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Sobre El Bosque de Béjar y la convocatoria de protesta
Me uno a las protestas: “El Bosque respeto, restauración, mantenimiento”, y afirmo que el patrimonio no es un negocio y, por tanto, no tiene que ser rentable. Los edificios emblemáticos son la memoria y la historia de un lugar, y los municipios no son sus propietarios, sino los encargados de protegerlos, restaurarlos con criterio y respeto y conservarlos para las generaciones futuras, y tienen la responsabilidad de impedir que se deterioren o privaticen: el patrimonio es de los ciudadanos y todos tenemos derecho a disfrutarlo.
Si no me equivoco, no soy historiadora, El Bosque de Béjar es un palacio renacentista del siglo XVI edificado para los duques de Zúñiga; aunque la zona ya fue coto de caza de esta familia desde el siglo XIII y, en el siglo XV, otro de los duques hizo construir un pabellón en el mismo lugar del palacio actual. Muchas más páginas de historia hacen importante a Béjar, pero no quiero extenderme demasiado en un tema que no domino. Añadiré que no debemos olvidar que Cervantes dedicó el Quijote al duque de Zúñiga y, en épocas más recientes, el reconocimiento que tuvieron los paños de Béjar y el gran desarrollo industrial de sus fábricas de tejidos; por desgracia, hoy desaparecidas.
Con tanta historia a la espalda, creo que Béjar y sus palacios merecen respeto, difusión y, sobre todo, protección. Sorprende ver que pueblos con menos historia, y quizá no tan bonitos, sean declarados Conjuntos Históricos Artísticos. Cierto que es el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes quien se encarga de hacerlo y no conozco el proceso, pero supongo que, para que abran un expediente de investigación, el municipio o alguna institución deben solicitarlo previamente y, si es así, merecería la pena intentarlo.
Como bejarana, y además enamorada de Béjar, siento una pena infinita y también un poco de vergüenza al comprobar que, además de no respetarse el patrimonio, la villa languidece sin que nadie haga nada por impedirlo. Es lamentable que los preciosos edificios, con galerías acristaladas de la calle Mayor, estén casi todos vacíos y, alguno, medio derruido, o que se permita que el casco antiguo o el barrio judío se deterioren cada vez más, por considerar que sus casas son de adobe y no merecen la pena; sin tener en cuenta las fechas e inscripciones de los dinteles de piedra, los canecillos de madera tallada, etc. Conozco pueblos y ciudades donde son capaces de preservar un barrio entero, si una sola de sus casas muestra un escudo en la fachada. Por el contrario, en Béjar prefieren construir, en la periferia, espantosas edificaciones modernas carentes de personalidad. Debido a este afán constructivo, el día menos pensado se atreverán a darle otro bocado al monte de El Castañar, al pinar de Monte Mario o al Regajo, que también deberían ser declarados no urbanizables y estar igualmente protegidos.
Sería recomendable que los bejaranos despierten y exijan a las autoridades, que a fin de cuentas han sido elegidas por ellos, a hacer lo mismo que han hecho en otros lugares de España y mucho más en Europa: una normativa que preserve el patrimonio, las zonas de monte y arbolado y obligue a dejar la piel de los edificios antiguos, incluso de los viejos que merezcan la pena, y a rehacerlos por dentro, antes que permitir nuevas construcciones que fomentan la despoblación; de esta manera, atraerían al centro a nuevos compradores y negocios que darían vida a las calles vacías de una hermosa villa que se muere y que, si alguien no lo impide pronto, acabará convertida en una pueblo fantasma.
Diciembre 2023
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De acuerdo en todo o casi todo lo que expone Amalia. Tan sólo añado alguna puntualización. El Bosque es mucho más que un palacio, es una villa de recreo (no una "finca", como pretenden nuestros gobernantes). Es una tipología arquitectónica heredera de la que se podían permitir los patricios romanos, rescatada como tantos otros aspectos de la cultura durante el Renacimiento. En concreto, El Bosque de Béjar (ese es su noma¡abre completo, según consta en los documentos) es una villa de recreo de tipo suburbano, próxima a la ciudad y sus negocios, que incluye espacios construidos (edificios, estanques, terrazas, fuentes, etc.), espacios cultivados (jardines y huertas), espacios de uso agropecuario (prados adehesados) y espacios agrestes de uso cinegético en su origen (monte o bosque de castaños, con aprovechamiento frutal). Ese conjunto de espacios se completa con las vistas agradables hacia el paisaje y hacia la ciudad, perfectamente calculadas, y se organiza mediante un sistema aterrizado y axial muy escaso en España. La conservación de todos estos componentes es lo que hace de El Bosque un caso singular en nuestro país y lo que impide, o debería impedir, que sea considerado un solar donde nuestros munícipes y otros altos cargos impongan sus caprichos (el hotel de marras, por ejemplo). En cuanto a la protección del Patrimonio Histórico de Béjar, ha sido reconocido en diversas categorías: el Palacio Ducal fue declarado Monumento en 1931, El Bosque se declaró Jardín Artístico en 1946, el casco antiguo es Conjunto Histórico desde 1974, la Plaza de Toros se considera Monumento desde mediados de los noventa (no recuerdo la fecha), también tiene declaración propia como monumento la Muralla medieval, y todas estas declaraciones recibieron en 1985, mediante la vigente Ley del Patrimonio Histórico Español, la consideración oficial de BIC (Bien de Interés Cultural) en sus respectivas categorías. Por otra parte, tenemos un valioso Patrimonio Industrial que carece de protección específica como BIC (ahí sí que se debería echar el resto para lograrlo). Además, toda la zona no urbana de Béjar y municipios comarcanos entre las sierras de Béjar-Candelario y Francia fue declarada por la UNESCO, en 2006, como Reserva Mundial de la Biosfera, por no mencionar otras figuras de protección ambiental de rango europeo de las que goza nuestro entorno ribereño, montano y serrano. Es decir, quienes saben algo de Patrimonio y Medio Ambiente hace tiempo que valoraron lo que Béjar atesora. El problema no es el valor intrínseco de todo esto, sino la actitud y decisiones de quienes, desde una profunda ignorancia y un desprecio atroz, se han dedicado a tomar medidas contrarias a su conservación y puesta en valor, empezando por los Planes de Ordenación Urbana, siempre destinados a favorecer el lucro de un puñado de promotores y constructores (destructores más bien) y siempre en contra de la recuperación del Conjunto Histórico, al permitir desarrollos de bloques colmeneros en la parte opuesta de la población, y ello a pesar de que, también desde mediados de los noventa, se cuenta con un Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico (supongo que en el Ayuntamiento lo han utilizado en el váter cada vez que se les acababa el papel higiénico). En fin, que aquí tenemos un problema serio de conocimiento y de sensibilidad, principalmente entre quienes asumen responsabilidades de gobierno. José Muñoz Domínguez / DNI nº 08.104.629-G
Ignoro si José Muñoz tiene algun parentesco con el escritor Juan Muñoz, amigo de mi abuelo Felix Grande, pero de cualquier manera quiero darle las gracias por exponer tan amplios conocimientos que ojalá sean tenidos en cuenta.
Amalia Hoya
Pues no, Amalia, no tengo parentesco con Juan Muñoz García, aunque nací en Béjar un año después de fallecer él. En cuanto a tu abuelo, no se si te refieres a Félix Grande (García), poeta salmantino, o a Félix Grande (Lara), poeta extremeño, o quizá a ninguno de los dos. Al primero le traté de pasada cuando preparábamos un recital veraniego en el Grupo Cultural San Gil, allá por los noventa. En cuanto a mis conocimientos sobre El Bosque, reunidos desde 1993 hasta hoy (incluida una tesis doctoral que debo presentar en diciembre de 2024 porque ya no me quedan prórrogas que mendigar), así como lo estudiado y publicado por un puñado de valientes a lo largo de estos años (décadas), sólo reciben el desprecio de nuestros prebostes de la Junta-que-no-nos-ajunta y de sus lacayos munícipes. Es lo que hay, pero seguiremos dando brega hasta que se caigan de la burra o acaben entendiendo las cosas por aburrimiento, lo que suceda primero. José Muñoz Domínguez
Béjar es especialista en destrozar activos: muralla, tintes del duque, les suda los huevos o el chocho. Si mañana quieren destrozar la sierra por migajas ellos ok.
Maravilla de artículo, esencia Béjar.
Dime de lo que presumes y te dires de lo que careces, mucha historia, mucho ego y mucho imbécil intelectual con pasta nada más.
Los pueblos de alrededor nos dan mil vueltas.
Sigan creyéndose seres de luz por un pasado colectivo metido en las entrañas por los intelectos y sus subordinados.
Que pena leer el ultimo articulo, con expresiones grotescas y vulgares, que no aporta nada interesante al tema tratado, después de disfrutar de los anteriores que, expresan una magnifica exposición con datos precisos y documentados para tratar de influir en la conservación del patrimonio y cultura de un pueblo al que, sin duda aman.
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