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Cartas de dentro y fuera
Carta de dentro: Ávila, 10 de febrero de 2011
Enviado por Lucia y Juan el Sáb, 12/02/2011 - 01:33.Querido Juan:
Parece imposible que haya pasado casi un año desde mi última carta, confieso que al principio estuve molesta sin saber de ti, sin que respondieras a la urgencia con que te planteaba cómo se estaban desarrollando las cosas; luego supe que de nuevo el mundo se te quedaba pequeño, que andabas por no sé qué andurriales africanos con la casa a cuestas (¡muy bejarano tú!).
Tu carta me dejó aturdida, he conseguido verte en la distancia haciendo pozos, dispensarios y escuelas; poniendo ojos y caras y sonrisas infantiles, esperando que el futuro les depare mucho más que suerte. Eres el mismo soñador al que he querido siempre, pero cada vez me cuesta más afrontarlo. Tus saltos, las distancias que nos imponemos en el tiempo a veces me resultan difíciles de sobrellevar.
En tu última carta (que dejé bien guardada hace un mes largo, reposando contenidos), leí cómo habías desmenuzado cada “affaire”, esos que, con más penas que glorias, van llenando nuestros días aquí. Y fíjate, no sabría contestarte cuál es la situación real, salvo el desconcierto y cierto desánimo que cunde entre los paisanos, me explico: quizá ya deberíamos hablar de cartas de fuera a fuera, porque yo también he tenido que recurrir eventualmente a un traslado por motivos de trabajo, es posible que esto influya en la mirada que te reflejo en esta carta, en mi estado de ánimo, pero, salvo cuando el tiempo acompaña y hay nieve en la Covatilla, por aquí los fines de semana (que es cuando vengo) son tan desiertos como tus desiertos africanos.
Carta de fuera, 31 de diciembre de 2010
Enviado por Lucia y Juan el Dom, 02/01/2011 - 18:59.Mi querida Lucía, mucho tiempo hace que no te escribo desde estas páginas, mucho tiempo que he estado mudo, al menos para los lectores de esta revista que, para mi grata sorpresa, veo que resiste, con elegancia y determinación, erre que erre, dándole al oxidado clavo de nuestro pueblo, por ver si despierta. Para ti no tanto, no tan mudo, quiero decir, que has ido sabiendo, aunque poco y lejos, algo de lo que hacía y por dónde andaba.
El caso es que, como sabes, he regresado de mi periplo africano. Seis meses en Burkina Faso han sido mucho más que una experiencia. Casi como aprender a vivir desde el principio, a reconocer el mundo desde cero, entre gente nueva o inocente, con los valores intactos de lo que representa el calor humano y la vida colectiva, el esfuerzo conjunto por sobrevivir y organizarse para atender a las necesidades primeras, para perdurar como grupo, el ejercicio de hablar, discutir y decidir entre todos, en asamblea, lo que debe hacerse. Democracia directa y sin tapujos.
Carta de dentro (8): Béjar, 26 de marzo de 2010
Enviado por Lucia y Juan el Vie, 26/03/2010 - 11:17.Querido Juan:
Espero que ya de nuevo en tu casa estés disfrutando de la rutina que al fin y al cabo es un descanso siempre, más en la edad que se nos va echando encima.
Me dijeron que estuviste por aquí, y que te dejaste ver por las plazuelas del barrio.
No es que pretenda hacerte romper un silencio que libremente has elegido, no te llamo para mí, te envío esta carta en nombre de lo más sagrado que tenemos, nuestra infancia. Imagino que quizá alguien te haya comentado cómo van las cosas del Plan de Ordenación Urbana, y me consta que sigues la revista y te conmovió leer el futuro que le espera a las huertas, recuerdas cuando la chavalería limpiábamos todas las paredes de caracoles?, ¡qué tardes saltando paredes! Salíais de los salesianos y escaleras arriba, escaleras abajo, por entre las casas de Padre Roca, con esos pequeños jardincillos que en primavera comenzaban a llenarse de rosas, claveleras, alhelíes, hortensias, robábais las flores para conquistar a las novietas (lo sé porque os vigilaba, ajá!),… un lujo que no nos tocaba a las más pequeñas.
Carta de dentro (7): Béjar, 17 de enero de 2010
Enviado por Lucia y Juan el Mar, 19/01/2010 - 21:34.Querido Juan:
(Y en este nuevo año, este encabezamiento es si cabe más auténtico que nunca).
He dudado mucho en volver a escribirte, después de tu felicitación, me quedé, ¿cómo expresarlo?, a medio camino entre el dolor y el cariño.
No puedo sacarte a la pista de baile, ¡dudo que hayas bailado jamás!, o sí???, en tu adorado París. Te envié una postal de la Tour Eiffel, con "les Champs Elysées" de fondo, ANDUVE Y VISITÉ CUANTO PUDE, PERO CUATRO DÍAS, APENAS DAN PARA NADA Y MENOS EN PARÍS, fui con la secreta esperanza de encontrarme contigo en medio de aquellas calles ya que en éstas de tu tierra natal no es posible.
No te vi. Naturalmente no estabas allí, y a mi regreso recibí tu felicitación, que como te digo me dejó trastornada, LA MÁS ROTUNDA Y ABSOLUTA NEGACIÓN, NO PUEDES NI VERME, eso sí, cargada de lindezas y requiebros la tarjeta Navideña.
Carta de fuera (6): 24 de diciembre de 2009: Felicitación para Lucía
Enviado por Lucia y Juan el Vie, 25/12/2009 - 03:01.Querida Lucía, me has pillado y bien pillado, pequeña luciérnaga, que me tienes calado desde tu infancia serrana, no sé cómo lo haces, pero tienes un don que es más que un pálpito, con el que adivinas no sólo mis pensamientos sino también mis movimientos. Y eso que no nos vemos desde hace cuánto… , he perdido la cuenta, y lo lejos que estamos uno del otro…, nunca sabré cómo lo haces.
Me has pillado, sí, no hace falta que lo pienses tan alto, no quiero ir al pueblo, ese es el drama, se me raja el alma en los últimos años cada vez que el autobús o el coche en el que viajo hacia Béjar pasa por el Alto del Puerto, allí donde se quedaban atrapados los vehículos, con la carretera antigua, cuando nevaba tanto, y enfila la cuesta abajo, camino de Vallejera y Palomares, y finalmente el pueblo comienza a desplegarse, como un diorama, ante mis ojos empañados de emoción, la fábrica de Yuste, los chalets de Mussons, la gasolinera de Honorio, Mario Emilio, los Praos, el puente nuevo, el parque…
Carta de dentro (6): Béjar, 18 de diciembre de 2009: Felicitación para Juan
Enviado por Lucia y Juan el Vie, 18/12/2009 - 23:46.No deja de ser una casualidad el que yo celebre la “santa de la luz” el día 13 de diciembre (misa en El Castañar y chocolate en casa) y tú el “santo de la cruz” el día 14 (escapada sin santificar; entonces, a la torre del mismo nombre y bocadillo de salchichón casero). No sé si deberíamos agradecer a los padrinos el que pusieran al lado la vela y la cruz, esa extraña mezcolanza que tú y yo somos.
Mira que era difícil encontrarse festivo en aquellos inviernos helados de nuestra infancia, pero tú, con tu sonrisa pícara, te ponías más contento que unas castañuelas al verme los sabañones asomados a las orejas, ¡¡¡¡ lo que te reías!! recuerdas Juan????, mi madre se enfadaba mucho y prometía desquiciada “zurrarte la pandereta”; pero nunca llegó tal ocasión, que ya te cuidabas muy mucho tú de poner distancias. En esta ocasión lo tendrías más difícil, quizá no se librara tu trasero de las iras de mi progenitora, que están las calles levantadas y llevamos de obras de Pascuas a Ramos en el sentido literal del dicho.
Carta de dentro (5): Béjar, 19 de noviembre de 2009
Enviado por Lucia y Juan el Vie, 20/11/2009 - 20:34.Querido Juan:
Nada me gustaría más que poder decirte que ya hay nieve en la sierra, pero por desgracia los primeros copos fueron tan escasos, que ya se los llevó el agua.
He leído y releído tu carta varias veces, que te has quedado ahí, prendido entre la nostalgia y la duda. Cierto “hay tentaciones en las que sabes que caerás irremisiblemente”. Sabes también que la niña Lucía sacará su genio como de costumbre, cuando lo merezcas, Juanolas. Te diré por qué, y es que no sé si en algunos momentos dices lo que dices de buena fe o simplemente me obsequias con ese humor tuyo tan especial: la alusión a “mis raíces”, “el no moverme del terruño”, “que es el sitio ideal para enterarse de lo que pasa en el mundo”, ¿es sincero? o ¿estás tomándome el pelo?
Carta de fuera (5), 3 de noviembre de 2009
Enviado por Lucia y Juan el Mié, 04/11/2009 - 23:38.Querida Lucía, aquí estoy de nuevo, esta vez no he tardado tanto como la anterior, cuando me surgió aquel imprevisto en forma de un viaje a mi adorada París que no pude soslayar en modo alguno. Y es que hay tentaciones en las que sabes que caerás, irremisiblemente, desde antes que aparezcan.
Ya veo que si me has perdonado ha sido a regañadientes, y bien me recuerdas que tenemos aún una cita pendiente en el Regajo. Tendré que aplicarme, pues, y no fallar en Navidades, si no, a la niña Lucía le saldrá el genio y a eso no me expondré, voto a bríos. Y pienso, ¿no sería que te hubiera gustado acercarte a ti también por la ciudad de las luces? Aunque no, qué digo, la chica bejarana de raíces fuertes y profundas no se mueve así como así del terruño, es una de sus señas de identidad, por así decirlo. Y es bien sabido que el centro del universo debería estar en nuestro pueblo, ¿no es así? ¿Dónde mejor para admirar el arte o la cultura? ¿Dónde mejor para atisbar lo que se cuece por el mundo?
Carta de dentro (4): Béjar, 24 de octubre de 2009
Enviado por Lucia y Juan el Sáb, 24/10/2009 - 11:34.Querido Juan, espero que hayas recuperado el resuello.
La verdad es que he estado tentada de tardar otro mes en contestarte, (a ver si así te dabas cuenta de que los demás podemos preocuparnos cuando desapareces); pero luego he pensado en los lectores que siguen estas misivas y que no tienen culpa de tus ajetreos y mis aburrimientos y contesto fielmente, como de costumbre.
Para empezar espero que l’enfant terrible se recuperara; pero dime Juan, ¿a que tú, encantado de la vida de tu excursión a París?
Carta de fuera (4), 12 de octubre de 2009
Enviado por Lucia y Juan el Lun, 12/10/2009 - 23:40.Querida Lucía: Lo primero de todo, tengo que pedirte excusas, a ti y a nuestros lectores, por esta tardanza excesiva en la contestación a tu carta del 12 de septiembre, (ya ves, hace justo un mes, qué vergüenza) en la que me contabas la procesión de la Virgen que tanto te emociona y las grandes fiestas de este año, con tanta gente en la calle, como un signo de desesperación o de huida hacia delante del pueblo entero, más que otra cosa.
Tampoco he podido ir a Béjar, como te había prometido, en fin, un desastre, pero tengo razones de peso y te las voy a explicar.
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