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Y volver, volver a tus brazos otra vez... (y como si tal cosa)
Las cosas a veces no son como parecen, son de otra manera. Usted se toma su tiempo en hacerse una imagen lógica de la realidad política y de repente resulta que la realidad política es otra cosa y ese tiempo perdido en darle explicaciones a los temas, siente usted que lo ha perdido. Y no es lo malo eso, es que además se va sentir usted políticamente descompuesto. Una cosa, por cierto, muy pero que muy mala. Resulta que usted llegó a entender sin hacer uso de las matemáticas, ni de la física, ni de nada que no fuera la lógica la humana, que un correligionario de una formación política tuviera discrepancias con su partido o con su jefe o quien fuera, que diera un portazo y se marchara. Como usted ya es mayor, sabe que estas cosas pasan, que se discrepa, que a veces la discrepancia es mucha y que se dice adiós muy buenas, y ya está. Y, usted que ya va entendiendo de esto al cabo de ver muchas situaciones, comprende también que ese disidente –porque le gusta la cosa de la política, algo que está muy bien, en principio- que ese disidente, digo, comprende que vaya y se monte un partido político propio. Con ello, dos cosas: primera, joroba un poco a sus antiguos colegas de partido, cosa que suele agradar en estos casos. Y, segunda, con un poco de suerte, algunas demagogias de fácil audición y tal, lo mismo consigue un escaño en un ayuntamiento y en caso de empate técnico se convierte en partido bisagra, con lo que vale eso. (No sabe usted lo que puede valer). Total que para hacerse oír, este señor no se corta un pelo en toda la legislatura con sus ex. Hasta ahí usted ha dicho para sus adentros: “Bueno, asi es la vida” (política) y lo ha entendido prácticamente todo, como experto que va siendo en la humanidad por razón de la edad.
Pero cuando ya llevaba usted tranquilo cuatro años resulta que deviene la noticia y se entera de que aquel disidente que tanto disidía, ha tenido un vuelco personal y ha sido tan emotivo el acto de contrición (¡o debe haber sido!) que le han acogido de nuevo con los brazos abiertos, colmándole de besos. Usted, que tenía comprendida la vida política más o menos, o eso creía, ahora se le desmorona entre las manos de nuevo alucinando en colores. ¿Y qué hace? Pues nada, decir en tono de desgana eso de “¡Vaaa Políticos!”, que es muy breve pero con mucho significado, se diga donde se diga y por lo que se diga. Pero así dicha, la entiende todo el mundo. Y ¿sabe una cosa?, que de tanto decirla y decirla con razón, cada día cuesta más entender que la gente que se dedica a esas cosas (en esencia tan loables) tengan algo que ver con lo que dicen defender para los demás. Nos parece que van a sus cosas, las que sean, pero a sus cosas y luego estamos nosotros y las nuestras y si se pueden solucionar se solucionan y si no, paciencia. En fin, que nos queda mucho por ver y creíamos haber tocado techo. A ver cuando nos cabreamos de una vez y empezamos a dar puntapiés en el culo a más de uno, ¡que parecemos tontos también nosotros!
J. Francisco Fabián
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Pásalo:
La corrupción en España alcanza niveles alarmantes. No se trata sólo de los casos de corrupción urbanística, cohecho, prevaricación, etc., que afectan de manera generalizada a los grandes partidos: hablamos de corrupción en los mismos fundamentos del sistema.
En este contexto se ha asentado la alternancia perpetua de organizaciones políticas aferradas al poder durante décadas (PP, PSOE, CiU...), sin otras opciones más que aquellas necesarias para conseguir sus propios objetivos, sin permeabilidad de nuevas ideas, sin permitir la participación activa de la ciudadanía, asfixiando toda posibilidad de regeneración democrática.
La ley electoral ha sido blindada a medida de los grandes partidos al penalizar desmesuradamente la representación de las minorías. A diferencia de otros países con una democracia saludable, nuestros parlamentos no reflejan la diversidad ideológica de la sociedad española.
La partitocracia se ha profesionalizado: no llegan al poder los mejores, sino los que desde muy jóvenes se han dedicado a gestionar influencias e imponer la disciplina de la jerarquía. La voluntad de los ciudadanos es ignorada en la toma de las decisiones importantes, que son adoptadas a la medida de grupos de presión que sólo representan los intereses de minorías mediáticas o económicamente poderosas. Los anteproyectos de ley se elaboran a espaldas de los ciudadanos, manipulando la información y dando por buenos estudios e informes fraudulentos.
El único resquicio de participación que nos dejaron son las convocatorias electorales. Pero en cada una de ellas los partidos mayoritarios recurren a listas cerradas y bloqueadas, a la campaña del miedo, a pedir el “voto útil” para que no gane el adversario con el que se alterna en el poder. Pese a que la sociedad española considera a los políticos el tercer problema del país, se vuelve una y otra vez a votar a los mismos: a políticos que gobiernan aislados de la ciudadanía, y con la intención de mantener esa situación indefinidamente.
El 22 de mayo estamos convocados para ejercer nuestro principal derecho democrático: el voto. Durante la campaña electoral, en un marco de brutal crisis económica, se apelará al miedo más que nunca. Puedes rendirte una vez más, hacerles caso. Pero también puedes tomar conciencia de tu poder como ciudadano: abrir los ojos e implicarte personalmente en la red de ciudadanos hastiados que consideran que está en nuestras manos mejorar la situación. Puedes contribuir a que haya más debate de los temas importantes, a que se nos informe correcta y objetivamente, a que la toma de grandes decisiones no dependa solo de que dos o tres élites dirigentes se pongan de acuerdo, dando la espalda a la opinión y el interés de la mayoría ciudadana.
Un voto -el tuyo- no puede ser un cheque en blanco para que un partido pueda despreocuparse durante cuatro años de la voluntad popular. La toma de decisiones políticas a la medida de grupos de presión financieros o mediáticos son el síntoma de que algo va muy mal en nuestra democracia: el resultado del divorcio entre la ciudadanía y los partidos mayoritarios que se alternan en el poder.
No te pedimos el voto por ningún partido o ideología en concreto, sino que te informes para comprobar si existen alternativas políticas que quizás representan mejor tus ideas, y lo que los ciudadanos concebimos como democracia. La democracia no son los grandes partidos: la democracia eres tú, y millones como tú.
Sin tu voto no son nada. El próximo 22 de mayo, NO LES VOTES.
www.nolesvotes.com
Hay dos cosas que no se deben perder en la vida: La coherencia y la dignidad.
Y en política, con más razón por muchos motivos.
Observando el panorama político bejarano podemos concluir que aquí se han perdido ambas cosas.
Y nó es de ahora.
Ya en el año 87 el candidato de IU, Lucas Tejero, dio su apoyo a la derecha e impidió que el PSOE, que había ganado las Elecciones, gobernase el Ayuntamiento.
El resultado llegó años más tarde cuando, finalizando la legislatura, los Concejales de aquel "equipo" (?) de gobierno (?) presentaron la dimisión y tuvo que ser el PSOE quien asumiera el gobierno del Ayuntamiento.
Con esto no pretendo avanzar lo que ocurrirá en caso de que gane el PP, pero no me extrañaría que la cosa acabe mal.
Vivimos momentos difíciles para todos. Y los políticos deben ser un ejemplo para la ciudadanía. Pero de lo bueno, nó de lo malo.
No me extraña nada que haya quien asegure que ahora lo mejor es estar fuera de la política.
Genial, tio, como siempre: ironía y dar en el clavo.
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