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Querida gb
Junto a la lancha plana de granito ceniciento, despiezaba mis botitas de invierno.
Pacientes, esperaban a sus Majestades. Para entonces, ya había yo echado a notar un paquete marrón sobre el armario de luna que presidía la sala… descubierto el tesoro, llegó la certeza, “los Reyes no existen” dijeron mis labios de niña sin sueño.
Pero nunca quise ser descortés y decido enviar un presente a los magos, por si apareciera su eco en la chimenea del tiempo:
Les dejo,
Una niña de azúcar, pequeña como un terroncito…
Una niña de harina, apenas una onza que da para el pan del camino,
Una niña de agua, la tinaja de barro cocido, tierra de mi tierra…
Y una niña violeta, esencia de flores para el mal de tristeza.
Envío reyes a los Magos, (con mi particular orden):
A Gaspar, que llegó primero y aceptó sin condiciones una ración de mi corazón repartido hogar escaso, a sabiendas de que Baltasar ocupaba ya todo mi pensamiento desde siempre, (ese Continente ancho y moreno, repleto de pobreza y huida, que me habita…) Así que no me haga caras, Alteza Melchor, por ser el tercero, que no es tan malo ser el Rey de mis sueños, el Señor de la ciudad estrecha sin sentimientos, la que platea sus sienes y blanquea más su barba… no se me abrume en medio del horizonte, que aún tengo para mandarle una pizca de sal.
La pizca de sal de mis ojos, fruto solo del cariño, de la pereza del decir, de la necesidad de un renuncio, en fin, la condición de llorar porque me son concedidas alegrías… besos de luz.
Espero reciban el presente a tiempo, por si me quedo sin tiempo...
Son bagatelas, Majestades, pero considero que es una lástima que, siendo ustedes tan magos, estén ustedes tan solos… ¿dónde están sus tres reinas????? ¿Cómo no tienen ustedes regalos?... son tan pocos versos los suyos el resto del año!, deben ser tan escasos los besos que les dan sin pedir nada a cambio….
Como antaño, en esta madrugada me desvela el engaño.
Sobre mi mesilla de noche, al borde de la fuente callada, un terroncito de azúcar, una galleta de harina, la jarrita de agua, mi perfume a violetas y el pellizquito de sal (en mis ojos), por si vinieran los MAGOS,… por si aparecieran las MAGAS.
Creo que el año que viene les regalaré a ellas, ¿y si fueran “ellas” quienes año a año me endulzan la vida?, me facilitan el pan, me riegan generosas y me perfuman de flores desde la sombra??????
La pizca de sal, cayendo sobre esta carta abierta, y dice:
Querida gb……..
Gel Borrajo
(Enero 6 de 2010)
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"Ellas" siempre sois las que endulzáis la vida y hacéis que la sal caiga sin agua. Que no haya tantas lágrimas. Siempre seréis las magas más majas.
Más que majas, son lo más generoso, lo más dedos de luna, lo más amable, si puedo decirlo.
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