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Editorial nº 111, del 12 al 19/10/08: El Alcalde de Béjar pone en el escaparate el PGOU de Valle y Riñones
En esta ceremonia de la confusión en que se ha convertido el mandato de Cipriano González al frente del Ayuntamiento de Béjar, éste ha abierto un mal llamado periodo de exposición pública de la documentación del Plan General de Ordenación Urbana de Béjar, para que los ciudadanos puedan consultarla.
¿Y qué es lo que se expone al público? Pues, ni más ni menos que el PGOU que había cocinado el exconcejal Valle durante la pasada legislatura, de espaldas a la mayoría de los bejaranos, con algunas correcciones derivadas de las alegaciones presentadas durante la información pública que tuvo lugar en los meses de junio y julio de 2006. A este paso, acabarán otorgando al Sr. González el título de hijo predilecto del PP.
Recordaremos aquí, que ese impresentable Plan estuvo en el origen de Bejar.biz. Que ese infumable Plan dio lugar a una imparable contestación ciudadana que acabó desenmascarando los tejemanejes de Valle y allegados, con aquella retahíla de pelotazos y fraudulentos convenios urbanísticos en los que el interés público quedaba sistemáticamente malparado. Pasen revista, recuerden, relean los sucesivos análisis publicados en esta revista sobre el PGOU, los convenios de López de Hoyos, Arelte, la Glorieta, la Thesa, el Jardín de Olivillas, o los escándalos de la Cerrallana y el nuevo Matadero. Recuerden.
el PGOU viene a ser una especie de Constitución en la que los habitantes de un municipio fijan las reglas del juego sobre el territorio que ocupan, resolviendo sus necesidades colectivas y proyectando sus aspiraciones futuras como grupo. Y esas reglas del juego sólo pueden conformarse a partir de un DEBATE PÚBLICO
El Sr. Alcalde, sus Técnicos y Consejeros, confunden una exposición pública de los planos y ordenanzas del PGOU, del tipo de un consultorio a lo Elena Francis, en el que los propietarios de parcelas o solares se interesan por cómo queda SU propiedad, SU casa, SU parcela, SU calle, con una verdadera participación ciudadana. Repetiremos una vez más que el PGOU no es un asunto exclusivo de promotores, constructores, arquitectos y propietarios, sino que el PGOU viene a ser una especie de Constitución en la que los habitantes de un municipio fijan las reglas del juego sobre el territorio que ocupan, resolviendo sus necesidades colectivas y proyectando sus aspiraciones futuras como grupo. Y esas reglas del juego sólo pueden conformarse a partir de un DEBATE PÚBLICO, en el que los diferentes grupos sociales confrontan sus ideas sobre cómo identificar, abordar y solucionar los problemas actuales, y sus distintas formas de ver y de pensar la ciudad futura. Se trata de dar forma a un proyecto colectivo de ciudad y eso sólo puede hacerse desde la participación real de todos los grupos sociales implicados.
¿Queremos ocupar indiscriminadamente el territorio con Condesas y Glorietas, o queremos preservar el paisaje con mano de hierro, como valor estratégico de futuro? ¿Queremos rehabilitar de verdad el casco histórico, reconquistando para la ciudad su tejido urbano y las innumerables viviendas vacías que hay en él o lo abandonaremos definitivamente a su suerte? ¿Queremos salvaguardar el patrimonio histórico industrial, verdadero alma de Béjar, reciclándolo para usos públicos o residenciales, o lo dejaremos destruir como se viene haciendo y propiciando de forma sistemática en los últimos tiempos? ¿Cuáles son las necesidades colectivas de la ciudad y sus barrios, cuáles son los déficits que debemos atender? ¿Necesitamos un hospital comarcal o no; dónde lo vamos a ubicar y cómo obtendremos el suelo? ¿Y qué pasa con las zonas escolares inconexas o desperdigadas por el monte? ¿Y qué con la ausencia de zonas verdes u otras dotaciones en determinados barrios? ¿Cómo resolveremos los problemas de aparcamiento y de tráfico? ¿Tenemos asegurado el suministro de agua y energía, en condiciones adecuadas, para la capacidad de crecimiento prevista o seguiremos con la práctica de “tú engancha ahí que ya veremos”? ¿Y qué pasa con el suelo industrial? ¿Cuál es el impacto ambiental de unas soluciones u otras; son asumibles o no; qué medidas correctoras vamos a aplicar? ¿De qué recursos económicos disponemos? ¿Cómo los vamos a gestionar?
Preguntas y más preguntas que no tienen respuesta ni en ese chiringuito que ha abierto el Sr. Alcalde en Mayor de Pardiñas ni en los planos colgados de internet. Hay que tirar todo eso a la papelera y recomenzar sobre unas bases nuevas, no contaminadas. Hay que despedir al equipo redactor y al arquitecto municipal. Sr. Alcalde, deshágase de ese pesado lastre. Al fin y al cabo es lo que prometió antes de las elecciones.
hay que dar la palabra a los bejaranos. Sr. Alcalde, dé la palabra al pueblo. Y escuche.
Sr. Alcalde, aquí hace falta un debate, una participación ciudadana auténtica, en la que los grupos y asociaciones expresen y confronten sus ideas sobre la ciudad. Asociaciones de vecinos, de comerciantes, de industriales, de constructores y promotores, de jóvenes y de mayores, partidos políticos, sindicatos, emigrantes, profesionales o asociaciones de la sanidad, de la enseñanza, de la cultura o el deporte, profesionales o asociaciones de la arquitectura, el urbanismo, la ingeniería, la arqueología, la historia, el arte, la sociología, la economía, la asistencia social o las ciencias ambientales. Todos deben hablar y discutir públicamente sus posiciones.
Si queremos un PGOU que perdure en el tiempo en tanto que instrumento de gobierno municipal con el que resolver los múltiples problemas de que adolece la ciudad, al tiempo que cauce de convivencia presente y futura de la misma, hay que dar la palabra a los bejaranos. Sr. Alcalde, dé la palabra al pueblo. Y escuche.
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Pues sí. Salvo que ya no hay perros sueltos por el Ayuntamiento, nada ha cambiado. Es una verdadera lástima y una gran oportunidad perdida para, al menos, intentar regenerar esta ciudad decrépita y podrida.
Antolin hijo porque no te presentas a alcalde con un nuevo partido ya que ninuno de los dos partidos parecen que te agraden. deja de mirarte el ombligo y viaja por favor. Lo tuyo es quijoteco. y que conste que te aprecio aunque no comarta muchas d tus ideas.
El artículo no es de Antolín, Invitado Sáb,18/10/2008 - 04:12 , es de Manuel Velasco.Y entiendele, es uno que en su día creyó en Cipri y todavía no ha superado el trauma.
Invitado, sáb, 19/10/2008. Con tú escrito, está claro, quien deberia presentarse a una escuela básica, y dejar de viajar en bicícleta por los pueblos de la comarca.
cuantos somos los que en su dia creimos en Cipri? porque me parece que si llegamos a 800 no renueva mandato en la proximas elecciones.
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