos los temas de la vida pública, nuestra publicación crea un espacio de debate, analítico y respetuoso con las ideas de cada cual, que tendrá como centro el programa electoral en ejecución, que es la expresión más concreta de la acción del Equipo de Gobierno Municipal. En lo adelante, iremos llevando a nuestras páginas sus diferentes aspectos y sometiéndolos a la opinión de los lectores.
Más que a la crítica por la crítica y a las descalificaciones, que generalmente proporcionan una imagen de indigencia política, aspiramos a un espacio serio de reflexión y a intentar que el diálogo se instituya como método de la expresión de las ideas propias y de aporte a los intereses colectivos. También aspiramos a que, de la diversidad de enfoques, resulte la conjunción de voluntades para la creación de un Observatorio Popular de la gestión del gobierno, que tenga a la larga la potestad de participar en calidad de garante de la democracia en todo lo que concierna a la administración pública y que realmente la centre en nosotros mismos.
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