Querido Juan:
La Virgen pasó un año más, nada que ver con nuestras excursiones matinales, ahora somos menos gente, se madruga poco y subimos en coche o autobús, en la mayoría de los casos por motivos “de peso”, las piernas no son lo que eran.

No pretendo reñirte, por favor, Juan, te conozco bien y sé que esa irritación proviene de la impotencia que sientes frente a este gran geriátrico que conociste y amaste lleno de vida; además, ¿cómo podría si me pusiste un apelativo tan cariñoso hace tanto tiempo, y no sólo lo mantienes vivo sino que lo completas ahora con un razonamiento aún mas hermoso? Sé que nuestro único problema es añoranza.

Querida Lucía: ya estamos en la Virgen, así, sin sentirlo. El tiempo pasa y nosotros con él, en el mismo vuelo.

Estaba pensando ahora en cómo festejábamos la Virgen en nuestros años mozos y cómo han cambiado las cosas, con todo ese invento de las peñas y casetas que se ven no sólo en Béjar sino casi por todas partes, de forma que cada vez se parecen más las fiestas de unos y otros pueblos, todo se iguala y la diferencia se pierde o difumina. Así es, mal que nos pese, y no hay forma de atajar esta marea de mediocridad que todo lo inunda y todo lo iguala, pero por abajo.

Ay Juan, Juan, mi querido Juan:
Sí, has tardado más de la cuenta, pero lo entiendo, yo también dudo en dar rienda suelta a lo que pienso.

El sainete que vive nuestro pueblo, las vergüenzas de los últimos trece años, ¿Tenemos el deber de no olvidarlo?.
Es probable que el título de “Peor Alcalde”, como el de “Mis Mundo”, pueda cambiar a menudo, sólo hay que elegir a quien se deje poner la corona.

Querida Lucía: te devuelvo carta, que ya me estoy retrasando un poco. Y es que aún le tengo un poco de prevención a este exhibicionismo público en que nos hemos embarcado; me digo: tengo que escribir a Lucía; pero no encuentro el momento y siempre lo dejo para mañana. Bueno, de hoy no pasa.

Empezaré comentando el sainete que está viviendo nuestro amado pueblo con el asunto de los estorninos del Parque, esas matanzas destempladas de pájaros después de los inútiles manguerazos de los bomberos, y todo para obtener un resultado irrisorio e incierto. Y veo ahí, una vez más, la forma de operar favorita de nuestros políticos aficionados, valga la redundancia. IMPROVISACIÓN Y YA VEREMOS.

Querido Juan.

No, no es fácil abrir nuestra correspondencia a extraños, ni siquiera estoy segura de que sea buena idea, pero como tú dices, por intentarlo, y además no quisiera defraudar la confianza del director, no hay demasiadas iniciativas, es necesario dar apoyo a todo lo que pueda ser un revulsivo.
Empiezo por meterte prisa, tienes que venir, ya estás tardando, a pesar de esa situación deprimida que describes, para los amigos es necesario, aunque sólo sea un gesto de complicidad, además aquí apreciarás otros matices, al menos eso espero.

Querida Lucía: Veremos qué tal sale este invento en que nos ha embarcado la gente de bejar.biz. Lo que nos contamos normalmente, contarlo aquí, como si tal cosa. Como si fuera tan fácil! No sé, pero quizá valga la pena el esfuerzo. Con tal de que este pueblo nuestro se sacuda un poco la roña y la pereza..., estará bien empleado. Bueno, por mí que no quede.

Te contaba la última vez que te escribí que no sabía si iba a ir a Béjar este verano, que ya las últimas veces había encontrado todo muy casposo y abandonado, la gente deprimida y la situación, en general, peor y peor, como si esa carrera de ir las cosas mal que se inició hace ya tanto tiempo no tuviera límite.

Bejar.biz inaugurará en breve una nueva sección. Hemos pedido a dos bejaranos, lectores asiduos de esta revista (una, Lucía, residente en Béjar desde que nació y otro, Juan, emigrante desde joven y residente fuera de Béjar), que mantienen una amistad profunda y que se escriben con cierta frecuencia, que muestren su correspondencia a la luz pública de forma que el resto de los bejaranos pueda conocer sus impresiones, opiniones y sentimientos sobre el pueblo y sobre lo que aquí acontece. Se trata de abrir una nueva ventana a la reflexión en forma de cartas cruzadas entre dos viejos amigos que, además de un gran aprecio mutuo, poseen algo que en bejar.biz valoramos sobremanera: un gran amor por Béjar.