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Nuevas Tecnologías y jóvenes: La fantasía de lo virtual
Iván Parro
Cada vez son más los niños y los jóvenes que poseen y utilizan alguno de los aparatos o gadgets englobados en las nuevas tecnologías. La revolución de los sistemas de comunicación e información, con la aparición y el desarrollo de internet, y los avances que a la par surgieron fomentaron cada vez más la idea de una aldea global (término ya acuñado por Mc Luhan en los años sesenta), un mundo en el que las distancias se hicieron cada vez más cortas, en el que ya era posible comunicarse como nunca antes se había hecho, calando hondo en las mentalidades de muchos niños y jóvenes que en la actualidad encuentran en esas tecnologías unas herramientas indispensables para su vida personal y su vida social. Y sobre todo es el móvil e Internet, además de las videoconsolas, los medios tecnológicos más solicitados y usados por los jóvenes.
Tomando los datos de la encuesta “Equipamiento y uso de tecnologías de la comunicación y la información en los hogares españoles 2014”, realizada por el Instituto Nacional de Estadística, nos indican que más del setenta por ciento de los niños entre seis y dieciocho años ya posee un móvil, y de ellos casi la totalidad utiliza de una manera regular Internet para comunicarse con otros, para consultas de tipo académico o para descargar contenidos relacionados con el ocio.
Las nuevas tecnologías influyen de una manera determinante en las actitudes y en las acciones de muchos niños y jóvenes de hoy, pudiendo ser orientadoras en sus maneras de pensar o de sentir, pueden animarles a actuar de una u otra forma ante un hecho concreto o pueden crear modificar o complementar su escala de valores. Y es que ante la falta de modelos o de referentes válidos y completos, ante la crisis del modelo familiar y de las relaciones humanas, los niños y jóvenes se esconden en las nuevas tecnologías. Muchos crean su mundo virtual, su mundo perfecto, su recreación ideal del mundo en el que les gustaría vivir, a las personas con las que les gustaría estar o conocer, las actividades o trabajos que les encantaría llevar a cabo… Y es que Internet es un universo de infinitas posibilidades. Internet ofrece todas las condiciones y requisitos para que cada uno pueda vivir según sus preferencias. De hecho algunas personas han probado a vivir durante muchos días y meses desde sus habitaciones con la única ayuda de los recursos que ofrece Internet. Pero la vida no es un paseo virtual que podamos ajustar y cambiar según nuestras preferencias. La vida real es un cúmulo de sensaciones únicas e inolvidables que cada uno debemos vivir y disfrutar sin máquinas de por medio. La vida es esa increíble aventura que a cada uno nos ha tocado vivir de una manera diferente. Enseñar este valor y este reto a los niños y a los jóvenes de hoy es hacer lo posible para no acabar con el sueño de una vida irrepetible en la que las nuevas tecnologías solo son instrumentos que nos pueden facilitar algunas actividades, la comunicación con otros, pero que no sustituyen en ningún caso la multitud de experiencias que estamos llamados a vivir o a compartir con otros. Las nuevas tecnologías son herramientas y aparatos que pueden mejorar algunos aspectos de nuestras vidas pero que no son ni mucho menos el único referente en el que nos tengamos que fijar para lograr nuestros objetivos.
Educar en el buen uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación es salvar la experiencia de una vida única, con sus altibajos, con sus relaciones sociales particulares, con su educación aprovechable, con su ocio necesario, con su modelo de desarrollo específico, con su escala de valores que se va renovando y modificando según las preferencias del momento, con su estilo de vida que llama más a la oportunidad real que al sometimiento de lo virtual.
En contra de la fantasía de crear mundos ideales en la llamada nube, la vida nos ofrece la posibilidad de compartir experiencias inolvidables y nos permite escribir en el libro de nuestra vida con letras hechas de nuestra propia y singular mano y no escribirlo en lugares artificiales. Las nuevas tecnologías no hacen a la persona, no la modelan, simplemente la ayudan a realizar algunas de sus actividades de una manera más sencilla. Apostar por una vida en lo virtual es crecer en el engaño de una fantasía que quizá no sea tan real como se piensa.
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