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El grajo ya vuela bajo
Después de los meses que llevamos de un Invierno auténticamente primaveral, nos frotabamos las manos con el anuncio del temible temporal, que atacó de lleno la mitad Norte del pais, pero que a nosotros apenas nos rozó de costadillo. Como dice el refran popular, “Cuando el grajo vuela bajo…………. hace un frio del carajo”, y ahí sí que hemos notado el descenso de las temperaturas, sobre todo por las noches, porque en el momento que sale el sol, calienta que da gusto,sobre todo estando entre cristales como en las tradicionales “galerias” acristaladas que tienen las antiguas casas bejaranas orientadas al sur, autenticos “paneles solares” del pasado siglo.
Y es que estos inviernos de ahora, son de pacotilla, ni son inviernos ni son nada, son unas “Primaveras frescas”. Que tiempos aquellos hace tan solo 40 años, de nevadas de a metro, cuando Bejar se quedaba aislada por culpa del Puerto de Vallejera, y Candelario idem de idem, porque German con su “Chocolatera” ( y posteriormente con su aerodinamico “Avion”” ) que hacia el servicio Bejar-Candelario, era excelente conductor de aquellos cacharros sobre nieve y hielo, pero ante esos espesores de nieve no tenia nada que hacer, sino suspender el servicio.
Mientras los obreros bejaranos se dirigian a las fabricas, caminando pasito a pasito para no resbalar y siempre por el centro de las calles angostas, pues cualquier “chuzo” de hielo les podia caer en la cabeza, los candelarienses de aquellos años, bajaban andando al Navazo y a Navahonda, hundiendose en la
nieve hasta la rodilla, con su cesta de mimbre con el almuerzo, eso si después de repostar pasando por la Churreria del Humilladero desayunando un buen vaso de “cazalla de 90 octanos” con sus porras reglamentarias, ademas, como no existian los “Convenios Colectivos”, no habia plus de desplazamiento con
nieve, jajaja !
Tambien tengo en la memoria los niños y niñas candelarienses camino de “Las Escuelas” , resbalandose por las callejas heladas, acabando con el culo en el suelo desparramando el “brasero individual” que sus madres les preparaban, que consistia en una lata de conservas agujereada llena de cisco, y un alambre como asa. Aquellas imponentes Escuelas de Candelario eran un autentico frigorifico, en el que en pleno invierno, se abrian de vez en cuando las ventanas para que se calentara !!. Que vida la de aquellas Maestras como Doña Regina y Doña Maria, y la de aquellos sufridos alumnos de la epoca.
¿ Y los quitanieves ?. Yo creo que no existian, al menos no los recuerdo, no ya en Bejar y Candelario sino en las Carreteras principales. Yo venia frecuentemente a Candelario fines de semana, Navidades, Semana Santa etc, y recuerdo aquellos viajes invernales en coche desde Madrid como una aventura mas peligrosa que la de Miguel Strogoff.
Primero, el Puerto de los Leones de Castilla ( impresionante ), luego llegando a Villacastin, aquella larga cuesta arriba que sin ser Puerto de Montaña era mortal de necesidad, que se llama el Cristo del Caloco. Pasados estos dos obstáculos naturales gracias al trafico de camiones que pisando la nieve con su peso
“hacian huella”, aquello parecia facil, porque por las rectas de Avila con mas o menos nieve, y derrapando de vez cuando conseguias llegar a Villatoro, y ahí te podias encontrar con que ni cadenas ni puñetas, porque lo cerraban al trafico y punto , media vuelta, todos los esfuerzos en vano.
Cuando el temporal amainaba, después de dias ( o semanas ) se derretia la nieve, la vida volvia a la normalidad, y no pasaba nada porque entonces la gente no se movia de aca para alla como ahora, que somos todos unos “culoinquietos”. A algun lector joven le parecera que hago referencia a la prehistoria, pero realmente mirando hacia atrás, no es hace tanto tiempo.
Hablando de aquellos años 60, quiero aprovechar para rendir aquí un merecido homenaje a mi tio el medico bejarano Jose Pamo, que en aquellos crudos inviernos, desde su casa-quirofano-hospital de la Plaza de San Juan y montado en una moto OSSA durante años, y en su flamante SEAT 600 despues ya a finales de los 70, atendia todas las llamadas de urgencia de los pueblos de alrededor, a las 4 de la tarde o a las 4 de la madrugada. Como conseguia llegar a Cantagallo, a Peñacaballera, a Candelario en medio de esas nevadas, sigue siendo un misterio para mi, pero todas las personas de mi edad o mayores, le recuerdan con cariño como lo que era, un buen medico y una buena persona.
Volviendo al clima, hagamos un poco de memoria, comparemos, y nos daremos cuenta que el cambio climatico en solo 30-40 años ha sido tremendo. Cuando escucho en la televisión que va a haber nevadas en Castilla-Leon, me ilusiono, olvidandome que el clima de Bejar ya no es el que era, y que climáticamente no pertenecemos a Castilla-Leon sino que somos el Norte frio de la templada Extremadura, y la culpa en este caso, aunque le duela a Don Alejo……………. no la tiene Jesus Caldera.
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Enrique, mi respeto y homenaje para aquel Dr. Pamo. Mi pierna guarda aun el zurcido que el buen Dr. realizó en mis propias carnes.
Estoy contigo, estos inviernos no son como los de antes. Recuerdo como los chavales del Plantío nos deslizábamos con maderas de cajas de sardinas, terraplén a bajo, en lo que hoy son las Malvinas y la Calle del Sol. También recuerdo como en el Grupo Escolar Ronda de Navarra, algún maestro se calentaba con uno de esos braseros de lata que tu comentas, mientras los chavales nos helábamos de frió y sufríamos de sabañones.
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