Los datos del paro del mes de febrero de 2022, en Salamanca, van en dirección contraria con lo que sucede en el resto de España donde el número de personas en situación de desempleo desciende. En nuestra provincia aumenta el número de desempleados en 280 personas (20.480) pero también aumenta el número de afiliaciones a la Seguridad Social en 134, colocándonos en 121.770 afiliados a la misma. Por sectores volvemos a constatar que es el sector servicios el que marca la evolución de la situación laboral en la provincia, aglutinando al 75% de los demandantes de empleo.

En cuanto al número de contratos celebrados en nuestra provincia, de los 6.854 celebrados en el mes anterior casi el 22% son contratos indefinidos, el doble que la media habitual en 2021 (que se situaba en torno al 10% de contratos indefinidos). Quizá es pronto para hacer un análisis certero de la influencia de la reforma laboral en este aspecto, pero todo hace pensar que este aumento de los contratos más estables podría ser causa de la misma.

Desde UGT denunciamos que ser mujer y trabajadora en Salamanca es una verdadera carrera de obstáculos, como vemos mes a mes, pues del total de desempleados/as más del 60% son mujeres, cifra que vuelve a aumentas unas décimas con respecto al mes anterior.

Desde UGT Salamanca, a pesar del aumento del número de desempleados en nuestra provincia, consideramos que es muy positivo para nuestro mercado laboral el aumento de la contratación indefinida. No es un tema menor en la provincia de Salamanca, provincia en la que históricamente más del 90% de la contratación era temporal, con la precariedad y la inestabilidad que esto provoca a las trabajadoras y trabajadores.

De igual modo, consideramos que no es de recibo que las subidas salariales que se plantean en los diferentes convenios ronden el 1,5% de media frente a una inflación en 2021 de más del 6% y un mal comienzo de este año en ese mismo aspecto. Estos incrementos salariales están muy por debajo de lo necesario ante la escalada de precios que se está produciendo y ante las necesidades de crecimiento económico para dejar atrás definitivamente la crisis pandémica. La recuperación no será posible si los trabajadores y las trabajadoras pierden de nuevo, como ya sucediera en 2021, poder adquisitivo.