Bajo licencia de Creative Commons.
Las sombras de la duquesa y el pintor pasean por Piedrahita
Dicen que por allí pasea la sombra etérea de la insigne y casquivana Cayetana de Alba, deletérea y pensativa, rumiando la próxima extravagancia a la hora de sorprender a los invitados de su próxima fiesta. Dicen que sólo puede vislumbrarse su silueta en las noches nubosas, sin luna, paseando cerca del palacio, con el vestido de tul casi transparente con la que Goya, su admirado amigo, la hizo pasar a la posteridad. Dicen que otras veces se adivina su contorno en una sombra, esta vez de negro, tocada con peineta y mantilla, su larga melena de rizos hondeada por el viento. Dicen que no se la puede hablar ni espantar porque escapa con la brisa, vete a saber por qué. Dicen que, de ser cierto, la sombra blanca a ras de suelo que la persigue es su perrillo de aguas, esa peluda mascota que la flanquea casi siempre e incluso en la imaginación. Dicen que siempre gusta pasear por su palacio y sus jardines en verano, cuando la pareja ducal se trasladaba desde Madrid huyendo de los calores estivales a lugar tan fresco como Piedrahita, villa rodeada de montañas coronadas por la nieve incluso en los meses más calurosos del año.
Dicen que su silueta se mantiene hasta el día de la Virgen de la Vega, en septiembre, e incluso algunos aseguran que se la ha visto cerca de la ermita en esas fechas, pero nadie se atreve a afirmar que la sombra aguante hasta octubre cuando se devuelve la imagen de la patrona desde la villa a la ermita. Dicen que Cayetana amaba este palacio porque le recordaba la grandeza y estilo de los palacetes franceses, con su forma de U, sus mansardas y su coronamiento en pizarra. Dicen que lo construyó su abuelo Fernando Álvarez de Toledo y que se lo encargó a un arquitecto francés, Jacques Marquet, y que le costó un potosí traerle desde Francia para echar abajo el ruinoso castillo de los Alba y alzar una residencia veraniega al gusto borbónico imperante en la corte. Dicen que los Alba se creían los segundos reyes de España con su larga lista de títulos y Grandezas, y que incluso más de una vez Cayetana puso en jaque a la reina Mª Luisa de Parma, la esposa de Carlos IV, con la que mantenían una lucha por prestigio, belleza y poder. Dicen que Cayetana ganaba con mucho a la italiana en lo primero y en lo segundo, aunque en lo tercero la corona siempre acababa triunfando. Dicen que Francisco de Goya y Gaspar Melchor de Jovellanos pasearon por sus jardines del brazo de Cayetana, el uno rindiendo su genio y sus pinceles ante la dama, el otro dejando de lado tomos de sapiencia y clarividencia política. Dicen que el pintor de Fuendetodos tomó como modelos algunos de los parajes de Piedrahita en sus lienzos, tales como “La vendimia”, aunque muchos expertos en la materia nieguen tal modelo.
Dicen, dicen, dicen, pero la absoluta verdad es que el sordo Francisco de Goya elaboró en la villa abulense un particular cuaderno en el que se puede ver un antecedente del sistema de signos actual y que firmó y dató como “Goya en Piedrahita/año de 1812”. No hay más pruebas hasta el momento de que el pintor de Fuendetodos residiera alguna temporada más tan cerca de aquí. Aun con todo la imaginación se nos dispara recorriendo lentamente, a la luz del ocaso, los jardines por los que un día paseó Cayetana de Alba con su perrillo de aguas, o la Vega del Corneja, junto a la ermita de la Vega.
- Hay mucha gente que escribe
hace 18 horas 37 mins - No lo sabemos.
hace 19 horas 6 mins - Pero el Padre Luis en que
hace 1 día 4 horas - Si yo fuera el dictador en
hace 1 día 4 horas - No responde nadie?
hace 1 día 7 horas - Este absurdo y
hace 2 días 4 horas - Desde luego, no hay quien lo
hace 2 días 18 horas - Ley Orgánica del Régimen
hace 2 días 19 horas - Recordemos que el alcalde ya
hace 2 días 19 horas - No cuentes a las
hace 2 días 20 horas
Precioso
Muchas gracias Carmen
Ciertamente, como apunte "hondeada", se refiere a algo que se mueve formando ondas se debe escribir sin h. Por lo demás, precioso. ¡Gracias!
Enviar un comentario nuevo