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Visiones de Béjar (38): Nuevos titulados de Ingeniería Técnica Industrial en la “Escuela de Ingenieros” de Béjar.
El pasado día 1 de marzo, martes, tuvo lugar en la Sala de Grados de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Béjar la lectura y exposición de algunos proyectos de Fin de Carrera de distintas ramas, en la convocatoria de febrero 2011, lecturas que venían acreditadas, al ser de carácter extraoficial, por el rector de la Universidad de Salamanca, por ser estos proyectos pertenecientes a las carreras correspondientes a los Planes de Estudio de 1991, ya extintos.
Desde las 9 de la mañana se presentaron proyectos de varias ramas, así concurrieron dos proyectos del departamento de Física Aplicada; otro del departamento de Física, Ingeniería y Radiología Médica; otros dos del departamento de Ingeniería Mecánica; y por último cuatro proyectos presentados y expuestos en el departamento de Ingeniería Química y Textil por alumnos de estas ramas. Como secretario del tribunal actuó Don Raúl García Ovejero y como presidente Don Juan Ovejero, siendo vocal Dª Eulalia Izard Anaya.
Pues bien, yo estuve allí presente ya que tuve el honor de exponer mi proyecto fin de carrera (que por cierto me tocó en último lugar, saliendo de la Escuela de Ingenieros pasadas las dos de la tarde), aunque hay que decir que el tiempo máximo de exposición de cada trabajo no superó los 30 minutos, con sus correspondientes paradas entre cada trabajo expuesto.
Por allí pude ver algunas caras conocidas (sobre todo féminas) de cuando yo estudiaba, concretamente cuando llegué, había dos chicas esperando (iban a presentar sus respectivos proyectos) junto con sus familiares y amigos, ya sabedor que yo sería el último en presentar y exponer el mío; también estaba mi amigo Mario Matas, a la sazón profesor de la Escuela de Ingenieros, y que, todo hay que decirlo, me ayudó a dar los últimos retoques a la presentación a la par que me acompañó hasta los momentos previos y decisivos de la “prueba”, estando también presente en el acto Juan José Bullón Pérez, como mi tutor que ha sido del proyecto.
Desconozco las calificaciones de los proyectos expuestos, en cuanto se refiere a los otros departamentos. En cuanto a los expuestos por las chicas que me precedían y del mío propio (correspondientes al departamento de Ingeniería Química y Textil), tengo que decir que hubo de todo, desde un notable y una matrícula de honor hasta mi propio aprobado.
Me gustaría hacer unas reflexiones, primero en lo que se refiere a mí mismo y luego en torno a la Escuela de Ingeniería en general. En primer lugar, me gustaría dar las gracias a muchas personas, que no voy a enumerar por no dejarme ninguna en el tintero, por la ayuda y apoyo recibidos para que yo, siendo una persona discapacitada, haya podido sacar el título de Ingeniero Técnico Industrial Textil, al mismo tiempo que animo a toda esa gente que, en circunstancias parecidas a las mías, no se atreve a dar el paso de estudiar una carrera o, como es mi caso, de acabarla. De verdad que merece la pena. No sin dejar de pensar que quizás ahora llegue lo difícil o más difícil, y más aún en los tiempos que corren.
Y como en este artículo toma protagonismo lo textil, por aquello de que había más trabajos presentados en esta especialidad que en las otras, me gustaría posicionarme a favor de que este “acto”, así como otros que se vienen desarrollando en “nuestra Escuela de Ingenieros”, sigan celebrándose por mucho tiempo, ya que, por desgracia, en la rama textil desaparece el título que yo he conseguido con tanto anhelo, pasando de la denominación de Ingeniero Técnico Industrial Textil a la de Ingeniero de Diseño y Tecnología Textil, debido a la adaptación a los nuevos planes de estudio, hecho que considero muy desafortunado, ya que pienso que acabará también por desaparecer la enseñanza del textil en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Béjar (si Dios no lo remedia). Y para muestra un botón, si quieren saber cuántos alumnos hay matriculados en este curso académico en esta última especialidad, no tienen más que pasarse por la secretaría de la Escuela y seguro que les informarán muy gustosamente.
Ya para acabar, quisiera rendir un homenaje a la Escuela que tanto me dio y que también algo me quitó -no en vano he estudiado durante 23 años de mi vida allí-, y decir que la Escuela de Ingenieros ha sido un referente fundamental para Béjar desde su fundación como Escuela Industrial allá en el año 1852, y espero que siga siéndolo durante muchos más años en el devenir de nuestra Ciudad, a pesar de todas las adversidades.
Atentamente,
Paulino aliseda Hoya
Paalho68@hotmail.com
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Mi enhorabuena a Paulino que ha demostrado un formidable espíritu de superación. Desde su adversidad se ha levantado y ha comenzado a andar de nuevo con decisión. Lo que ha hecho, presentando y defendiendo con éxito su proyecto de fin de carrera, después de tantos años de postración y sufrimiento, tiene un valor enorme, no solo para él, como individuo irreductible, sino para la colectividad en la que vive y en la que reclama una posición con derecho propio. Gracias, Paulino, por tu ejemplo.
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