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"Los árboles"
¿Quién despierta al despertador? Cada mañana, la misma pregunta. Cada mañana, la misma duda…
Como cada día y a la misma hora me despierta con su ruido atronador. La mano sale rauda de entre las sábanas y el dedo pulsa el interruptor como un autómata. Un día si y, otro, otro, otro, así…
Me levanto de un salto y me dirijo hacia la ventana. Los cristales están chorreando y la persiana bajada, la temperatura exterior se me antoja muy baja. Subo la persiana y…me llevo las manos a los ojos. Siempre contemplo el mismo paisaje, pero esta mañana, es diferente. Veo un árbol plantado no lejos de mi ventana. ¿Estaré soñando? Después de quitarme la venda de los ojos, veo que el árbol continúa en el mismo lugar. Sentí alegría al pensar que no sería el último, sino el primero de un bosque que pudiera contemplar todos los días delante de mi ventana. Con el paso de los días, aquella alegría se fue tornando tristeza viendo que el bosque no aumentaba. El árbol creció solo. Es cierto que a lo lejos podía ver otros árboles, pero no llegaba a contemplar todo su esplendor. Aquellos árboles formaban un conjunto en el que no se distinguían ni ramas ni hojas…
El tronco de este árbol se iba haciendo robusto, ¡daba gusto verlo crecer! Lo veía crecer diariamente. Cuando levantaba la persiana, ahí estaba, haciéndose querer, siempre un poco más alto que ayer (pensaba). Cada día una rama nueva. Rama a rama fue creciendo. Sin descanso. Sin desmayo. Haciéndose fuerte. De cada rama le salían pequeñas protuberancias. Unas fuertes y grandes, otras, más débiles y con menos frescura, pero todas iban formando un conjunto agradable. El árbol crecía.
De aquellas protuberancias iban naciendo pequeñas hojitas. Algunas llegaban a crecer, a tener vida, pero otras, apenas comenzaban a asomar, le arrebataban la suya. El tronco no permitía que ciertas hojitas vieran la luz y erróneamente eran podadas; a este tronco lo que más le importaba era la cantidad y si era con hojas grandes mejor aún. Muchas veces me acerqué hacia este árbol y me encaramé a su tronco con la intención de proteger aquellas hojas más pequeñas para que tuvieran vida. Para el tronco, aquellas pequeñas hojas no merecían vivir. La ignorancia del tronco le hizo perder el árbol. A pesar de todo, ramas y hojas iban haciendo que cada día el árbol fuera mayor.
Al principio, saltaba de una rama a otra como si caminase a oscuras en mi propia casa.
Las ramas permanecían y, las hojas que se mantenían en pie, tanto las grandes como las más pequeñas que habían conseguido subsistir, iban, poco a poco, y sin darse cuenta, dañando el tronco. Me daba cuenta del cambio que se estaba produciendo. El tronco se iba haciendo viejo y debía soportar más peso del que podía. La savia no llegaba con suficiencia. Crecía, pero no con la misma vitalidad. El árbol permanecía hermoso, en su volumen, pero vacío en su interior. Después, mi paso de rama en rema, lo hacia con los cinco sentidos. Las ramas bajo mis pies comenzaban a crujir. Varias veces caí al suelo y, otras tantas me levanté. Y volví a trepar. Y volví a caer…
El árbol perdía vida inexorablemente. Todo en este árbol iba muriendo.
Una mañana y, a escasos metros del primero, pude contemplar un segundo árbol. Los dos bebían de la misma fuente. Los dos tenían el mismo abono. Iba naciendo un pequeño bosque ante mis ojos. El segundo árbol creció como el primero. Los dos recibían el mismo estímulo del sol. Ninguno quería hacer sombra al otro. Tampoco lo buscaban.
El segundo árbol no paró de crecer. Lo hizo a lo ancho y a lo alto. Daba gusto verlo. Veía sus tiernas ramas y sus pequeñas protuberancias nacer. Todo era vida. No importaba que sus nacientes hojitas fueran de diferentes tamaños. Unas, como en el primer árbol eran grandes, otras, más pequeñas, pero la savia llegaba a todas por igual. Cada una recibía la cantidad proporcional. No había distinción entre unas y otras, el tamaño no importaba. Daban vida al tronco y este crecía fuerte.
Todos los días trepo a lomos de su tronco de la misma manera que lo hacia con el primero. Este árbol sigue vivo. Muy vivo. Recorro sus ramas una y otra vez, sin miedo a caer. A mi paso descubro nuevas hojas. Tanto las nuevas como las más antiguas, tienen la misma vitalidad. No dudo al saltar de una a otra rama. Sigo trepando hacia las más altas y, sus hojas siguen cada vez más fuertes. Unas, más grandes, otras, más pequeñas. Ramas y hojas transparentes. Transmiten paz y sosiego, claridad y sabiduría. Todo en este árbol es vida. He sentido deseos de convertirme en hojas de este árbol, pero tengo miedo. No quiero perturbar la paz que se respira. ¡Tienen vida! ¡Mucha vida!
De aquel árbol viejo vi volar una hojita y se posó en una rama del nuevo árbol. Aquella hojita tenía vida y pasó a formar parte de este. Una. Sólo una voló. Y engendró. Era el último hilo de vida que le quedaba al primero.
El primer árbol nació libre. Creció con tropiezos y acabó seco. Tuvo una vida corta.
Ahora veo una imagen diferente. Un árbol, seco, el otro, verde y altanero. La podredumbre del primero, aumenta proporcionalmente la vitalidad del segundo.
¡Qué suerte la mía! Los sigo viendo, pero no desde la misma ventana; un pequeño cambio. Uno lo veo, desde mi balcón, el otro, desde mi terraza.
¿Quién despierta al despertador? Cada mañana la misma pregunta. Cada mañana, la misma duda…
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El pie de las fotos está cambiado. El castaño 2, fue el primer árbol, es el que se encuentra en peores condiciones. Solo le queda el tronco. Lo veo "desde mi balcón". Aunque tiene otras miras más "altas".
Que bien te lo pasas Merigar. Deja de mirar tanto al Duero y pon los pies en la tierra que ni tu eres tan importante ni a nadie le importan estos líos que te montas tu solito. Compadezco a Antonio como empieces con él ahora, aunque supongo que pasará de ti olímpicamente.
Dedícate al Ibertren que seguro que te trae mejores recuerdos.
Altair, ni lo paso bien, ni mal. Las cosas suceden. La imnportancia que tenga es la que tú me quieras conceder. No voy pavoneándome por ahí de lo que soy. ¿Quiém habla de importancia? ¿Dónde ves lios?
Hace un mes que tú árbol se secó. Pero aún así, sigues (siempre que puedes, o mejor dicho, utilizando tus palabras, cuando te da la gana)haciendo referencia para demostrar que sigues aquí. Demuestras no estar muy seguro de lo que hiciste; y de vez en cuando nos hablas de tú árbol. Lo hecho, hecho está. Tu insistencia me llevó a escribir "Los árboles".
Hace un mes, creías que la caída del árbol fuera motivo (y lo esperabas)para que "tus enemigos" tuvieran "chance" para ponerte en órbita. Eso si es creerse importante. "Los enemigos" han mantenido las armas guardadas. Nadie te ha nombrado. Total indiferencia hacia tí y eso, "te duele".
He querido demostrar lo que son dos "árboles" diferentes.
El respeto hacia el segundo árbol, es total. Merece mi respeto a pesar de no conocer al titular. No es un motivo vinculante. Las personas demostramos lo que somos, y este árbol está vivo.
Tu árbol tomó unos derroteros equivocados. Fue un árbol partidista. Un árbol donde diste cobijo a personas que lo dañaban. Fuiste advertido. Pero como haces lo que te da la gana...creyendo que es lo mejor...¿Para quién?
Vayamos por partes que has escrito más de lo habitual y eso puede ser malo para la salud.
Lo primero, y esto compartido con uno que me llama "fulano" en otro comentario. El cierre de mi blog fue voluntario, así como el dejar de escribir en Bejarnoticias. En bejar.biz escribo si me apetece y cuando me apetece. He dicho que no contesto a anónimos y eso estoy haciendo. Merigar para mi no es un anónimo, se esconde detrás de un nick pero para mi está sobradamente identificado.
Sí Merigar, sigo aquí y seguiré. Pero da la casualidad de que leo muy poco de lo que se dice en estos comentarios e incluso algunos artículos. El encontrarme con tu "historia" fue gracias a un amigo que, textualmente, me decía "la tiene cogida contigo" y me pasaba el enlace. En principio pasé de todo pero cuando escribiste el comentario remachador sobre los árboles me dije que algo debía decir, aunque estoy seguro que la mayoría de los lectores pensará que lo que debería hacer sería callarme.
Veo que no tienes ni idea de las razones de mi silencio, ni te aproximas. Solo se las he contado, con todo detalle, a cinco personas. Son las únicas que saben el por qué con total conocimiento de causa. Yo de "mis enemigos" en estos espacios paso totalmente y no quería ni que me pusieran en órbita ni que tiraran cohetes (que alguno los ha tirado -de forma figurada-). He recibido muchas "condolencias" de amigos y más de un "haces bien". Incluso hay quien me insiste en que al menos no abandone los artículos de Bejarnoticias cosa que no voy a hacer aunque van a ser mucho menos habituales y más selectivos a menos que me den motivos, me los están dando, para escribir más de lo que yo quisiera.
La indiferencia de "los enemigos" no me duele para nada y me ha parecido hasta normal, los suspiros de alivio no se suelen expresar por escrito.
Mi árbol tomó los derroteros acertadísimos, esto es, los derroteros que yo he tomado y de los que, una vez más, no tienes ni idea. Tienes razón que fue un árbol partidista, de mi "partido", o sea del Partido de Altair, no del partido político en el que milito. Jamás mi blog estuvo al su servicio. No di cobijo a nadie y hubo muchos más comentarios críticos hacia mi que favorables. ¿Fuí advertido?¿Por quién?¿Qué se me advirtió? Aparte de las "condolencias" y los "haces bien" no he recibido nada más. Incluso he tenido silencios muy "ruidosos" donde debería haber habido algo que decir por parte de algunos. Pero en realidad no me ha importado, sabía, insisto, que eran suspiros de alivio de todos los colores.
Y efectivamente, hago lo que me da la gana donde puedo hacerlo. En este caso con mis blogs.
No sabía que tenemos un Tarzán saltando de rama en rama, o ¿Será sólo que se va por las ramas? Hay que tener cuidado con el onanismo intelectual: No sólo deja ciego, también seca el cerebro.
¿Qué vamos a tener a Tarzán saltando de rama en rama? ¡Si acaso la mona Chita!
Querido Altair, los motivos del cierre de tu árbol me la traen al pairo. Que buenos son los amigos ¿verdad? siempre se encuentra a uno en cualquier lugar.
No estoy cuestionando los motivos de la caída de tu árbol; posiblemente te hayan dado caña, incluso más de la que pensabas.
Advertido, si lo fuíste. Copio a continuación un comentario que hice en tu árbol (no recuerdo si fue publicado):
Procuro no hacer públicos ciertos comentarios sino más bien en privado y a la persona indicada.
Lamento que la libertad de expresión se haya covertido en una cosa tan amplia.
El blog hay que mantenerlo como algo personal y, dado que se nos permite hacer comentarios, estos no deben salir del entorno "autor- comentarista" quiero decir que los comentarios vertidos en esta entrada están hechos de una manera maliciosa. Esta entrada se ha convertido en un ataque personal hacia una tercera persona. A mi con menos motivos no me ha publicado ciertos comentarios pero los de hoy sobrepasan los límites.
Ha convertido su blog en un amparo para que puedan campar a sus anchas ciertas personas muy afines.
Me ha demostrado muy poco pudor.
Es más para que la gente se entere de cierto contenido y, no pase desapercibido un comentario ha sido colocado en bejar.biz, un lugar del que no debió salir.
Si se quiere hacer alusión a una persona están los foros. Con esto Ud, mismo se ha desprestigiado. Ud. mismo ha sacado de lugar el tema para trasladarlo a su huerto.
Esto es lo que diferencia a un árbol de otro.
¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh!!! O sea que la advertencia era tuya. Como creas que tus advertencias tienen algo que ver con la desaparición del "balcón"... Y por cierto, yo no saqué nada de los "foros" (¿esto es un foro? ahora me entero pero para que te lo voy a explicar). Ese señor para asegurarse de que su réplica a la entrada en mi blog saliera (pensó que se la iba a censurar) lo puso aquí y yo, en justa correspondencia, hice lo mismo dirigiéndola a mi blog. Pero bueno, te va a dar igual porque siempre tienes que tener razón...
Por cierto Merigar ¿tú quién crees que se desprestigia día a día más?
Hala, para ti la perra gorda porque va a dar igual lo que diga, tendrás que tener razón sí o sí. Debatir contigo es un diálogo de sordos.
Tanto ALtair como Merigar deberían tener correspondencia privada, la verdad es que aburre un poco leer tanto de lo mismo; descalificación, respuesta y vuelta a empezar.
Bueno, pues alguien tendrá que hablar de otra cosa.
Merigar, tengo una clara opinión sobre tus ideas políticas, pero no es el momento ni de darte coba ni de darte caña. He estado reflexionando y he leido tu escrito dos veces, a ver si la primera lo había leido deprisa y mal. Pero no, lo había leido perfectamente.
Siento decirte que si quieres seguir contando historias, debes aprender a escribir. No se trata de juntar palabras, algunas sin sentido, repitiendo, desde la irreflexión más absoluta... escribir, Merigar, es transmitir pensamientos e inquietudes, pero desde la belleza de las palabras, desde la coherencia. No todas las palabras nacen para ir unidas, algunas deben despegar por si mismas y otras hay que buscarles acomodo para situarlas y que no estorben al texto. No sé si me explico. Cualquier persona puede escribir, por supuesto, pero no cualquier persona puede llegar a transcribir sentimientos y que éstos sean recogidos y sentidos por otros, ¿me entiendes ahora?. No sé a que te dedicas en la vida, pero desde luego no eres escritor. Aprende o déjalo
Querido invitado y protector de los desventurados, seré muy breve. No todos estamos capacitados para hacer ciertas cosas, como por ejemplo, escribir y además hacerlo bien. Quizás tenga otros dones que Dios me ha concedido.
Darle cancha a Merigar es como entrar en un mundo surrealista.
De hecho, desde que este señor empezó a frecuentar bejar.biz este diario ha ido en picado. Ya no se producen los frecuente comentarios que había antes; la discusión era más rica y variada.
Según tengo entendido, esto mismo ha ocurrido con otros medio virtuales donde ha entrado este señor
¿saben ustedes si existe el "gafe virtual"? Quizás estemos ante uno.
Yo por si acaso, (¡¡lagarto, lagarto!!), no leo sus comentarios.
Que no soy supersticioso, porque da mala suerte.
Entonces, invitado, si no lees mis comentarios tampoco podrás forjarte una opinión.
A veces me dejo llevar por el pronto y no doy tiempo a que se calmen los ánimos. A este invitado le contesté bajo esta influencia. Leído con más calma su escrito llego a comprender que es mi fiel seguidor.
Dice mi querido lector que desde que frecuento bejar.biz,este diario ha ido en picado. Lamento profundamente si a los hermanos Velasco les he producido alguna pérdida con mi participación. De haber sido un miembro negativo, no dudo, que huvieran tomado alguna determinación.
Dice mi querido lector que me he "cargado" los medios virtuales.
Dice me querido lector que antes la discusión era más rica y variada.
Le digo a mi querido lector que todos los medios virtuales siguen a nuestra disposición. Ninguno ha tenido que cerrar su ventana.
Aburre a las ovejas. Este hombre cree que todos somos participes del mundo paralelo, onírico o "en clave" que se ha montado en su obsesionado cerebro. Por eso después de leer tu largo y soporífero relato de palabras vanas, porque el sentido de tan extenso escrito era ininteligible para la mayoría (Merigar para que haya comunicación el receptor debe entender algo de lo que el emisor escribe), te recomiendo que no aburras con tanta "majaderia" insulsa, plana, extenuante, sin ritmo, sin gracia.
Como ya ha dicho otro comentarista, dedicata a otra cosa, la papiroflexia, el onanismo tántrico o la cria del cerdo. Tus aportaciones son totalmente prescindibles. Gracias por el intento.
Si, Metrófanes, aburro a las ovejas. Y vosotros como corderitos seguís al pastor.
Quieres decir mi querido Metrófanes, que la mayoría de los que participamos en estos foros o noticiarios, somos tontos. Que sólo una minoria minoritaria, tiene el don de saber escribir o entender. Ahí tengo que darte la razón, pero lo mismo que te diriges hacia mí lo podrías hacer extensible a la mayoría casi absoluta. Una vez, alguien me dijo te tenía que saber leer entre líneas. Siento no ser tan inteligente.
Soy el Invitado del Mar, 04/12/2007 - 02:31 . Me parece bien y desde luego cabe dentro de lo normal que te adornen otras gracias, que yo ni quito ni pongo. Ya que reconoces tu poca capacidad para manejar el lápiz, la pluma y el tintero, dibuja, pinta, o haz macramé, pero, por favor, más artículos ¡no!. Gracias.
Firmado. El protector de los desventurados (como tú me llamas)
Por lo menos, invitado anterior, ya que no tengo las gracias de saber escribir adecuadamente, si mantengo tu interés. Me sigues.
Ya está bien de censores frustrados! El señor Merigar está en su derecho de decir lo que crea conveniente, aunque a estos nuevos progres que se la cogen con papel de fumar ( Altair, Metrófanes,Etc.) no les parezca políticamente correcto el estilo literario que utiliza. Se ve claramente que la sencillez y la humildad son valores ausentes en sus doctas vidas.Pero es un mal endémico en nuestra querida Béjar.Mejor nos iría a todos si no fuéramos tan engreidos y aprendieramos a escuhar todas las voces incluidas aquellas de quienes no son precisamente nuestros aduladores.Si publicais esto , ya tienen entretenimiento aquellos que desde la terraza, el balcón o la azotea, se lo pasan fetén corrigiendo errores gramaticales y censurándo al prójimo.
¿Qué Merigar escribe mal? ¿Y quiénes son los que escriben bien? ¿Desiderio, Altair, Chiky? Contadles las faltas de ortografía y expresión. O a vuestra admirada Gel Borrajo que también las mete y no pocas. Pero claro, vosotros dais la patente de quien escribe bién y quién no. Si hasta se llegó a decir aquí (a lo mejor hasta por el mismo invitado insomne de las dos de la manñana) que un profesor de lengua escribía mal y con faltas, este contestó que le dijeran dónde sin que se le aportase demostración de ninguna clase pero ¡qué más da! Los nuestros son los dueños de la verdad absoluta, los que escriben bién, los que saben lo que dicen y a los otros ¡ni agua! Miren invitados progres que dan patentes de buen o mal escritor: Antonio G. Turrión escribe muy bien y Marina Hernández también pero al resto de los suyos examinenlos con cierto detenimiento e imparcialidad y me lo cuentan. Y Merigar escribe bastante bien; otra cosa es que estemos de acuerdo o no con lo que dice.
En mi crítica no menciono si comete o no faltas de ortografía, porque yo suelo cometer unas cuantas, es más, quizás Merigar escriba en un castellano correctisismo. Pero la calidad de un escrito no reside solo en la corrección gramatical, sintáctica y ortográfica.
Hablo de que a mi particularmente me aburre, un escrito excesivamente largo para lo que he supuesto que quiere contarnos, lleno de referencias que el solo entiende. Yo ni estoy ni dejo de estar de acuerdo con lo que dice porque una vez hecho el tremendo esfuerzo de leerlo, me quedo como estoy, bueno peor ya que tengo la sensación de haber perdido soberanamente el tiempo. Y todo para decir que un señor cierra un blog y abre otro. Leí este articulo porque en el pie de la foto ponia Castaño 2 y ya habia leido en Bejar.biz uno sobre el Castaño de indias. No me di cuenta de que estaba firmado por Merigar, hasta que a mitad del texto me invadió un profundo hastío.
Que siga escribiendo, al igual que la tele se puede apagar, los textos se pueden saltar.
Metrófanes, quiero que superes el temor a una nueva lectura de "Los árboles". Para no aburrirte, seré breve. Léelo con los ojos del entendimiento. No con los ojos que están tapados por el desprecio.
Has entendido de la misa la media. Estás en pañales.
No pensaba volver a escribir comentarios en tan aburrido tema, pero como comienzas nombrándome, me parecía una descortesía no atenderte.
Mira Merigar te minusvaloras al decir que yo estoy en pañales, quizás no sea eso. Quizás la dificultad esté en que tu seas un nuevo "Joyce" y sin saberlo escribas sólo para una exclusiva elite.
Como el pañal no me hace falta te invito a que te lo pongas de sombrero, ya que no todas las diarreas son intestinales.
Un afectuoso saludo.
Corto y cierro.
Metrófanes, continúas sin saber entender lo que escribo. Te lo diré más claro. Estás en pañales en cuanto al contenido de "Los árboles". En este tema, tan aburrido, no hablo sobre los blogs de Altair, (que es lo que entiendes). Comparo el blog de Altair (desde mi balcón),con el de Antonio Gutiérrez (desde mi terraza). ¿Te ha quedado claro?
El primer árbol estaba corrompido. El segundo, es todo vida. ¿Lo entiendes mejor así?
Me parece , merigar, que el que no tienes ni idea eres tú. Es díficil saber lo que escribes, cuando lo haces de forma embarrada y con tan poca gracia. No sabes escribir y encima cuando te atreves, con osadía manifiesta, a hacerlo vuelves a utilizar a Altair para ello. ¿Qué te pasa?, hombre, tienes que liberarte, lo tuyo por este chico ¿es amor o enfermedad?, déjale en paz y olvidale, no ves que a él le importas medio bledo. Claro que entonces te quedarías sin inspiración. Pues vete al campo y mira de verdad los árboles y escribe sobre ellos, a ver si aprendes algo.
Metrófanes, estás contestado. Aparecerá como invitado. No estaba conectado.
Metrófanes, lo que te cuesta aceptar que no entendiste el fondo del tema. Ahora te refugias en el invitado (01.51)para contestar. Dedícate a regar tu propio "árbol". No lo descuídes.
Tu aparición por el tema no es en defensa del autor del primer "árbol". Lo utilizas para contestar lo que no fuiste capaz de hacer en otro lugar de este periódico. Tu identidad, la conozco.
Vienes dando caña desde hace unos días. Por respeto a los dirigentes de la web y, sobre todo, por los lectores, no he contestado a los improperios. No continúes por ese camino. No seas un ser vil, servil.
"Me entendiste" "no me entendiste" "no seas un ser vil" " Dedicate a lo tuyo" "bla,bla,bla"
Todo esto, más parece un dialogo de besugos, que un
medio para debatir y exponer ideas. Dejen el ego, y practiquen un poco la convivencia. Fredi
¡Claro que Metrófanes se refugia en el invitado (01:51) para contestar! No hay más que hacer un seguimiento de los escritos en este artículo y en otros de bejar biz. para ver quién anda a esas horas tan intempestivas escribiendo. ¡Cuanto mejor estaría en la cama! A esa hora el cerebro no puede alumbrar más que "ocurrencias como las que nos obsequia Metrófanes (antes Mister T, antes Altair, ahora quizá también Mitrandir)
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