Bajo licencia de Creative Commons.
Cirujanos de la máquina del tiempo. “La familia Reig o la relojería en Béjar”(1)
Manuel Alvarez Monteserín Izquierdo
Daba el reloj las doce..
Y eran doce golpes de azada en tierra...
¡Mi hora! ...Grité. El silencio
me respondió: No temas;
tú no verás caer la última gota que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura amarrada tu barca a otra ribera.
Antonio Machado
Desde los comienzos de la prehistoria, el hombre ha tratado de gestionar su vida y actividad controlando de distintas maneras el transcurso de los días, a través del ciclo del sol (referencia obligada), las fases de la luna, fenómenos astronómicos, etc. y para ello se valió de distintas observaciones en la naturaleza, teorías y artilugios en el acontecer de los tiempos. Sirvan como ejemplo los magníficos obeliscos del templo de Luxor en Egipto, que ponen de manifiesto esta inquietud. Una de las primeras referencias literarias que se manifiestan sobre relojes solares es el “Cuadrante de Achaz” del siglo VII a.C. y mencionado en la biblia, que nada tiene que ver con la idea actual de este tipo de lector del tiempo, pues se trataba, dicho de una forma muy sencilla, de unos pequeños peldaños que en función de la sombra que proyectaban nos informaban del movimiento del sol y del transcurso del día.
En el siglo XII aparecen algunos cuadrantes de sol, canónicos, con la división eclesial del día solar, y es en el siglo XV cuando comienzan a ponerse estos en las iglesias y catedrales. Estos relojes denominados solares y que tienen toda una trayectoria de siglos pasados, se basan en la sombra que proyecta un gnomon o estilo sobre una superficie con una escala graduada que nos indica la posición del sol. Alfonso X el Sabio, (plena Edad Media) en sus obras astronómicas menciona las posibilidades de medir el tiempo. Prácticamente hasta el siglo XIII el ser humano medía el tiempo fundamentalmente con relojes de agua o clepsidra y de arena, cuya construcción está ligada al soplado de vidrio. Los primeros relojes mecánicos aparecen pasado el año 1300, siendo sus órganos principales, el motor, la transmisión, el regulador y el indicador. Es en el transcurso del siglo XV cuando el concepto hora tiene sentido como unidad a ponderar del tiempo. El siglo XVI desmenuza aún más la hora, contemplándose las fracciones minuto y segundo. A lo largo del siglo XVII el reloj como pieza individual se incorpora al ser humano y siempre entre personas de nivel adquisitivo alto, pues también plasmaba la función de distinción entre los ciudadanos.
Son las mujeres las primeras en utilizar el llamado reloj de pulsera a principios del siglo XX, aunque Louis Cartier, relojero francés, fabricó para su amigo aviador Alberto Santos-Dumont un reloj aparentemente útil para sus vuelos. No obstante, fue Pateek Philippe quien en 1868 realizó el primer reloj de pulsera para mujeres. Los hombres comenzarán a utilizar estos a partir de la gran guerra, en torno a los años 20.
En el transcurso de los años sesenta aparecen en el mercado los primeros relojes electrónicos y de cuarzo para dar paso en años sucesivos a los digitales, atómicos, etc. alcanzando, estos últimos, medidas de máxima precisión empleadas por ejemplo en la localización por GPS. Todos ellos nos han ayudado a medir el tiempo objetivo. Otro tiempo, el subjetivo, ha dado lugar a frases como: “No tengo tiempo para nada”, “el tiempo pasa” “el tiempo vuela” “no pierdas más el tiempo” “de dónde voy a sacar tiempo”... y así muchas más que ponen de manifiesto las circunstancias sociales del ser humano.
Realizado este sucinto viaje por la historia del reloj, me centraré en una de las familias de relojeros ubicados en Béjar, que han marcado el pulso de la vida de los bejaranos, ofreciéndoles sus relojes y han recuperado viejas glorias de la historia de la relojería, restaurando sus desgastes e incluso fabricando diminutas piezas para darles una segunda oportunidad: Familia Reig.
D. Ángel Reig González, hijo de José y de Florencia vino al mundo el 11 de febrero de 1912, en Béjar.-Salamanca (año del hundimiento de Titanic) y fue bautizado en la parroquia de San Juan Bautista de Béjar. Se casaría a la edad de 29 años con Da Dolores Blasco Beviá, (jóven que conoció en Alicante) una vez finalizada la guerra civil española, el 6 de abril de 1941 en Alicante. Tuvo tres hijos: Julia, José Ángel y Ma del Carmen y seis nietos.
Comenzó su formación académica, siendo un niño, en el Colegio Salesiano de Béjar, en el año 1918 y completó su formación y conocimientos técnicos en la Escuela Industrial de Béjar.
Adquiere sus primeros conocimientos de relojería, en los años treinta, de la mano de Enrique Jiménez Calabia, hombre que creó Escuela dados sus extraordinarios conocimientos y su afán por enseñar el oficio a los jóvenes. (Miembro de la ejecutiva socialista bejarana, murió tempranamente a los 45 años por arma de fuego en la contienda nacional, el 2 de septiembre de 1936, en el término del Puente Congosto)
El Sr. Reig fue llamado a filas para incorporarse y combatir en la insurrección obrera, iniciada en Asturias durante el mes de octubre de 1934. En una de las cartas que escribió a sus padres, y que conserva su hijo, narraba los horrores presenciados y vividos. El Excmo. Ayuntamiento de Avilés en sesión celebrada el día 14 de diciembre de ese mismo año,”... y en atención a los relevantes servicios de defensa de la Autoridad y del orden público, prestados por D. Ángel Reig González, con motivo de los sucesos revolucionarios desarrollados en esta localidad durante el mes de octubre último acordó concederle la Medalla de Bronce de la Villa”. Su buen hacer le fue reconocido.
El propio Sr. Reig recoge y se señala en un recorte del periódico AHORA donde sale con el resto de compañeros.
Estalla la guerra civil y como sargento (curso que realizó en Plasencia) se incorpora al frente, teniendo distintos destinos: Belchite, valencia, Montes de Toledo, Alicante...Con la liberación de Alicante el 25 de marzo de 1939 y soportando la ciudad un gran bombardeo, según un parte de guerra republicano, echó mano de los conocimientos que había adquirido con el maestro de relojería Enrique Jiménez y solicitó trabajo en la Empresa de Relojería Gomis (firma que aún existe como Joyería y relojería), donde fue admitido y tuvo los primeros ingresos económicos después de años de fuego y sangre. La guerra le impidió seguir sus estudios en la escuela industrial; durante la misma evitaba hacer amigos, pues este hecho era algo para no recordar ni repetir y siembre esquivó hablar de ello.
Ya en Béjar, monta su primer negocio de relojería en el número 25 de la calle Sánchez Ocaña. Con Enrique Jiménez, tuvo la oportunidad de trabajar en más
de una ocasión en el mantenimiento del reloj de la torre del Convento de San Gil (hoy museo de Mateo Hernández).
En su juventud y madurez disfrutó de muchos amigos y era muy “pandillero”. Le gustaba la sana diversión y desde la adolescencia tuvo como gran amigo al “Hombre de Talla” Gil Laso Fraile, amistad que perduró hasta el final de sus días. Jugó mucho con él a la rana y al mus. Aficionado también al juego del billar, compartió paño en múltiples ocasiones con su hijo José Ángel, a quién cariñosamente le llamaba “chato” y con el odontólogo el Dr. Campos. Poseía conocimientos musicales y se atrevía con el violín.
Hombre a quien los desastres de la guerra forjó en él un carácter fuerte, pero a la vez humano y familiar. Me comenta su hijo, que no le gustaba afeitarse y mucho menos el uso de la corbata, pero que sabía en qué momentos debía atender a semejantes necesidades. Cantar tangos y bailarlos eran otras de sus habilidades, junto con otro de sus amigos, Francisco Parra.
Amante de los espacios libres, de la naturaleza, tenía grandes dotes culinarias sobre todo en el mundo de la paella, siendo El Bosque y El Monte del Castañar sus principales escenarios. Normalmente, después de una buena paella en El Castañar, continuaba la fiesta en casa de otro de sus mejores amigos, Santiago Muñoz (Bar Senén). Le gustaba hacer la compra en momentos especiales y fundamentalmente por las fiestas navideñas, comprando de todo para dar alegría a los suyos.
Sus hermanos fueron, Julia, Fermina, Francisco, Miguel, Pedro, Germán, José y María. Pedro también fue profesional del mundo de la relojería, pero en la actualidad solamente una hija de Miguel sigue, en parte, el negocio de la relojería y joyería en Asturias.
La salud de Ángel Reig, con el paso de los años se fue debilitando, siendo el Dr. Coquilla quien le trató hasta el final de sus días. Sin duda, el conflicto bélico melló su salud y lo fue arrastrando durante toda su vida. Cuando le preguntaban durante la guerra qué tal estaba, siempre respondía con voz quebrada “vamos tirando”.
En el terreno profesional, siempre defendió su oficio que le reportó la economía suficiente para mantener a su familia de forma holgada. El conocimiento de la mecánica de los relojes facilitó todo tipo de reparaciones y relojes: de bolsillo, pared, sobremesa, de pulsera...Tuvo también buenas manos para el control de la óptica. Cursó los denominados estudios de “óptico transitorio” que más tarde se convertiría en Diplomatura.
Sin crear Escuela propia, sí supo enseñar a sus hermanos el oficio, fundamentalmente a Pedro, y a sus hijos Julia y José Ángel, siendo este último quien realmente se dedicó de lleno y también fue su profesión y sustento
durante toda su vida y quien en la actualidad posee una de las mejores colecciones de relojes de la provincia, de tipologías muy diversas. Su hermana Julia fue, tal vez, la única mujer dedicada durante unos años a la relojería en esta ciudad.
La clientela que el Sr. Reig tenía era muy diversa, prácticamente todos los sectores de la población bejarana. Siempre comentaba que a nivel particular, había en Béjar muy buenas piezas de relojería. Entre las marcas de prestigio y conocidas, tenía la exclusiva de Omega. Una manera de promocionar esta marca u otras era a través de una rifa: Varios clientes, se asociaban en torno a un buen reloj y cada semana entregaban una cantidad en concepto de anticipo a cuenta y el Sr. Reig les adjudicaba un número, de tal forma que el atractivo, a parte del reloj, era que alguien con la primera cuota podría llevarse el reloj y el resto seguir pagándolo.
Dentro de las marcas conocidas, Omega y Longines fueron siempre sus preferidas por la precisión y finura de sus mecanismos sin dejar a un lado otras como, Oris, Rolex, Certina, Duward... También los cronómetros, como controladores del tiempo u otros aparatos similares fueron objeto de su interés, cuidados y reparaciones.
No fue nunca coleccionista de relojes pero sí de sellos. En cambio su Hijo, como se ha comentado anteriormente, ha sido y sigue siendo un gran coleccionista de los mismos, siendo él quien con gran esfuerzo y pericia los ha ido reparando y poniéndolos, en su mayoría, en marcha, tarea que ha llevado a cabo durante la actual jubilación.
Una clientela muy peculiar suya, fueron siempre los anticuarios, que aunque no eran sus preferidos, no dejaba de atenderlos y restauraba en múltiples ocasiones los relojes antiguos que le ofrecían, teniendo que fabricar con sus propias manos y herramientas, pequeñísimas piezas para ponerlos en funcionamiento. Siempre les decía: “No cumple la misión del reloj de indicarnos la hora, pues aunque sea muy antiguo y valioso, está parado”.
Aunque manejó infinidad de relojes, siempre tuvo preferencia por dos de ellos, que aún se conservan en buen estado y funcionando: Un reloj de pie o autómatas, que siempre denominó “De los Muñecos” y otro de sobremesa o chimenea, cuya caja fue tallada por su gran amigo y artista bejarano Gil Laso Fraile.
En cuanto al reloj “de los muñecos”, estaríamos hablando de un reloj de autómatas alemán denominado “Flötenuhr” de flautas o de órgano, con movimiento y sonido accionado por un mecanismo musical al dar las horas. También llamado de “Selva Negra” por ser en esta zona de Alemania donde se encontraba el mayor fabricante de esta tipología
. El mecanismo posee fuelles que introducen el aire en un pequeño depósito en el cual la apertura de unas válvulas y con una secuencia determinada, provocan el sonido en las flautas. Este mecanismo musical es básicamente un órgano con un cilindro que es el que acciona las válvulas para que suenen en las flautas las notas de las melodías. Este único y complejo artilugio incorpora artes y oficios como, la música, pintura, carpintería, mecánica, marquetería, ebanistas, broncistas, ceramistas, escultores, matemáticos, neumática, etc. En este modelo de reloj aparece también un escenario con unos flautistas danzarines, policromados, que giran sobre sí mismo y en círculo cuando suena la música. Las flautas son de madera y los números de la esfera, estucada y pintada, del dial, van en números romanos. Aparece una pintura cuya escena es la caza del cocodrilo, con fondo de río, palmera y pirámides que nos traslada a los ambientes del viejo Egipto, con la leyenda, “der unglückliche Krocentilfänger” (El desafortunado cazador de cocodrilos). La caja del reloj es de caoba.
A Ignatz Bruder (1780-1845) y Andreas Ruth (1817-1888) se los considera como grandes maestros de este tipo de autómatas. Músicos como Mozart y Beethoven escribirían música para relojes de órgano y autómatas.
J. Ángel Reig comenta que cuando se animó a su reparación y restauración, cuestión que le llevó cerca de un año, resultó muy problemática por la mecánica y por la complejidad de elementos que había en su interior.
más tarde Winterhalder & Hofmeier ), considerado como uno de los mejores
(Winterhalder Uhrenfabrik ,fabricantes Victorianos de la época
- BÉJAR DESTINO. Turismo sostenible en una Reserva de la Biosfera y un Geoparque Mundial de la Unesco.
- Es lo que hay 3: Los Santos. La Paz de las buenas ideas
- Aviso a "Béjar emprende": las propuestas para ofrecer las potencialidades de El Bosque existen desde 2016
- La Covatilla. Una visión estoica del desastre
- Manifiesto para salvar la Raya leonesa
- Todas las ideas todas las
hace 14 horas 31 mins - Hoja de ruta: Diciembre para
hace 1 día 14 horas - Ya lo ven: el virus
hace 1 día 18 horas - Veamos si te entiendo. Si
hace 1 día 18 horas - Ojalá un Milei Bejarano que
hace 2 días 8 horas - Con los adelantos
hace 2 días 21 horas - Te hao una pregunta. Porque
hace 2 días 22 horas - Por un error quisieron
hace 3 días 13 horas - Nivel 3. Emergencia general:
hace 3 días 15 horas - Cuando se coge un mantra no
hace 3 días 18 horas
Enviar un comentario nuevo