Óscar González Hoya

​El pasado día 21 del mes de julio el diario La Gaceta de Salamanca publicaba la noticia en primera plana de que el tramo de la Autovía A-66 comprendido entre las localidades de Guijuelo y Sorihuela no sería reparado finalmente hasta principios del año próximo.
​Al leerlo llegas a pensar que se trata de una broma de mal gusto, pero por desgracia el retraso en su reparación es una mala noticia que nos afecta a todos. Y, la verdad, era algo esperado porque no se veía ningún tipo de movimiento en ese sentido a pesar de que la partida ya hubiese sido aprobada.
​Como usuario que soy de esta autovía quiero mostrar mi entera desaprobación ante esta decisión gubernamental que abandona las necesidades de los ciudadanos. Y creo que tengo conocimiento de causa por conocer al dedillo el mal estado en la que se encuentra.
​Los bejaranos que usamos este tramo para ir trabajar hemos pasado un año dantesco debido al duro invierno sufrido, pues su deterioro ha ido en aumento por la acción erosiva de la lluvia, la nieve y el hielo. Con la llegada del buen tiempo la conducción se hace más llevadera a pesar de los múltiples baches y agujeros existentes pero con condiciones climatológicas adversas la carretera aumenta en peligrosidad. Nos hallamos ante un grave problema de seguridad vial porque cuando llueve la carretera no drena y se forman balsas de agua.

Además en estas circunstancias el asfalto en mal estado se levanta formándose grandes agujeros. La mala visibilidad en estas condiciones obliga al conductor a aumentar su atención a la vez que esquiva chinas, agujeros, parchazos mal asentados y socavones. Todo esto conduce a una peligrosidad añadida que puede provocar más accidentes.
​La historia de este tramo es conocida: se inauguró con prisas para que los políticos de turno se hiciesen la foto y las posteriores intervenciones han consistido en parchazos que no han solventado el asunto. La solución está en levantarla y llevar a cabo una reforma integral de la vía.
​Las medidas impulsadas por el Ministerio están resultando ineficaces. Se han puesto señales para limitar la velocidad a 80 km/h junto a paneles informativos al inicio del tramo indicando la obligatoriedad de reducir la marcha e indicadores de que el firme se encuentra en mal estado. Aun con todo, la mayoría de los conductores, sobre todo los que desconocen tales problemas, no lo respetan continuando con su marcha habitual para estas vías de 120 mientras que los precavidos y los conscientes de su peligrosidad vamos a la velocidad indicada. Además la mayor parte de los vehículos van por el carril izquierdo, utilizado, como sabemos, sólo y exclusivamente para adelantar, pero que ahora es la válvula de escape para huir de traqueteos y conducir con un mínimo de seguridad. Dentro de poco, me temo, ambos carriles acabarán como un campo de minas. Los pegotes de alquitrán para tapar agujeros colocados por el equipo de Conservación no aumentan la seguridad porque se levantan en cuanto llueve saltando la gravilla y provocando una mayor inseguridad.
​Si el próximo invierno es igual de duro que el anterior el deterioro ira en aumento. Ante esto Fomento, ¿nos obligará a limitar la velocidad a 60 km/h o quizás a 40 km/h? ¿decidirá desviarnos por la vía de servicio (antigua Nacional 630) estando obligados a pasar por Guijuelo y por sus múltiples rotondas?. Si esta última medida se implantara, gastaríamos más combustible e invertiríamos más tiempo en llegar a nuestro centro de trabajo. Soluciones del siglo XIX empleadas para el siglo XXI… No voy a entrar en responsabilidades políticas porque la culpa es de todos: el PSOE la abrió a destiempo, el PP no arregló el desaguisado y nuevamente el PSOE decide retrasar la reforma al año que viene porque no lo considerara prioritario.
​Sería interesante que los técnicos de Fomento junto al equipo ministerial leyesen el reportaje publicado por La Gaceta sobre el estado de la vía que hemos comentado. Además les invito a venir en un día de lluvia con sus coches oficiales y comprobasen in situ las penalidades y vicisitudes que sufrimos los habituales usuarios de la vía. De esta forma valorarían si es o no prioritaria la obra. Les recuerdo a las autoridades ministeriales que el uso diario de esta carretera, para muchos, se debe a fines profesionales y no lúdicos. Y que además no tenemos otra alternativa de transporte porque en el año 1985 el PSOE clausuró la vía férrea Palazuelo-Astorga y el PP no ha movido un dedo para recuperarla.
​Espero que el ministerio recapacite su decisión y entienda que esta petición no se basa en un capricho sino en una necesidad que implica la seguridad de muchas personas. Si persisten en su decisión al menos que parcheen los tramos en peores condiciones. Por su parte los Ayuntamientos de Guijuelo y Bejar deberían moverse para que el arreglo de la A- 66 fuera una realidad inmediata como visitas al Ministerio con el o a los representantes provinciales.
​Mientras tanto llego a la conclusión de que esta zona siempre ha sido marginada en lo que respecta a las vías de comunicación: el tren desapareció en 1985, la autovía llegó tarde y ahora nos encontramos en esta situación. Me gustaría recordarle al nuevo gobierno que estamos ante un asunto muy serio porque implica la seguridad de muchas personas. Pongámosle solución cuanto antes.