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Nunca se acaba la estupidez
La bandera de Leon y CastillaSi el algún momento se le pasa por la cabeza pensar que ya lo ha visto todo y lo dice con seguridad tomando unas cañas con unos amigos, que sepa que no es verdad, nunca se ha visto todo. Todavía se le puede sorprender a usted en muchas cosas, más de las que creía. Esto va por épocas. En algunas de esas épocas no se sabe por qué, pero las sorpresas son algo constante, incesante, son un torrente continuo, de tal manera que te pones a pensarlo y, como poco, necesitas urgentemente una explicación científica al fenómeno para saber qué demonios está pasando, si es muy grave y si es achacable a algo que lo esté determinando.
Desde hace un tiempo se han disparado de tal manera las estupideces y lo que es peor, la tolerancia de una manera u otra a las estupideces, que siempre te parece que estamos tocando fondo, pero no, enseguida va a venir otra igual o más gorda que dejará a aquella superada. Quizá se haya usted enterado de la última (https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2019/12/21/5dfba2a0fc6c83a239...): se ha puesto de moda broncearse al sol el perineo, que es la tierra de nadie entre el ano y la cosa genital. Pues sí, se empieza a poner esto de moda, léanlo en la prensa. Al parecer todavía no es una tendencia masiva, pero algunos tememos que todo se andará, dado que se dice que con tostarse esa zona se mejora de numerosos aspectos. (No me quiero imaginar la escena, en zonas de playa acotadas para ello, donde decenas de personas toman el sol desnudas, con los torsos arqueados en la arena de la manera propicia, las piernas por alto sujetadas de los pies por las manos y el culo directamente en pompa recibiendo los rayos solares por ahí mismo… ¡vaya panorama!). Bueno, pues no es broma, va en serio y puede calar hondo. Con las redes sociales excretando a su modo se puede llegar en todo muy alto.
Esto le puede sorprender, vale, le puede hacer pensar que hay mucha gente idiota, cosa que ya sabemos, y que a lo peor se resuelve con una buena quemazón solar que tenga a los usuarios una semana con el ano y sus adyacencias en carne viva, con todos los problemas que de eso se derivan; lo malo es que hay otras muchas estupideces que se están haciendo habituales en nuestro mundo de hoy y a las que no nos atrevemos a criticar por si nos toman por carcas o poco modernos, que es también una de las inhibiciones frecuentes. Hace unos días en uno de los lemas de una manifestación feminista se decía que no nos necesitan a los hombres, que si era por muchas mujeres los hombres nos podríamos extinguir. En otra leí que “El hetero muerto, abono pa mi huerto”, ésta por cierto en la Universidad Complutense. Y en una tercera, entre más, peo no es cosa de ponerlas todas: “Si quieres la cena, me comes el coño”, así de directamente (las imágenes están en internet). Ante esto te sorprendes, pero tienes que tener cuidado de decir algo en contra, porque si lo dices eres un carca, un rancio, un facha, cosa que nadie quiere ser ni parecer. Tomando unas cañas puedes protestar de esto y hacer unas bromas, pero por ejemplo escribir sobre ello te asocia directamente con tales o cuales partidos políticos o con tal o cual ideología, en una maniobra muy hábil para mantenerte la boca cerrada y dejar que los que dicen tales idioteces las puedan seguir diciendo a discreción, mientras nosotros nos callamos por miedo a que nos tilden de lo que no somos y quizá a perder algunos amigos.
No puedo decir aquí todo lo que llevo oyendo y leyendo en estos últimos años porque iba a llenar muchas páginas y lo mismo me iba a deprimir. Además, mi mente las borra en un proceso higiénico de buena fe, para que no termine en un estado de pesimismo existencial que a pesar de todo se me acerca inevitable. Dejando al margen las ya antiguas, como las que tienen que ver con el lenguaje inclusivo exagerado, en el que se propone usar la e (amigues, todes, nosotres…etc), o los eufemismos para definir cosas que se han llamado de una determinada manera toda la vida, dejando al margen este tipo de ridiculeces, quiero recordar alguna más recientes y comentar la última que nos afecta mucho como bejaranos. ¿Recuerdan el día del juramento o lo que fuera eso, de los diputados elegidos en esta última legislatura para el Congreso y Senado? Fue un alarde de imaginación aquello, por decirlo de una manera suave. Daba vergüenza ajena verlo, pero no ya solo por la falta de respeto al país que te va a pagar ese buen sueldo y sus otras prebendas por estar ahí, sino por el hecho en sí mismo que trivializa lo muy importante. No olvidemos que el Congreso y el Senado son los órganos donde radica la soberanía democrática de todo un país, donde se cuece lo de mucha-mucha gente, por tanto allí las bromas y las faltas respeto sobran más que en ningún otro sitio. A las presidentas respectivas, que tenían poder para poner orden en el esperpento, les pareció normal, incluso bien, quizá divertido, a lo mejor hasta güai. También a una parte de la población le resultó normal y gracioso. El resto del país quedó indignado, con lo malo que es eso por el hecho en sí y por los efectos que puede traer. Por cierto, esa tropa de juradores y prometedores sin ningún respeto, están a punto de apoyar al nuevo gobierno y se supone que por algo será. Como tanto se dice ahora: Ahí lo dejo.
La más reciente de la cadena de ideas hechas directamente con el trasero es la propuesta de separar León de Castilla que se ha formulado por iniciativa de Unión del Pueblo Leonés (UPL) y aprobado desde el Ayuntamiento de León con el apoyo de Podemos y del PSOE y al parecer, también secundada en tres ayuntamientos leoneses por concejales del PP,a los que ya han llamado a capítulo. UPL vive de este discurso, los otros, a lo que se ve, han resultado seducidos ahora. Lo de Podemos con esto de las posibles separaciones, mezclado con la cosa de las identidades, sabemos ya que le es una cosa enfermiza, allí donde huelen algo separable, se suman sea lo que sea: apoyan referéndums ilegales, derechos de autodeterminación o, como ahora, separaciones autonómicas. Lo del PSOE leonés es para estudiarlo porque tendrá alguna miga y lo del PSOE de Castilla y León debe estar en reflexión, porque no se han prestado todavía a decir nada; los imagino desvelados en la noche buscando la mejor respuesta. A ver cuál es esa mejor respuesta. Y luego de todo esperará el debate: unos pueblos sí, unos pueblos no y otros depende. Así estará un nuevo cisco formado. Por si ya teníamos pocos, algunos han sentido la llamada de aportar. Y todo por una cosa que nos obsesiona últimamente llamada “identidad”, un asunto poético muy delicado que cada uno en esta España de hoy la interpreta y la cuenta a partir de cuándo y de lo que le interesa, y, desde luego, a otros, para lo que les interesa, enredando en lo posible a los demás en idénticos romanticismos, que hacen de lo natural esperpento, consiguiendo solo retrasar y entorpecer el ritmo natural de la vida, haciéndola insensatamente peor para todos. Cuando la identidad, que es algo natural de las sociedades humanas y muy saludable en son de paz y cordura, se mezcla con la política mediocre, desprovista de mejores propuestas sociales que esas y encima va cargada de intereses y mentiras, no deja de darnos sorpresas, quebraderos de cabeza y esperpento. De momento se ha dado el primer paso, se ha creado el enredo, uno más en este país enredado cada vez más en tanta majadería (identidades, lenguas oficiales, cambios de nombres a sitios, desentierros de dictadores... ¡uf, qué fatiga, de verdad!). A ver cómo progresa este nuevo asunto, y de ir para arriba, habrá que irse inventando cosas o simplemente sacarlas de quicio utilizando de vehículo las bajas pasiones de la gente, que es como esto funciona. Habrá que echar mano de la lengua, de la historia, de los héroes y demás y adaptarlos a la burbuja, para que seguramente unos cuantos, que no serán pocos, vivan aceptablemente bien de ello mientras nos echan de comer lo que les convenga para seguir en lo suyo. La gente se debería preguntar antes de plantearse si quiere ser solo leonés o castellano-leonés el por qué, el para qué, el con objeto de qué, el a quién le viene mejor esto y luego, no lo olvide usted, el costo de todo ello en el caso de consumarse. Reflexionadas estas preguntas que se pronuncie la gente, a ver qué pasa. Por cierto, en Béjar habría que añadir a todas esas preguntas en cuánto somos también Castilla, porque alguna víscera de ello al parecer tenemos. En fin, feliz 2020. A ver si, cambiando de década, es el año de la cordura. Disfruten de la vida.
- que desesperación Dios
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