Bajo licencia de Creative Commons.
Lo que queda del mapa. Capítulo 06: El puente de U Bein, en Birmania
Con una población por encima de cincuenta millones de habitantes y una extensión equivalente a cuatro terceras partes de la de España, en Birmania hay unos 500.000 monjes distribuidos en unas 50.000 comunidades monásticas. El 60% habita en la región de Mandalay, que es la segunda ciudad del país, después de Rangún o Yangón, la capital. Estos monjes, de religión budista, se dedican a la oración y la meditación y constituyen el auténtico latido del país. De hecho, casi todos los varones, entre los 10 y los 20 años, pasan una temporada en algún monasterio como monjes novicios y, luego, vuelven a repetir esta experiencia al menos otra vez a lo largo de su vida. Las únicas posesiones de los monjes, además de su túnica rojiza, consisten en una cuchilla de afeitar, una taza, un paraguas y un cuenco para recibir la limosna que, cada día, en forma de comida, les da el vecindario de los diferentes lugares donde viven.
Como sabrán ustedes, los monjes de Birmania han apoyado o promovido una rebelión pacífica contra la corrupta y sanguinaria dictadura militar que gobierna el país desde hace décadas, y que mantiene a la vencedora de las últimas elecciones democráticas, celebradas en 1990, la señora Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz, en arresto domiciliario, al tiempo que ha provocado el encarcelamiento, la tortura y la muerte de numerosos opositores políticos y el desplazamiento de al menos un millón de personas hacia campos de refugiados en otros países.
Birmania, un país hermoso como pocos. Con una espiritualidad que produce asombro, registrada en cada rincón, en cada paso, en cada hito del paisaje. ¿Cómo son posibles estas infames situaciones, estos abominables exabruptos de los humanos, incluso para con sus propios hermanos?
En nuestro errático viaje hacia lo que queda del mapa, nos hemos parado hoy en el puente de U Bein, un puente construido en madera de teca, hace unos doscientos años, para unir dos barrios de la ciudad de Amarapura, antigua capital del reino localizada cerca de Mandalay, sobre el lago Taungthaman.
El puente tiene 1.200 metros de longitud y está sustentado por 1.060 postes de teca,
soportando el trajín constante de lugareños que van y vienen, con numerosos monjes entre ellos, residentes de los monasterios de uno y otro lado.
El puente de teca traza su curva infinita sobre el agua desmayada. Una luz recorre el universo y quema la mirada. Los monjes de azafrán caminan hacia el crepúsculo recitando su salmodia de paz y más allá, al final del trayecto, está la esperanza de un pueblo, aguardando su hora.
Este inútil gesto mío no les dará la libertad ni les concederá la palabra negada, ya lo sé, pero quisiera rendir aquí un homenaje a esta gente delicada, valiente y desamparada ante la fuerza bruta de las pistolas y el hipócrita olvido de los decrépitos países de Occidente.
- Hay que ver qué atentos
hace 8 horas 59 mins - Menos mal que Ayuntamiento
hace 10 horas 31 mins - Rubén sabe escribir? La
hace 10 horas 45 mins - Si es un bulo, porque no se
hace 15 horas 35 mins - Comparar un premio mas o
hace 19 horas 35 mins - Me consta que estuvieron
hace 19 horas 49 mins - Ah! pero se trata de un bulo?
hace 1 día 6 horas - Eso eso balones fuera. Ya te
hace 1 día 9 horas - Espera sentado
hace 1 día 9 horas - Mejor sería que Rubén te
hace 1 día 10 horas
Enviar un comentario nuevo