Bajo licencia de Creative Commons.
Crónicas hispanocubanas: San Carlos de La Cabaña
La Habana era por aquellos siglos de largas navegaciones a vela la antesala del Nuevo Mundo. Su puerto, era el punto de reunión de las flotas que regresaban una vez al año a la Península y fue de una importancia estratégica tal, que cuando los ingleses tomaron la capital de la Isla en 1762, Carlos III terminó canjeándola por la Florida.
Fue precisamente ese hecho lo que hizo pensar al Rey que La Habana no estaba suficientemente fortificada y ordenó dos cosas: amurallar la ciudad y levantar la mayor fortaleza jamás construida por España fuera de su territorio: San Carlos de la Cabaña.
En realidad, las defensas de la ciudad eran cuantiosas y ninguna otra en las colonias disponía de un sistema de fortificaciones tan amplio. La primera, databa de 1540 y se llamó La Fuerza de La Habana. Destruida por el corsario francés Jacques de Sores en 1555 fue reconstruida en 1558 y comenzó a llamarse Castillo de la Real Fuerza. Su función era la defensa del canal del puerto.
Pero la Fuerza no era suficiente y tras ella se construyeron otras fortalezas en torno al puerto y a la ciudad: San Salvador de la Punta y el casi inexpugnable Castillo de los Tes Reyes del Morro, que custodiaban la estrecha boca de la bahía y eran los extremos de la enorme cadena que cerraba la entrada al puerto; las fortalezas de Atarés y el Príncipe, en puntos estratégicos de los accesos terrestres, los torreones de Cojímar, la Chorrera y San Lázaro, en los posibles lugares de desembarco.
San Carlos de la Cabana comenzó a construirse tan pronto La Habana fue devuelta a España por la Gran Bretaña en 1763. Su arquitecto fue el brigadier Don Silvestre Abarca. Su ambicioso proyecto de la más grande de las edificaciones militares construidas por España en América tenía forma de polígono y estaba compuesto por baluartes, revellines, fosos, camino cubierto, cuarteles y almacenes. Su diseño es representativo del avance en los sistemas defensivos producidos durante el siglo XVIII, motivados por el desarrollo de la artillería. Nadie sabía entonces cuánto llegaría a costar…
El lugar seleccionado, a menos de 400 varas del Castillo de los Tres Reyes del Morro, fue precisamente la elevación que permitió a los ingleses tomar aquella “inexpugnable” defensa, que ya no lo era tanto tras más de un siglo y medio servicio. Los ingleses, después de numerosos intentos por tomar la fortaleza, valientemente defendida por el capitán de navío don Luis Vicente de Velasco, simplemente subieron a aquel cerro con una batería de enormes cañones e hicieron tiro directo.
La construcción de la fortaleza de La Cabaña costó 11 millones de duros, una cifra enorme que ahora es difícil de calcular. Se dice que cuando llegaron desde La Habana la comunicación de que la obra había sido concluida y las facturas que resumían lo que había costado a la Corona, el rey Carlos III se mantuvo unos minutos meditando. Él era un hombre al que las malas noticias se le reflejaban en el rostro, que era la antítesis de la fama de buenos mozos de los Borbones.
El Rey se volvió hacia uno de sus acompañantes y le pidió que le trajera un catalejos, el mejor que encontrara. “¿Para qué desea Vuestra Majestad un catalejos?”, preguntó el aludido. Carlos III volvió hacia él su cara encendida, en la que se destacaba mejor el pimiento rojo de su apéndice nasal, y respondió con la severidad de un monarca enfadado: “¡Una obra que tanto ha costado debe verse desde Madrid!”. Se dice, aunque no lo recoge la historia, que el soberano añadió una expresión que no dejó lugar a dudas de su cabreo: ¡Cojones!
- Pues no te creas.Todavía
hace 1 día 5 horas - Entiende lo que quieras, es
hace 1 día 7 horas - Yo sabía que los
hace 1 día 7 horas - A que tema te refieres? Al
hace 1 día 15 horas - Ni mejor ni peor. Y tú
hace 1 día 15 horas - Que aburricion, que la gente
hace 1 día 19 horas - Seguid estirando ese tema
hace 2 días 1 hora - Ni mejor ni peor. Y tú,
hace 2 días 4 horas - Pues vaya lio, porque uno
hace 2 días 5 horas - Gracias Luis por meternos
hace 2 días 5 horas
Enviar un comentario nuevo