CerroResulta preocupante observar durante una prueba deportiva televisada pintadas con el lema “Parque Natural no” (y no te digo nada si el que hace estas afirmaciones es el alcalde de la segunda población más importante de Salamanca) porque nos hace meditar acerca del escaso nivel cultural y de la todavía más baja sensibilidad ambiental mostrada por el artista (y el alcalde).

No es extraño dado que nuestros representantes políticos lleven un tiempo dedicándose a un peligroso juego intentando enfrentar el desarrollo social y económico de la comarca, (ligado por supuesto a la ampliación de la estación de esquí de La Covatilla), con cualquier forma de protección del patrimonio natural y cultural, ya sea como Parque Natural, como Zona de Especial Protección para las Aves o como Reserva de la Biosfera. Y en este juego no hay diferencias en el color político sino más bien una especie de carrera disparatada por ver cual de los dos partidos mayoritarios ofrece más y peor (véanse las informaciones de la agencia EFE acerca de alcaldes y concejales implicados en casos de corrupción urbanística, prevaricación y pelotazos varios).

Sierras de Béjar y Francias, Reservas de la Biosfera

Son patéticas las declaraciones de sorpresa y hasta de indignación por no haber consultado a los ayuntamientos afectados por la declaración de las sierras de Béjar y Francia como Reserva de la Biosfera, no fuera a ser que se vayan al traste tantos y tantos proyectos poco claros generalmente relacionados con el negocio del ladrillo y todavía resultan más patéticos los intentos de hacer conciliar el concepto de “desarrollo sostenible” con un crecimiento económico de la comarca basado fundamentalmente en la nieve, considerada como un recurso natural cuya explotación intensiva, y por puro acto de fe, no produciría impactos apreciables en el medio natural. Y mientras tanto la Consejería de Medio Ambiente que no sabe si va o viene, pero por si acaso habla poco para que no se la vea demasiado el plumero.

A modo de inciso, es indignante que una supuesta asociación de empresarios candelarienses, (cuyo nombre no me voy a molestar ni en citar), manifiestamente partidarios de instalar remontes y construir pistas por todas partes (y que les den mucho y bien a los bichos, a las plantas y a los hábitats prioritarios), y alarmadísimos ante el tremendo impacto económico que tendría la declaración de un Parque Natural, se dediquen a publicar en páginas web y en foros de nieve, listados de establecimientos hosteleros que desde su obtusa y cateta mentalidad no han mostrado el suficiente fervor por la santísima Covatilla y sus iluminados profetas los gecobesos, con el objetivo de alejar a los turistas de estos establecimientos. Claro que considerando el personal del que estamos hablando casi les están haciendo un favor y desde luego, una promoción inmejorable.

Pero hagamos números

Pero hagamos números: Se han invertido en la estación de esquí en torno a 6 millones de euros de fondos públicos (mil millones de pesetas) distribuidos del siguiente modo:

a)Arrendamiento de los terrenos por el Ayuntamiento de Béjar, desde 1997 por 500.000 pesetas anuales (unos 5 millones de pesetas hasta el 2006)
b)Adquisición, también por parte del Ayuntamiento de Béjar, de 122 Has en La Cardosa por 366.000 euros (61 millones de pesetas).
c)Construcción del famoso “Núcleo de servicios para la nieve”, con su telesilla, pistas y demás instalaciones anexas por 2,86 millones de euros (476 millones de pesetas); de los que la Junta de Casilla y León abonó 2 millones de euros (debido a la retirada de la subvención comunitaria por incumplimiento de la Directivas de Hábitats y de Aves, al afectar el proyecto a zonas incluidas dentro de la Red Natura 2000).
d)La carretera de acceso a la Covatilla se llevó 1,5 millones de euros (246 millones de pesetas), pagados a partes iguales entre la Junta de Castilla y León y la Diputación provincial.
e)Ampliación del aparcamiento y otras instalaciones, financiadas con una subvención de la Junta de Castilla y León de 60.101 euros (10 millones de pesetas), otra de la Diputación de 270.455 euros (45 millones de pesetas) y otra del Ayuntamiento bejarano por 148.838 euros (24 millones de pesetas).
f)Condonación a la empresa gestora (GECOBESA) del pago del canon anual (10 millones de pesetas durante cinco años, prorrogables otros cinco más).
g)Gastos en promoción de la estación de esquí (asistencia a ferias, como FITUR, pago a UNIPUBLIC, empresa promotora de la Vuelta ciclista a España, de 70.000 euros, para que una etapa acabase en la Covatilla, etc). (Fuente: Ecologistas en Acción y redacción de “La Avispa”).

El Plan Director

El pasado mes de mayo se presentó el “Plan Director de la Covatilla”, encargado por la empresa gestora (GECOBESA), que prevé gastar más de 12 millones de euros en los próximos diez años en la ampliación de las pistas de esquí (hasta 50 km en las alternativas más delirantes), un nuevo telesilla, nuevos arrastres, toma de aguas y cañones de nieve artificial, restaurante, rehabilitación de refugio de montaña, etc.

No resulta suficiente con manifestar que las actuaciones que se realicen se harán con un gran respeto al medio ambiente, porque después de varios años de funcionamiento de la estación resultan poco creibles: hemos visto cómo se han descuajado amplias superficies de piorno para abrir pistas, que han incrementado los procesos erosivos, convirtiendo las laderas en pedregales y que son visibles a gran distancia como enormes cicatrices; se han instalado cañones de nieve no autorizados, para lo que se han realizado canalizaciones y se ha modificado el régimen de los arroyos de montaña; no se ha regulado el acceso de vehículos y por el contrario se ha ampliado y se quiere ampliar todavía más el tamaño del aparcamiento… En definitiva, no sólo no se han corregido los impactos sobre el suelo, las formaciones vegetales, la fauna o el paisaje, sino que se han incrementado.

Es reseñable el poco respeto que se manifiesta a las Declaraciones de Impacto Ambiental (procedimientos que aparecen viciados desde su origen); a los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de los Espacios Protegidos, que se modifican a voluntad, e interpretan de formas muy creativas e incluso se llega a alterar los límites (habitualmente se recortan) y la zonificación de estos espacios protegidos y todo ello en nombre del empleo, el desarrollo, el progreso… grandes intenciones expresadas de forma genérica y de resultados poco demostrables.

Veamos ahora el haber

Este es el DEBE, veamos ahora el HABER: la población sigue sin aumentar (el censo bejarano es terco y sigue manteniéndose en torno a los 15.000 habitantes); cada día unos quinientos bejaranos se desplazan a Guijuelo para trabajar en las empresas de embutidos y jamones, mientras que la industria textil es cada vez mas residual; los comerciantes se quejan porque la estación de esquí no ha tenido el efecto deseado (las mujeres de los esquiadores no tienen por costumbre bajar de compras mientras sus hombres esquían, en contra de la opinión que tenían algunos iluminados) y todo ello por cuestiones que ya eran evidentes hace años: en primer lugar porque cuando los esquiadores pasean, el comercio suele estar cerrado; en segundo lugar porque la mayoría de los esquiadores que llega a esta estación, luce modelitos, pero gasta poco, come de bocadillos o de platos combinados para aprovechar la luz y como mucho pernocta una noche (y desde luego no va a bajar a Béjar a comprar un microondas, pongamos por caso). Evidentemente no se han abierto nuevos establecimiento hosteleros, ni de restauración y aunque los Gecobesos pretendan que todo el negocio que se genera en la comarca es debido a la estación, en realidad la Covatilla, como la mayoría de las estaciones de esquí de este país, es un inmenso agujero negro que succiona fondos públicos sin cesar. De cualquier modo, la temporada del 2005 (en la que por fin nevó), tuvo unos 109 días esquiables, con unos 26.500 usuarios del telesilla, es decir, en teoría unos 242 esquiadores por día esquiable. Pero esos 109 días que equivalen a una temporada de unos tres meses, queda reducida a unos 15 fines de semana, o lo que es lo mismo unos 45 días en los cálculos más optimistas (incluyendo puentes y Navidades, porque entre semana allí arriba no sube ni el Tato). Y no hay empresa que sobreviva con 45 días de actividad al año. Evidentemente, los establecimientos de turismo rural no sobreviven gracias a la estación de esquí (tienen otro tipo de clientes).
La empresa gestora reconoce un déficit de un millón de euros, (con lo que con toda probabilidad y dada la poca transparencia que ha caracterizado todo este negocio el déficit será muy superior a lo admitido).

Luz y taquígrafos

Empieza a resultar fundamental un debate en profundidad acerca del destino de los fondos públicos que se dedican a subvencionar proyectos de dudoso carácter social (estaciones de esquí, campos de golf, parques temáticos, etc) y que con mucha frecuencia aparecen vinculados a empresarios del sector de la construcción, promotores inmobiliarios y negocietes urbanísticos, con recalificación y aumentos espectaculares del valor del suelo. Y en este caso, la relación entre el Rincón de la Condesa y la Covatilla es evidente.

Fdo: Antolín Redondo Maillo. Biólogo.