El Pleno del Ayuntamiento de ayer fue otro acto más del melodrama que el Alcalde Martín con la colaboración estelar de la Sra Pozo está protagonizando en la muy heroica, leal y liberal Ciudad de Béjar.
No hubo política, no hubo proyectos, no hubo nada directamente relacionado con los intereses y problemas de los bejaranos. Lo único que hubo fue otro capítulo del culebrón de los asesores, esta vez aderezado por una larga intervención de la concejala Olga García, en la que explicó pormenorizadamente sus razones para abandonar el grupo Popular y pasar al grupo de concejales no adscritos.
Por razones de interés general reproducimos literalmente el discurso de Olga García.

Quiero empezar mi intervención haciéndole un ruego, señor alcalde. Le ruego que me deje explicar por qué me he marchado del Grupo Municipal Popular. Unos días después de empezar a gobernar trajo usted al Ayuntamiento a una persona que nos presentó como su asesor; supuestamente este señor venía porque tenía detrás de él muchas empresas importantes que querían invertir en nuestra ciudad mucho dinero. Hasta ahí bien, todos contentos.

Las empresas a las que supuestamente representaba este señor iban a construir la piscina climatizada a comprar casas abandonadas de la calle Mayor para rehabilitarlas y atraer turismo, iba a montar una fábrica para muchos trabajadores en el polígono, etcétera, etcétera.

Nos insinuaba su asesor que Guijuelo y Santa Marta estaban esperándole con los brazos abiertos para sus inversiones y que, si no se ponía aquí la empresa de hidrógeno verde, se instalaría en Santa Marta hasta que este señor y usted nos dicen que no pueden invertir porque el Ayuntamiento de Béjar es el punto de mayor corrupción de Europa.

De repente todos pasamos a ser corruptos: funcionarios, ex alcaldes, políticos que actualmente están sentados en este salón de plenos y había que hacer limpieza para que estas empresas pudieran venir a invertir a Béjar, pero no sólo eso, usted y su asesor querían vender el matadero. Su asesor tenía empresas chinas interesadas en él. La central de Samuel Solórzano, La Covatilla… su asesor, tenía empresas interesadas en comprarlo todo, ¿para qué señor alcalde? ¿Qué negocios eran esos que temía el asesor que yo le jodiera cuando dijo que me iba a romper la madre?

El despacho de Alcaldía se convirtió en una caza de brujas. Todo aquel que pasaba por su despacho, para usted y para sus asesores, eran culpable de algo, yo he presenciado como este señor y su hermana, que apareció en escena dos semanas más tarde, le daban órdenes a usted y a todo el equipo de gobierno de absolutamente todo lo que debíamos hacer en cada momento.

Su asesora, la señora Martha Elisa Barceló, le revisaba a usted los montones de facturas que le ponía la firma su secretaria y ella le daba el visto bueno para firmarlas, si consideraba que estaban bien y nadie le había puesto ninguna trampa. Revisaban expedientes buscando errores del anterior alcalde, el señor Cámara, del señor interventor, del señor secretario, del aparejador… de todo el mundo.

Nos decían que todos eran nuestros enemigos, que los funcionarios tenían que trabajar con miedo porque si no, no nos respetaban, a lo que yo siempre le respondí que no quería que nadie trabajara conmigo con miedo.

Al principio reconozco que lo pude llegar a creer, pero según van pasando los días y se van desarrollando los acontecimientos empiezas a ver que aquí no cuadra nada, ¿quiénes son estos señores?, ¿a qué han venido?, ¿qué fin tiene todo esto?

Usted me ha llegado a prohibir a mí hablar con los concejales socialistas y, sobre todo, con el señor Cámara porque eran nuestros enemigos. No tiene ni idea de política, señor alcalde, solo sabe mentir y engañar como ha hecho conmigo y con las personas que nos votaron en las elecciones.

Yo he presenciado como sus asesores se reunían con trabajadores de la estación de esquí y se les increpaba y amedrentaba; cómo se les quitaron las llaves de La Covatilla acusándoles prácticamente de ladrones porque en la estación faltaban muchas cosas, según sus asesores. Cómo recibían órdenes de la señora asesora, Marta Elisa Barceló Barrachina, que mandaba más que cualquier concejal y tomaba todo tipo de decisiones junto a su hermano.

Las únicas concejalas que nos reunimos con usted en dos ocasiones para mostrarle nuestra preocupación sobre lo que estaba pasando, porque no nos parecía normal, fuimos mi compañera Araceli y yo el resto del equipo de gobierno han sido y siguen siendo cómplices de todo lo que ha pasado en este Ayuntamiento, a la vista usted. Siguen sentados con usted y apoyando y defendiendo lo indefendible.

Recuerdo que en repetidas ocasiones le pregunté por qué no le hacía un contrato al asesor y su respuesta siempre fue que no se podía, que era imposible. Ahora ya sé por qué después de ver el vídeo que ha circulado por todo Béjar, donde su asesor, apodado El Mago, estaba siendo investigado en una trama de narcotráfico en Chile he comprendido muchas cosas que ya imaginaba.

Usted señor alcalde cuando le he preguntado por sus asesores ha dicho que eran de su total y absoluta confianza y al preguntarle que quién se los había mandado ha dicho que el Partido Popular, más concretamente el señor Alfonso Fernández Mañueco y su asesor decía que le había mandado Isabel Díaz Ayuso.

¿No le da usted vergüenza hacer una afirmación tan grave acusando al presidente de la Junta de Castilla y León? porque estoy convencida señor alcalde que ni el señor Mañueco ni el Partido Popular de Salamanca conocen a los asesores, ni los han mandado aquí.

En otra ocasión que le preguntamos qué llevaban los asesores en esas mochilas negras que los acompañaban, se lo pueden preguntar a cualquier trabajador, siempre su respuesta fue que llevaban pistolas porque usted estaba amenazado y se quedó tan fresco.

Hemos vivido cuatro meses escuchando al asesor decir que el Ayuntamiento iban a venir muchos coches de policía, esos con la cara tapada a los que solo se les ven los ojos, a llevarse todos los ordenadores y mucha gente detenida.

Yo personalmente he vivido un infierno junto a usted, un desvarío, una locura, el día 4 de octubre cuando me entero de que su asesora está dando órdenes a los trabajadores de La Covatilla, una vez más, Araceli y yo entramos en su despacho a echar a los asesores del Ayuntamiento y usted me señaló con el dedo y me amenazó diciendo “tú te vas a enterar, te lo voy a quitar todo y te voy a echar”. Lo ha cumplido empezó quitándome las redes sociales del partido que llevaba desde hacía cinco años, tanto usted como todo el equipo de gobierno, me han ninguneado en todas mis concejalías y en la última reunión que tuvimos me dijo que, si no volvía al redil, como si yo fuera una oveja, y no le mostraba fidelidad, ¿yo a usted fidelidad? no me haga reír, me iba a quitar de teniente de alcalde y la mayoría de mis concejalías. Yo le contesté que se iba a reír de su tía.

Tanto que se ha hartado de decirle a todo el mundo que yo quería ser alcaldesa… que poco me conoces señor alcalde, mire donde estoy sentada ahora y muy orgullosa porque es igual digno trabajar ahí donde está usted sentado que aquí donde estoy sentada.

Siga usted inventándose mentiras sobre mi vida privada porque ¿sabe una cosa? con las mentiras, se puede llegar muy lejos, pero lo que no se puede es volver.

Creo que he argumentado suficientemente los motivos que tengo para no seguir trabajando con usted, aunque podría contar muchísimas cosas más. Estoy muy bien señor alcalde, liberada, con la conciencia tranquila porque yo no he hecho nada malo, feliz de no tener que estar sentada a su lado y le quiero dar las gracias a los trabajadores de este Ayuntamiento por su apoyo y a mis compañeros de Corporación: a Javier, a José Ángel, a Rosa, a José Luis, a Luis, a Rosa y a Antonio por su apoyo, el apoyo que no he recibido de mis propios compañeros; solamente de Araceli, que es más que una compañera.

Toda esta situación no trata de colores políticos ni rojo ni azul. Señor alcalde y señores concejales del equipo de Gobierno esto trata de la inutilidad de una persona para ser alcalde, que no ha venido a trabajar, y una concejala de Vox que haría cualquier cosa por estar sentada donde está ahora y en la política como en la vida, señora pozo y señor Martín, no todo vale, ¿qué pensaban ustedes hacer con Béjar?

Le pido que nos explique a todos aquí en el Pleno si realmente sigue diciendo que el señor Fernández Mañueco fue el que mandó a estos asesores a Béjar y si realmente llevaban pistolas en sus mochilas”.