Bajo licencia de Creative Commons.
Tener a House como Jefe
Juan Carlos Cubeiro. Socio Director de Eurotalent
Uno de cada cinco teleespectadores pasa los martes por la noche frente al televisor disfrutando de los casos del Dr. Gregory House, nefrólogo especializado en enfermedades infecciosas, un nuevo Sherlock Holmes en el mundo de la medicina. Tom Peters confiesa que monta su agenda de viajes alrededor de los episodios de House (como 60 millones de sus compatriotas, porque para muchos es actualmente el mejor programa de la televisión). Es evidente que nos encanta House como médico iconoclasta. Sin embargo, ¿qué nos parece el Doctor House como jefe? ¿Cómo nos sentiríamos si cualquiera de nosotros fuera el neurólogo afroamericano Eric Foreman, la inmunóloga Allison Cameron o el australiano experto en medicina intensiva Robert Chase?
Todo directivo debe actuar decididamente en tres campos: planificar, gestionar y motivar. House, como todo ser humano, es un caleidoscopio con múltiples caras y en movimiento, que nos ofrece distintos perfiles.
· House como decisor: Es la quintaesencia del método científico. No cae en el “síndrome del Mesías” (querer salvar el mundo), sino en el “complejo de Rubik” (quiere resolver el puzzle). Le interesan las enfermedades, no los pacientes. En ese sentido, plantea las cuestiones de forma muy inteligente, cuenta con el equipo para la creatividad (utiliza el rotafolios para las “tormentas de ideas”), odia la burocracia, experimenta, reconoce sus errores, insiste y persevera. Además, admite y utiliza la intuición, el eureka, una vez que dispone de la información necesaria. Como analista y ejecutor, House es fascinante. Por eso tiene éxito en su diagnóstico y en sus tratamientos.
· House como planificador: Va a salto de mata. No piensa en el futuro. ¿Qué pueden esperar sus colaboradores? El jefe House no clarifica sus expectativas (de hecho, le molesta que sus “subordinados” le pregunten al respecto). La relación con la directora del hospital, la Dra. Lisa Cuddy, es de amor-odio. Ella tiene que protegerle de los agentes externos.
· House como líder: ¿Tiene el Dr. House inteligencia emocional? Sí y no. Como gestor de sus propias emociones, nos maravilla. Posee una seguridad en sí mismo (autoconfianza) a prueba de bombas, hasta el punto de que se atreve a decir la verdad aunque duela (uno de sus puntos más fuertes). Se autocontrola (sufrió un infarto en la pierna derecha, que ha derivado en necrosis en el cuadriceps; consume Vicodina) y no pierde la calma. Se marca un objetivo (resolver el caso) hasta la obsesión. Sabe que los pacientes mienten (el cerebro humano posee memoria selectiva). En términos de orientación a resultados, el Dr. House merece un sobresaliente. En su relación con los demás, desagrada. No sólo no muestra empatía (la capacidad de ponerse en el lugar de los otros), sino que es conscientemente antipático, misántropo, cruel. Orientación al cliente/paciente cero. Presume de egoísmo y sólo su único amigo, el doctor James Wilson, jefe de oncología del hospital, se atreve a llevarle la contraria.
Entonces, ¿por qué sus colaboradores no le abandonan? ¿Por qué se comprometen hasta la extenuación? Porque lo que hace House es más poderoso que lo que dice. En un mundo de cinismo exagerado, en el que a muchos jefes se les llena la boca de “las personas son lo más importante de la compañía” mientras simultáneamente tratan con poco respeto a su gente y le otorga escasas posibilidades de desarrollo, este médico se comporta a la inversa. Su equipo posee diversidad (de géneros, de etnias, de especialidades médicas, de formas de ser) y por tanto se enriquece con la complementariedad. Les ofrece retos, les anima a pensar y a actuar, les impone los más altos estándares, les provoca orgullo de pertenencia, éxito por lo logrado. Es un jefe brutalmente honesto, íntegro, exigente consigo mismo como con los demás, y por tanto creíble. Aunque no lo parezca, el de House es un gran ejemplo de trabajo en equipo.
Ahora bien, su orientación a la tarea no justifica su nula orientación a las personas. El productor David Shore (X-Men, Sospechosos habituales, Superman Returns) ha configurado un personaje atractivo, inteligente y decidido, pero también atormentado, que sufre una discapacidad (el influyente Conde de Romanones, que la arrastraba desde la infancia, decía: “para evitar la envidia, invéntate una cojera”); cascarrabias, solitario, adicto. No precisamente un modelo de paz consigo mismo y con los demás.
¿Hace falta sufrir de esa manera y mostrar tan mala educación para ser genial? Lo dudo mucho. Según los responsables de la serie, en el momento en el que House se haga más humano, el programa dejará de tener éxito. Es probable. Sin embargo, en la vida real puedes encontrarte con grandes decisores, buenos estrategas, que además son muy capaces de ilusionar a los demás, de combinar alto rendimiento y satisfacción. Líderes que se han trabajado la escucha atenta, la capacidad de delegar, el interés por otros semejantes, la influencia honesta, respetuosa y con tacto, el equilibrio, sin perder su exigencia, su serenidad, su seguridad y su capacidad de ser asertivo.
House como programa de televisión me encanta. ¿House como jefe? No, gracias. La vida es muy corta como para sufrir con un maleducado que te trata como un objeto de investigación. Particularmente, como líder de un equipo me quedo con Santos (el personaje que interpreta Federico D’elia en Los simuladores). Junto con su equipo (Jota, León y Medina) resuelve casos y ayuda a las personas. Es inteligente, cerebral y piensa con fluidez. A diferencia de House, nunca grita; camina, nunca corre; sabe de vinos, de música, de pintura, de caballos; domina varios idiomas. Trata a sus compañeros con tacto y (cuando toca) con distancia. Ése si es, en la tele, un líder admirable.
Juan Carlos Cubeiro, director de Eurotalent
Publicado en Cinco Días el 23 y 24 de diciembre de 2006
- Cultura del amor: Cómo fomentar un entorno laboral feliz
- Las editoriales universitarias españolas crean una plataforma de eCommerce que arranca con más de 50.000 títulos
- El e-commerce crece a alta velocidad en España, pero aún le falta para alcanzar a Europa
- Marketing en la Copa del Mundo: goles en el mundo digital
- Claves para ser competitivo en el mundo digital
- A que tema te refieres? Al
hace 4 horas 26 mins - Ni mejor ni peor. Y tú
hace 4 horas 32 mins - Que aburricion, que la gente
hace 9 horas 16 mins - Seguid estirando ese tema
hace 14 horas 38 mins - Ni mejor ni peor. Y tú,
hace 17 horas 48 mins - Pues vaya lio, porque uno
hace 18 horas 53 mins - Gracias Luis por meternos
hace 18 horas 56 mins - Pues a mí me llaman por
hace 20 horas 15 mins - Sin duda se trata de un paso
hace 21 horas 23 mins - Tu eres un ciudadano de esos
hace 1 día 3 horas
Enviar un comentario nuevo