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La oculta historia de terror del cambio climático. ¿Preocupados?
Mientras vivimos la crisis económica, que entra a diario a nuestras casas en las mil maneras posibles, desde el pago de la hipoteca a la pelea de los gallos de lidia de la política, estamos muriendo lentamente sin prestarle importancia. Muchas, pero muchas veces, conocemos más de la vida amorosa de los “famosos”, delincuentes incluidos, que de aquella tragedia que se cierne sobre nuestras cabezas.
Resulta que terminará siendo cierta la evocación del pasado de Jorge Manrique en las coplas a la muerte de su padre. Son versos antológicos y no molestará que los repita:
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Vale. Dentro de un tiempo, al que llegarán nuestros hijos y padecerán nuestros nietos, habrá una añoranza por el pasado, por lo que ya no será como era. En tanto, nosotros continuamos en la rutina del día a día, tal vez contentos de que sean otros los que paguen el precio de nuestra indolencia.
Sobre las consecuencias del cambio climático se habla, aunque no todo lo que merece. Y, sobre todo, se toman medidas, que a veces ni notamos, olvidamos o les damos la espalda. En el 2005, un informe del Ministerio de Medio Ambiente habló claro: España se esta yendo a tomar por el culo. Pero en lo malo no se piensa.
Han pasado cinco años desde entonces y aparte de los programas de educación ambiental para los niños, no se percibe aún la necesidad de los responsables de mantenernos informados de hacer sonar la alarma y de decirnos la pura, dura y traumatizante verdad de que nuestro país está, como los cocodrilos, está en peligro de extinción.
No obstante, esa noticia alarmante --aunque prescindible-- del 2005, debió estar atravesada en la garganta de los gobiernos españoles desde mucho antes. Y esperaron hasta que todo el mundo, o casi todo el mundo, pusiera las cartas sobre la mesa para asegurarnos que estábamos más jodidos que el resto de Europa y que nuestro caso no era para el médico de cabecera sino para la UVI. Aún así, el cambio climático nos sigue resbalando y mientras haya Messis, Belenes y Julianes que seguir, ¡que le den por el saco!
Nota del autor:
Si el comentario anterior le causara alguna inquietud, le recomendamos leer este fin de semana: "La oculta historia de terror del cambio climático. Las predicciones de Nostradamus" y "La oculta historia de terror del cambio climático. Informe de fin de siglo".
De igual forma, invitamos a nuestros lectores a enviarnos sus propias observaciones personales del cambio climático a través del correo electrónico director@bejar.biz
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Hasta en los puntos y las comas estoy de acuerdo con el artículo.
La desidia es la que preside esta sociedad narcotizada, por quienes viven muy bien teniendola dormida, ojo y no son solamente los Politicos, Ricos, Curas, Periodistas, y demas mafias, porque a quien
tiene un poco de conciencia y trabaja altruistamente por y para la colectividad se le llama gilipollas.
Como decia mi amigo, aqui todos pidiendo,¡¡¡Lo mío!!! donde está lo mío¡¡¡ Yo quiero lo mío!!! Y como al grito de ¡¡¡fuégo,!!! todos tratamos de encontrar la salida pateando a quien esta delante, y asi pateados unos por otros no encontramos la salida.
Totalmente de acuerdo con el comentario y el artículo, a la madre tierra que le den... y no tenemos otra. Solo un apunte más el poco o nulo interés que despiertan estas noticias, si se hablara de uno u otro partido ya estarían los hooligans habituales con sus consignas sectarias dándonos la barrila.
Y sin planeta no gobernara ni unos ni otros.
Con referencia a lo de las contrataciones a dedo: Todos sabemos tambien que entre amiguitos, (todos ellos funcionarios con màs o menos voto a la hora de hacer las contrataciones) Se hacen favores del tipo `yo te hago esto a cambio de que en las pruebas de selecciòn hagas algo para que contraten a mi mujer`(vease el caso de la esposa de un electricista)
Pues yo quiero poner el contrapunto. A lo largo de muchos millones de años la tierra ha sufrido, al menos, y que se conozcan cuatro períodos glaciares, con sus correspondientes épocas posteriores de calentamiento. No hay teorías exactas sobre porqué se producen, pero se habla de variaciones en las órbitas de la tierra alrededor del sol o del sol alrededor de la galaxia, y también de cambios en la composición de la atmósfera. Mi gran duda es si lo que todo el mundo denomina cambio climático es una de estos cíclicos cambios climatológicos que ha sufrido la tierra desde hace tanto tiempo y si el hombre tiene tanto que ver en ello (está claro que algo sí, pero no se hasta que punto) No soy científico ni experto en el tema, pero en ocasiones desde la comunidad científica los datos no son relevantes, por no decir que a veces son contradictorios. Lo que si me llama poderosamente la atención es la capacidad de creerse el ombligo del mundo del ser humano, me explico:
- en primer lugar la tierra no nos importa gran cosa, nos importa nuestra supervivnecia, si un día fuésemos capaces de colonizar un nuevo planeta, esquilmaríamos éste y luego huiríamos
- me hace gracia que nos creamos culpables del cambio climático cuando puede que dependa de factores que somos incapaces de controlar (órbita terrestre, etc), pero claro, el hombre es un ser inteligente y... (aquí entra toda la parafernalia ética que cada uno quiera imaginar)
- por último, es sabido que cada año desaparecen más de 10000 especies en la tierra, y eso en el caso de que las condiciones climáticas se mantengan relativamente estables, así que imaginemos si sucediese alguna anomalía como en las glaciaciones. Como evidentemente nos creemos la raza suprema y que estamos por encima del bien y del mal, pensamos que esto tiene una solución, y que encima es fácil, simplemente hay que usar más energía renovables, consumos responsables de los combustibles fósiles, etc., y mi pregunta es, ¿y si después de tomar toda una serie de medidas la cosa no se corrige? ¿Seremos capaces de admitir nuestra propia extinción? NO. Pues algún día llegará, torres más altas han caído y no hay que olvidar que no somos más que un puñado de células, que se comenzaron a dividir de manera espontánea y que el tiempo ha ido adaptando al medio. Quizás ha llegado la hora de que el planeta, igual que no nos solicitó permiso para que creciéramos en él, no nos lo pida para decirnos adios, y por mucho que nos empeñemos no tenga solución, aunque queda bonito llamarlo cambio climático.
Son divagaciones sin fundamento, lo se, pero pienso que son interesantes, y en el intercambio de opiniones e ideas, puede que le demos más luz al asunto.
R.
Eso precísamente es lo que hasta hace muy poco intentaban demostrar los más afectados de tomarse medidas.La ciencia ha demostrado que hay un influencia nefasta entre la emisión artificial de gases de efecto invernadero y el acelerado cambio climático. Esa realidad YA es aceptada por la comunidad científica y por los gobiernos casi sin excepción, incluyendo lo Estados Unidos que la negó durante mucho tiempo. Fíjese en quien realmenete manda en este mundo --léase el dinero-- y observe cómo las grandes industrias, obligadas por las circunstancias, están sacando al mercado lo que hubieran podido sacar hace ya algún tiempo. ¿Ha visto la Feria del Automóvil? Ya los coches eléctricos no son prototipos, experimentos, YA están en el mercado y se prevé que en diez años circulen millones. Si la ciencia no le resulta creíble, sígale la pista a la gran industria.
El ínfimo e insignificante ser humano, ha creído desarrollar y seguir desarrollando tecnología capaz de controlar la naturaleza, y en esa paranoia sigue.
Para salir de su elucubración cuando ¿Piensa? y se da cuenta de su realidad, trata de colocarse en el eje físico y psíquico, en el primero teorizando sobre como dominarlo, en el segundo creando religiones que justifiquen su eternidad.
Lo grave de estos sueños, es que se los cree. Fredi.
No es que la ciencia no me resulte creíble, de hecho por mi formación me alineo más cerca de la ciencia que de las letras, pero lo que no me gusta es creerme las macrotendencias a pies juntillas, y menos aún lo que nos cuentan los medios de comunicación o las grandes corporaciones. Por ejemplo, la aparición del coche eléctrico, más que un intento de salvar el mundo, es una estrategia comercial, simplemente, se aprovecha el naciemiento de una cultura proécológica (que no ecológica) en la sociedad y se lanzan productos para ella, la cuestión es si esa cultura es real o está totalmente influenciada. La gran prueba está en las instalaciones solares o eólicas. Son un puro negocio, nadie piensa en el ahorro energético cuando las monta, sólo en dinero (lo que mueve el mundo, como se ha comentado). De hecho, gracias a que alguien se equivocó al situar la prima de la energía fotovoltáica por las nubes, España ha sido mercado para inversores extranjeros en esas instalaciones, que les pagamos a más del triple de lo que cuesta generar con otras tecnologías, es decir, es limpia, pero es carísima. A esto hay que sumar la picaresca, como me lo pagan primado y lo consumo a precio normal, ¿qué me impide conectar la red mi contador de generación? Esto ha pasado recientemente en Castilla y León, y las instalaciones generaban hasta de noche, que lujo.
Aprovecho esto para lanzar una pregunta: si cubriésemos toda la superficie terrestre de placas solares y molinos eólicos, creo que nadie estaría en desacuerdo en afirmar que el que los rayos solares se aprovechasen antes de llegar a la superficie supone una pérdida de calor, y si todas las corrientes de aire se rompen en los aerogeneradores, supondría una pérdida de capacidad de enfriamiento de la superficie. Esto es tan sencillo como el principio termodinámico que dice que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Partiendo de que nunca se va a cubrir toda la superficie, sólo me pregunto como afectan esas tecnologías a la tierra, ya que le estamos robando sus propios recursos para nuestro aprovechamiento.
R.
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