Duración: 3 horas
Dificultad: Poca
Estación apropiada: Todo el año, especialmente otoño y primavera.

Este paseo transcurre por el tramo del GR-10 a su paso por Béjar.

Camino de la UmbríaSe toma en la calleja de la bajada del túnel, donde hay una señal indicadora del GR-10, y continúa por Fuentehonda hasta Picozos, siguiendo el valle de Huertas por su margen derecha, enfrente se tiene la vista del monte de la Peña de la Cruz. Se cruza el río junto a la antigua fábrica de Gómez Rodulfo y pasada ésta se vuelve a cruzar por el puente que nos dirige al Rosal rodeando la depuradora. Desde el Rosal y siempre siguiendo los indicadores del GR-10 tomamos ya el camino de la Umbría propiamente dicho hasta los molinos de Pichón, dejando el rio a nuestra derecha y pasando debajo del viaducto. A partir de aquí y hasta los molinos caminaremos por uno de los bosques más frondosos y variados de la zona.

Es sobre todo en otoño cuando ese bosque otorga al paseante toda su magia y belleza. Los ocres rojizos de los castaños, son dominantes. De vez en cuando el rojo de algún arce o el amarillo de los álamos. La naturaleza ha compuesto una sinfonía de colores en la que el sordo crujido de las pisadas sobre la alfombra de hojas, con el sonido del agua al fondo, nos proporciona tranquilidad y sosiego. Otra característica de este paseo es la casi total ausencia de personas. Casi siempre estaremos solos.

Camino de la UmbríaEn verano, aunque no es la mejor estación es también muy agradable, en especial por el frescor que se siente cuando estás en medio del bosque de castaños.

Abundan los pájaros, que se ven revolotear, especialmente en los árboles cercanos al río, cuyas aguas, tras la instalación de la depuradora han mejorado sustancialmente.

En la primavera es un espectáculo impresionante contemplar la fuerza del agua, cuando se abre paso, entre las piedras graníticas, formando cascadas y saltos espectaculares.

A poca distancia –unos 15 minutos- observaremos el Tranco del Diablo. Debajo se despeña el río, alimentando la turbina de la central que hay a nuestros pies. La de leyendas bejaranas que hay tejidas en torno a esas piedras. ¿Cuántas veces hemos contemplado esa gorra o esa bota, escuchando a algún mayor o explicando a algún pequeño que pertenecían al mismísmo Diablo?

Siguiendo la senda llegamos a una pista que nos llevará, continuando las señales, al puente que nos permite pasar al otro lado del río y acceder a la finca de la casa de los Molinos, desde aquí ya subimos a la carretera de Aldeacipreste y siguiéndola, regresamos a Béjar.

Camino de la UmbríaLa subida por este tramo de carretera nos permite observar el camino que seguimos para bajar. Encontraremos de nuevo el Tranco del Diablo, con su espectacular caída y la cascada que forma el río a sus pies. Durante toda la subida tendremos la sierra enfrente, desde mediados de otoño hasta bien entrada la primavera, tendrá nieve, que hara aumentar el contraste con el arbolado del valle que ascendemos.

A unos cuatro km. Volvemos a encontrarnos en Picozos, desde donde podemos optar por subir por el mismo camino de la bajada o bien seguir el camino de la fábricas. También es recomendable la subida por el antiguo camino que asciende hasta la puerta del Pico y desde ella continuar ya por el interior de las murallas y continuar hasta la Plaza Mayor por la calle 29 de Agosto.

El paseante bejarano

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