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El durillo
El botánico O. Polunin dice de él: “arbusto natural de la región mediterránea y Portugal que se cría en bosques, matorrales perennifolios y lugares pedregosos, en colinas y tierras bajas cerca de la costa. A menudo se cultiva en jardinería…”
Efectivamente, el Viburnum tinus L. es otro de los arbustos comodín de la jardinería en nuestro país. Se le utiliza en grupos para crear masas, de forma aislada como arbolito o como arbusto de gran porte, según se le pode puede usarse para setos de aspecto formal o más rústico e incluso para crear un bonsai.
En Béjar, sorprendentemente, no hay muchos ejemplares, pero si pueden encontrar durillos plantados en varios de nuestros jardines: en los parques de la Corredera y de la Antigua, en Santana y a la entrada del hospital.
El durillo presenta unas características muy buenas para utilizarlo en jardinería: aguanta el frío, aunque con las heladas muy fuertes puede llegar a secarse, si bien en la mayoría de estos casos suele rebrotar. Resiste periodos de sequía, es indiferente edáfico (le da igual el tipo de suelo en el que se cultive), se puede plantar en distintas exposiciones, tanto a la sombra como al sol, y sólo requiere alguna poda de limpieza de las ramas mal orientadas o enfermas para presentar buen aspecto. El durillo es una especie que admite bien la poda y se le debe practicar después de la floración.
Todas ellas han contribuido a que sea una especie utilizada en jardinería desde hace mucho tiempo, por eso existen muchas variedades.
El mayor valor ornamental del durillo es su floración de diciembre a marzo, según las zonas. Se convierten en masas blancas en pleno invierno. Asómense a cualquiera de los lugares que les he indicado antes y podrán comprobarlo. En mi opinión el mejor ejemplar está en Santana, al lado de la pared derecha de la ermita, la que está orientada al sol de mediodía. Calculo que dentro de un par de semanas lo verán en todo su esplendor.
El nombre del género, Viburnum, procede de la palabra que los romanos utilizaban para denominar a otra especie de este mismo género, la que nosotros llamamos “barbadejo” o “morrionera”. Tinus es la que empleaban para referirse al durillo, un “laurel silvestre”.
El durillo es de la misma familia (Caprifoliáceas) que otros dos arbustos que crecen de forma natural en nuestra comarca, el saúco y la madreselva.
Descripción:
El Viburnum tinus L. es un arbusto de forma redondeada que puede llegar alcanzar los cuatro metros, aunque cultivado suele tener en torno a los dos.
Las hojas son perennes, nacen opuestas de dos en dos, girando 90º con respecto a las anteriores. El término botánico para describir esta disposición es “decusado”. Ya saben, si leen en algún escrito “hojas” o “brácteas decusadas”, son elementos dispuestos formando una cruz con los siguientes y los anteriores.
El durillo tiene las hojas de color verde obscuro, de unos 5 cm de largo, con el nervio central patente y el borde entero.
Las flores son pequeñas, blancas por arriba y a veces rosadas en el exterior. Están reunidas en una inflorescencia muy vistosa en forma de paraguas.
El fruto también es pequeño, es una drupa. Se encuentran reunidos como las flores. Al principio del verano son verdes y luego se vuelven de un tono azul muy obscuro con brillos metálicos. Permanecen en el arbusto mucho tiempo, llegando a coincidir con la siguiente floración.
Estos frutos son preciosos, a primera vista no llaman la atención, pero les animo a que se fijen en ellos para que observen sobre todo los tonos metálicos que presentan. Se utilizaban como purgante pero ojo con ellos que pueden resultar tóxicos, como siempre que se utilizan los principios activos en dosis inadecuadas.
Importante para el concurso:
El durillo va a ser el número 10 de nuestro concurso por ser un buen ejemplo de utilización de una especie de la flora mediterránea en jardinería.
Todavía faltan dos números por adjudicar, el 4 y el 5. Hasta que no lo hagamos, no completaremos la lista de especies que formarán parte de nuestro concurso. No se despisten por haber asignado ya el número 10 en este artículo.
Recuerden:
Arbusto redondeado de hojas verde obscuro, perennes y decusadas. Flores blancas, rosadas por fuera, pequeñas y reunidas en inflorescencias. Frutos pequeños, reunidos en infrutescencias, en la madurez son de color azul negruzco con brillos metálicos.
Para su curiosidad, la foto de la abeja buscando polen en la flor está tomada en uno de nuestros parques el pasado día 24 de enero. ¿Será también un síntoma del cambio climático que se nos viene encima?
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Pero ... ¿que cambio climático? Por qué creen algunos a unos cuantos lenguaraces que solo actúan movidos por el interés económico. Es que carecemos de sentido común? y tienen que pensar por nosotros. Está visto que lo de la manipulación de las masas no es algo que solo hicieran los romanos o griegos. O tempora, o mores.
lo que está claro es que hay que contaminar menos o llevamos al planeta a la ruina (con cambio o sin cambio)
el planeta a la ruina
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