penacruz1Ficha
Duración:5 horas
Dificultad:Media
Estación apropiada:Todo el año, especialmente primavera y otoño

Este paseo lo iniciamos en Béjar, ascenciendo hasta Llano Alto por donde más nos plazca: Por los Rodeos y atajos o por toda la carretera. La subida por la carretera ha mejorado mucho, tras la construcción de la acera desde Béjar. Esa mejora se ha notado en el aumento del número de personas que se anima a subir dando un paseo a uno de los lugares más queridos de los bejaranos. Es curioso como algo tan sencillo como un paseo repercute sin duda de forma positiva en el bienestar y salud de las personas.

Al llegar a Llano Alto también se nos ofrecen dos opciones para continuar, por la pista de la Peña de la Cruz o por el camino de los registros, que sale a la derecha del chiringuito y que es por donde nosotros seguiremos. A poco de empezar encontramos a la derecha la cruz de “Cañanda”, enfrente de ella sale el camino que lleva a los romeros de la Veracruz hacia la cruz del Peladillo. Continuamos de frente bajo un dosel de castaños y en unos veinte minutos cruzamos la primera portera de la jornada.

penacruz2penacruz3El paseo de los registros se presenta al caminante como un lugar acogedor que se va abriendo a su paso entre los castaños que forman a los lados un auténtico bosque. Si el paseo se realiza en verano, la sombra de los árboles procura una sensación de frescor inigualable. Si es en otoño, se va recorriendo una alfombra cobriza que amortigua las pisadas, mientras los rayos del sol traspasan los muros dorados de los árboles. En primavera, el verde nuevo de las hojas ilumina los rotros de los caminantes. En invierno, son los troncos de las machoteras, los que forman a ambos lados unos dibujos geométricos con cientos de rayas entrecruzadas.

Muy cerca encontramos, a la izquierda del sendero, el Arca Madre, que aún sigue recogiendo las aguas de los manantiales de esta zona, para encauzarlos hacia los depósitos del Castañar. Recientemente se han arreglado las tuberías y se vuelve a aprovechar ese agua maravillosa.

Echamos de menos que ese agua sirva para abastecer a toda la población, pues hay que reconocer que no sabemos el motivo, pero el agua de Béjar, ya no es lo que era.

penacruz4penacruz5Desde aquí, salvando un corto pero empinado desnivel, en lo que emplearemos diez minutos, llegamos a la cruz de “Jesusín” y a la pista que nos llevará hasta la peña de la Cruz.penacruz

Sigue siendo la Peña de la Cruz otro de los lugares sagrados para los bejaranos. La vista que se contempla desde la propia Peña es extraordinaria. Además ahora se puede uno tomar un botellín o un café, lo que sin duda es de agradecer, especialmente cuando el sol aprieta o hace uno de esos días heladores en los que se corta hasta el aire.

Seguiremos ascendiendo por ella y al llegar al castaño podemos volver a escoger camino, por la pista a Peña Negra o, preferible, seguir hasta la Peña de la Cruz y desde aquí tomar el camino viejo a Peña Negra. Subimos a una pequeña nava, donde se halla una cueva, que sirve de abrigo cuando el tiempo se estropea.

Desde aquí seguimos subiendo hasta el collado que nos lleva, descenciendo desde él un poco, a encontrar la pista en el lugar en que se cruza con el regato de la Paloma.

penacruz6penacruz7Continuamos a la derecha hasta la portera de separación entre los términos de Béjar y Cantagallo, la cruzamos y seguimos unos diez minutos hasta la rosa de los vientos que nos marca el inicio de la pista que lleva a Cantagallo. Como opción se puede coronar la cima de Peña Negra.

Desde este punto y siguiendo el indicador, damos comienzo el descenso, teniendo ante nosotros las sierras de la Peña de Francia y la de las Kilamas a lo lejos. Los valles de Sangusín y el del río Cuerpo de Hombre. Divisándose, a nuestros pies, Puerto de Béjar, Montemayor, Lagunilla, La Calzada, Valdefuentes y otras muchas localidades. En un día claro, la vista es maravilosa. Merece la pena subir sólo para contemplar esos paisajes inigualables. Además lo normal es que estemos solos. En este sentido, los paseos desde Béjar no se pueden comparar con las excursiones que se realizan en otros lugares, que suelen estar muy concurridos. La tranquilidad y la sensación de contacto pleno con la naturaleza, están garantizados.

A una media hora de iniciada la bajada, en el interior de un robledal, hay una fuente circular y un poco más abajo la casa de los Cabreros, situada entre regajos.

Desde aquí volvemos a ver la peña de la Cruz , arriba, hacia el Este. Seguimos y cruzamos otra portera, a unos quinientos metros de ella, a la izquierda de la pista, veremos un antiguo chozo de piedra, con una pequeña fuente delante y, a escasos treinta metros cruzaremos el regato que baja desde el collado de las Negrillas; paralelo a este regato todavía se puede apreciar la calleja que formaba el antiguo camino de la Garganta a Béjar.

Seguimos la pista y a unos doscientos metros, a nuestra izquierda, vemos una pista que lleva al collado de las Negrillas, que antes hemos mencionado. Seguimos la pista principal, y a otros quinientos metros, a nuestra derecha, vemos un corral y una pista. La tomaremos y, después de rebasar otra portera de alambres y palos, volvemos a cruzar el regato anterior, pero más abajo, giramos a la izquierda y enseguida veremos los machones de otra portera de cerrajería.

Cruzaremos y seguiremos por esta pista, ahora ya en dirección Este, hasta encontrarnos con el regato de los Horquitos. Nada más pasar este punto la calleja va hacia abajo y luego gira a la derecha, pero podemos cruzar por la parte baja del prado donde se halla la fuente de la Señora.

Al final del prado, abajo del todo y a la derecha, vemos otra portera de troncos, que dá acceso a la calleja que ya nos llevará hasta la fuente de la Teja, a unos cinco minutos desde este punto.

En la fuente de la Teja podemos descansar y beber agua, y ya desde aquí, sólo nos queda seguir por la Francesa y tomar el camino de Santa Ana, por la Centena. Camino ya descrito en el paseo número cinco.

Los paseantes bejaranos.

Envianos tu paseo favorito