Iván Parro

En una colaboración anterior (https://bejar.biz/node/40092) quise compartir con los lectores de este semanario digital algunas reflexiones acerca de la influencia del COVID-19 en el ámbito del trabajo. En esta ocasión me propongo destacar otras cuestiones que el coronavirus ha provocado o promovido en el sector laboral, y entre ellas:

- Visibilidad y reivindicaciones de los autónomos

Nadie podría dudar que uno de los grupos más afectados económica y laboralmente en esta pandemia son los autónomos, ya sea por el cierre de sus negocios sin saber si podrán volver a abrir, ya sea por la poca atención que han tenido algunas de sus reivindicaciones más importantes por parte de las autoridades, ya sea porque a la vuelta se van a encontrar con la incertidumbre acerca de la clientela, el respeto del cumplimiento de todas las medidas sanitarias necesarias y el retorno progresivo de los trabajadores afectados por los ERTE.

Desde hace tiempo demandan más atención, más comprensión, más sensibilidad hacia sus reivindicaciones. Quizá ahora es el momento de sentarnos seriamente con ellos y escucharles, pues representan una parte fundamental de todo el tejido económico de nuestra sociedad, y si ellos no funcionan bien quizá nuestra economía tampoco lo podrá hacer con las consecuencias que ello supondría para todos.

- Se han convocado procesos extraordinarios de selección de personal

Ante la aparente escasez de profesionales en determinados sectores, muchas empresas y organizaciones han tenido que cubrir la alta demanda de esos servicios contratando trabajadores de forma extraordinaria, personas que se han dejado la piel para que podamos superar esta pandemia lo mejor posible. Dentro del sector sanitario, logístico o comercial se han producido nuevas oportunidades de empleo por el COVID-19, logrando así que varios cientos de personas hayan podido trabajar en estas semanas procurando que el impacto negativo en los datos cuantitativos pero más aún en lo cualitativo sea amortiguado de alguna manera.

Esto además procura un mensaje de esperanza a los que buscan empleo en estos tiempos difíciles, siendo una muestra de que las oportunidades siempre van a estar ahí de una manera o de otra; lo que hace falta es saber encontrarlas y aprovecharlas.

- Apuesta e impacto del teletrabajo y la teleformación

Uno de los claros protagonistas de esta pandemia en lo que a lo laboral se refiere es el teletrabajo. Debido a que en muchas ocasiones las actividades laborales pueden realizarse sin necesidad de la presencia física de una persona en una oficina o en un puesto de trabajo concreto, muchas empresas han apostado acertadamente por el teletrabajo como herramienta no sólo para seguir en la actividad sino como instrumento que facilita el mantenimiento de puestos de trabajo.

Para muchas empresas se ha convertido en el producto estrella del confinamiento, y por necesidad han tenido que adoptar todas sus estructuras a esta forma de trabajo, que no es nueva pero se utilizaba relativamente poco en nuestro país. Es uno de los grandes descubrimientos de la pandemia seguramente, y la tendencia es que tendrá una mayor implantación en los procesos laborales del futuro, donde la teleformación o el aprendizaje a distancia también ha tenido un papel fundamental en esta crisis. Seguro que muchas personas (entre las que me incluyo) hemos dedicado mucho tiempo a formarnos, tanto en materias relacionados con nuestro trabajo como en aquellas no relacionadas, ya sea por puro interés educativo, por hobby o por la motivación o interés que sea. Y es que la teleformación lleva muchos años siendo una excelente alternativa formativa para muchos que queremos seguir aprendiendo del mundo que nos rodea.

- Importancia de los departamentos de prevención en las empresas

La prevención siempre ha sido (o debería de haber sido) una de las piezas más importantes dentro del organigrama de una empresa. Todos los trabajadores están expuestos a múltiples y variados riesgos en el desempeño de su trabajo tanto en las propias instalaciones donde lo desarrolla como en medios que utiliza para realizarlos.

La PRL (Prevención de Riesgos Laborales) se torna más decisiva que nunca si queremos realmente que esto no vaya a más. Todas las empresas deben implantar todas y cada una de las medidas de protección sanitaria necesarias para garantizar una adecuada reapertura de los negocios, protegiéndose a sí mismos y por supuesto a los clientes.

La prevención de riesgos quizá sea la preocupación más importante dentro de las empresas aparte del aspecto económico, pues una vida no tiene precio. Por eso las autoridades deben también implementar las acciones necesarias para apoyar, promover y controlar que se cumpla con las exigencias sanitarias.

- El COVID-19 será inolvidable para todos los trabajadores

En este año coronavírico creo que no olvidaremos por mucho, mucho tiempo lo que ha supuesto y significado la pandemia para los trabajadores. Tampoco lo olvidarán los funcionarios de los servicios de empleo, que intentan hacer lo que pueden como pueden, respondiendo a las miles de solicitudes de prestaciones que han aumentado exponencialmente debido a la crisis sanitaria en la que no lo olvidemos aún estamos inmersos. Esta avalancha de solicitudes ha provocado que muchos trabajadores no hayamos podido cobrar la prestación hasta pasados casi dos meses, lo que ha provocado situaciones complicadas, pues muchas familias hemos tenido que recurrir a ahorros, a préstamos o incluso a la caridad para poder pasar los días de manera adecuada.

Los servicios sociales y las asociaciones de voluntariado en este sentido creo que han trabajado y respondido de manera ejemplar. Siguen atendiendo todas las necesidades que se les presentan, y ya han implementado redes y/o metodologías de trabajo y actuación tanto a los voluntarios como a todos los implicados de una forma o de otra para que estemos todos atendidos.

Esta situación del retraso en los pagos de nóminas o de prestaciones ha generado situaciones de estrés, de malestar emocional, de inquietud ante lo que puede suceder en el futuro. La incógnita del qué pasará con nuestra vida ha golpeado con fuerza los corazones de tanta gente que ha tenido que recibir ayuda. Y es que una de las peores consecuencias que acarrea una crisis como la que vivimos es no sólo el miedo a ser contagiados sino esa incertidumbre sobre el mañana que acompaña muchos de los pensamientos diarios, muchas de las conversaciones, muchos de los sueños (o pesadillas) que han tenido algunos trabajadores estos días. Ojalá que las repercusiones a largo plazo de esto no afecten tanto al corpus social sino que logremos la resurrección en las mejores condiciones posibles, con un regreso escalonado pero seguro como el que nos disponemos a vivir en las próximas semanas, porque no lo olvidemos, como ya señalaba antes, el bicho del COVID-19 sigue matando, y hasta que no haya una cura o una vacuna efectiva no debemos estar del todo tranquilos.

Estemos alerta, seamos responsables, tomemos todas las medidas sanitarias adecuadas y no bajemos aún la guardia del todo. La actividad volverá. Las empresas volverán a abrir y retomar sus negocios. Volveremos a las calles de forma segura. Frecuentaremos los bares y las tiendas como antes. Nos abrazaremos de nuevo. Aparcaremos por fin la tristeza y la preocupación. Trabajaremos de nuevo en un escenario diferente pero apasionante. Pero hasta entonces cuídense mucho y por favor no se olviden también de cuidarnos a los demás.

“Lo mejor del olvido es el recuerdo” (Gloria Fuertes)