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Abetos, Piceas y Cedros
Ahora que hemos estado en días navideños, vamos aprovechar esta circunstancia para hablar de árboles ornamentales que se han convertido en iconos de estas fiestas.
No sólo vamos a considerar al abeto (Abies), sino que también tendremos en cuenta otros dos géneros que pertenecen a esta familia de las Pináceas: los cedros (Cedrus) y las piceas (Picea).
Otro género también muy conocido de esta numerosa familia, del que hoy no hablaremos, es el de los pinos (Pinus).
Vamos a tratar estos tres géneros en un sólo artículo porque, además de encontrar ejemplares de ellos en nuestros parques, lo que nos venden la mayoría de las veces como abetos son realmente piceas y porque los bejaranos, aunque quizás no seamos todos conscientes, tenemos la enorme suerte de contar con un ejemplar maravilloso y espléndido de cedro en la finca conocida como “La Francesa”.
Este cedro centenario, al que deberíamos cuidar y considerar como un elemento más de nuestro patrimonio, es uno de los árboles singulares de Castilla y León.
Como muchos de ustedes ya saben, los bejaranos nos "mal" referimos a él como “el pino de la francesa“.
El valor ornamental de estos árboles, al igual que el de las otras Coníferas, división que agrupa a esta familia de las Pináceas, a la de los tejos (Taxáceas), a la de las secuoyas (Taxodiáceas) y a la de los cipreses, sabinas y enebros (Cupresáceas), reside sobre todo en su porte y en que no pierden las hojas en invierno.
Estas características permiten que se utilice a las coníferas para formar el armazón, constituir el esqueleto o marcar la estructura del jardín o del parque. A partir de ellas se traba o dispone el resto de las especies más frágiles o caducifolias. La envergadura de las coníferas aporta volumen, sus ramas tupidas crean pantallas o límites y su porte ayuda a delimitar, enmarcar o definir las dimensiones del espacio que se crea y ajardina, además de aportar belleza y contrastes con su tonos y formas.
Como ya hemos comentado, los abetos, piceas y cedros son tres géneros que pertenecen a la familia de las Pinaceae o Pináceas. Es una familia muy antigua de árboles. En uno de los libros del botánico O. Polunin , el autor dice que “forman bosques que cubren enormes extensiones de las partes más frías del hemisferio norte y de las montañas mucho más al sur”. No es extraño que sean los árboles que asociemos al invierno y a la Navidad.
Todos los géneros y especies de esta familia Pinaceae tienen en común dos características: sus hojas son aciculares, es decir en forma de aguja, y sus estructuras reproductivas tienen forma de cono. “Cono” es la palabra latina que corresponde a la nuestra de “piña” y ambas se pueden considerar sinónimos del término “estróbilo” que es el que utilizan los botánicos y el que define con mayor precisión esta estructura. De este término derivó el nombre de “Coníferas”. El cono podemos considerar que es el equivalente a la flor porque tiene la misma función que ésta. Los conos contienen la parte reproductora de la planta y producen un elemento que, al germinar, dará origen a un nuevo individuo de la especie.
Evidentemente, todos sabemos que el aspecto de cualquier flor y el de una piña son muy diferentes. Las piñas no tienen las envueltas que aportan vistosidad a las flores, ni tampoco su textura, ni producen frutos como los de éstas, del tipo de las manzanas, las avellanas o los plátanos, pero si que podemos encontrar en ellas elementos de distintos géneros, si bien siempre en piñas distintas, separadas. Un elemento es masculino y otro es femenino que al juntarse originan una “semillita” de la que saldrá la nueva planta.
El cono de las Pináceas está formado por un eje vertical sobre el que se disponen unas escamas de forma helicoidal, como los peldaños de una escalera de caracol, en las piñas femeninas estas escamas suelen ser leñosas. Las escamas más duras que vemos desde fuera, guardan en su cara interior otras escamas o brácteas más blandas con unos saquitos de polen, si se trata de las piñas masculinas, o con una especie de granito, al que se llama “primordio seminal”, si son las femeninas. En la foto podemos ver el eje central de una piña femenina de cedro que ha perdido, excepto en la base, todas las clases de escamas. El aspecto, tamaño, forma y color de los conos varía según los distintos géneros y especies y es un elemento clave para identificarlos.
Para no hacer este artículo demasiado extenso, vamos a señalarles únicamente las características que deben tener en cuenta para poder reconocer y diferenciar en nuestros parques un cedro, un abeto y una picea. Si luego quisieran saber más sobre cada uno de ellos, les aconsejamos que consulten la wikipedia o la siguiente página web: http://fichas.infojardin.com/arboles/
El primer paso a dar es que se fijen en la forma en cómo están dispuestas las hojas aciculares sobre las ramas. Si las hojas, sobre todo las de las ramas viejas, están agrupadas en pequeñas escobillas que salen del extremo de ramitas muy cortas sobre la rama mayor, a modo de brochas diminutas, se trata de un cedro. En las fotos que figuran a continuación se observa de forma muy clara lo que les describimos.
Después de esta comprobación del tipo de hojas, fíjense en otras características que se pueden observar también en las siguientes fotos: las preciosas piñas femeninas, la corteza muy agrietada y el porte no piramidal en los árboles más viejos.
Sin embargo, el cedro que está en uno de los rincones de la plaza de José Lidón, como es más joven, todavía conserva la forma de silueta en "pirámide". El cambio de porte, forma o silueta con los años es frecuente entre los árboles y hay que tenerlo en cuenta para que no nos despiste a la hora de reconocerlos. A los humanos también nos suceden estos cambios de aspecto con la edad.
Esto es todo lo que hoy les vamos a contar de los cedros. A continuación nos referiremos a las características en las que se han de fijar para identificar los abetos y las piceas para poder diferenciarlas.
Habíamos dicho al inicio del artículo, al empezar a hablar del cedro que el primer paso era fijarse en la disposición de las hojas sobre la rama. Bueno, pues si al observarla, ven que las hojas son como pequeñas agujas y que se inserta cada una de forma independiente sobre el leño de la rama, dispuestas de una en una directamente sobre toda la superficie de éstas, dándole a la rama un aspecto de cepillo de limpiar tubos o biberones, estamos ante un abeto o una picea.
Hay dos posibilidades para diferenciar un abeto de una picea. La primera, que es la más fácil, es buscar las piñas femeninas. Si las piñas son erectas, como en la foto de abajo más a la izquierda, en la que se ven los ejemplares verdes no maduros, nos encontramos ante un abeto. Por el contrario, si las piñas son colgantes, como los de la foto siguiente con piñas marrones maduras, es una picea.
Recuerden:
Piñas hacia arriba, es un abeto. Piñas hacia abajo, es una picea.
Ahora bien, por experiencia y por aquello de la ley de Murphy, les puedo asegurar que no siempre se encuentran las piñas en el árbol; así que, si se encuentran en estas circunstancias, tendrán que hacer la siguiente prueba.
Cojan un trocito de una rama, sujeten la ramita con una mano y con la otra, una de las hojita por el medio. Tiren de la hoja hacia atrás, para arrancarla de la rama. Si la base de la hoja al tirar sale limpia, dejando una señal circular nítida en la rama, es un abeto; pero si cuando ustedes tiran de la hojita se queda en su base una especie de pestañita de la rama, como si le hubieran arrancado también un pellejito a la rama, dejando por lo tanto una señal alargada en ésta, tienen ustedes una picea.
En las fotos podrán apreciar muy claramente esta prueba que les cuento. También si pueden comparar juntas una hojita de abeto con una de picea, verán que la del abeto es más roma que la de la picea.
Sus cortezas son también diferentes y ayudan a la diferenciación de estos géneros.
El único ejemplar de abeto (espero que no se me haya pasado ningún otro) que tenemos en nuestros parques está en el de La Corredera, en invierno es el árbol más alto de todo el Parque, le calculo más de 20 metros.
Su silueta piramidal de saeta apuntando al cielo es muy llamativa y fácil de localizar hacia La Merendera.
Por último, señalarles que haya varias especies de abetos, cedros y piceas, pero con que identifiquen el género me parece que nos quedamos todos contentos.
Importante para el concurso: estoy segura que con lo que les he contado y su perspicacia podrán identificar a partir de ahora fácilmente los cedros y las piceas, así que no tendrán ninguna dificultad en localizar los ejemplares en nuestros planos del concurso y escribir el número 6 del cedro y el número 7 de la picea en el lugar correcto que les corresponde. ¡Ánimo lectores!, que ya casi acabamos con la lista de las especies que van a entrar en nuestro concurso. Sólo faltan tres.
- A que tema te refieres? Al
hace 4 horas 21 mins - Ni mejor ni peor. Y tú
hace 4 horas 27 mins - Que aburricion, que la gente
hace 9 horas 11 mins - Seguid estirando ese tema
hace 14 horas 33 mins - Ni mejor ni peor. Y tú,
hace 17 horas 43 mins - Pues vaya lio, porque uno
hace 18 horas 48 mins - Gracias Luis por meternos
hace 18 horas 51 mins - Pues a mí me llaman por
hace 20 horas 10 mins - Sin duda se trata de un paso
hace 21 horas 18 mins - Tu eres un ciudadano de esos
hace 1 día 3 horas
Estos Datos no me parecen importantes xq no te dicen lo mas importante deberian decir las hojas del cedro su flor su tallo su fruto su altura y eso no lo dice y dice puras huevadas.
GENIAL.la información más clara que he encontrado para identificar y diferenciar estas bellezas. gracias.
Muy muy interesante, claro y preciso. Desde luego la información más clara que en cualquier otra parte, incluso que en algunos libros de texto.
En cuanto a lo que dice otro de los invitados, curioso idiota: no contiene tonterías el artículo, y si eso es lo único que te parece importante de las plantas, entonces doy por hecho que no eres botánico. Y que sigas empleando "flor" para hablar de las inflorescencias, estróbilos, conos, piñas o cualquier otro término más adecuado, demuestra que ni si quiera has prestado atención al contenido.
Muy acertadas las explicaciones que das sobre los pasos a seguir para saber si es una u otra especie. Nunca nadie me lo había explicado tan claramente. Gracias por tu aportación.
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