Plaza MayorEl Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes el Plan de Turismo Español Horizonte 2020, se trata de un Plan Marco cuya ejecución pondrá en juego la colaboración de todas las administraciones.

Hay que recordar que el sector turístico español representa el 11% del PIB, emplea a 2'5 millones de personas y aporta 40.710 millones de euros a la balanza de pagos. España, con un 7% del turismo mundial en 2005, se sitúa en el segundo país receptor de turistas, sólo superado por Francia, además la llegada de Turistas supuso que se dejaran en gastos 46.000 millones de euros, situándose también como el segundo país que más ingresos genera por concepto de turismo, por detrás de los Estados Unidos.

Ante estas cifras no cabe duda del protagonismo del turismo en la economía española; no en vano, los directivos españoles (60%) lo sitúan como la actividad con más futuro.

Este protagonismo español puede verse amenazado por varias circunstancias, entre la que destaca la fuerte competencia internacional. De ahí surge este Plan cuyo objetivo primordial es establecer la estrategia a seguir por este sector.

El Plan se desarrollará en tres fases, la primera de ellas es la elaboración de un documento base que "fotografíe" el sector, la segunda es una fase de participación y la tercera será la determinación de la estrategia para 2020.

Para la elaboración del documento base se ha contado con 25.000 encuestas a turistas internacionales y la participación de más de 35.000 personas del sector. La segunda fase será protagonizada por diferentes agentes sociales, entre los que se encuentran representantes sindicales, de las cámaras de comercio, directivos empresariales o catedráticos.

Dos son los conceptos que dimanan de la lectura del documento base y que se constituyen en principios informadores de lo que deberá ser toda la actividad que se desarrolle a posteriori, éstos son: sostenibilidad y competitividad.

La dependencia del turismo de los recursos naturales y, por ende, de la sostenibilidad medioambiental, reviste una importancia máxima, ya que, como refleja el informe, hay recursos naturales que afectan indisolublemente al otro concepto que entra en juego: la competitividad.

La escasez de agua, agravada en determinadas zonas, origina problemas de abastecimiento y una disminución de la calidad de los servicios. El otro gran factor es el suelo, el crecimiento inmobiliario desmesurado de algunas zonas y la ya de por sí elevada presión demográfica ponen en riesgo algunos destinos turísticos, debido entre otras cosas, al incremento de la contaminación, al consumo desbordado de energía y a la difícil gestión de residuos sólidos o contaminantes, desembocando todo ello en un descenso en la calidad del servicio y una mala percepción y satisfacción del cliente por el destino elegido.

El otro gran concepto es la competitividad. La gran competencia del mercado internacional, junto con la saturación del turismo de sol y playa (aunque sigue siendo el más importante), el aumento de la distribución de los días vacacionales entre la población mundial y nacional y otras variantes, hacen que este sector tenga que plantearse ser competitivo en el panorama internacional y no perder ese protagonismo que actualmente se le otorga.

Calidad en los servicios, formación del personal, potenciación del patrimonio cultural, diversificación, explotación y consolidación de otros segmentos de mercado diferentes a los de sol y playa, son algunos de los conceptos claves que se manejan como elementos irrenunciables, si España quiere aprovecharse del aumento de demanda turística que se prevé en un futuro, a corto o medio plazo.

Resumiendo, los objetivos de este programa son la colaboración, el consenso y la participación que permitan modelar el sector turístico español como un sector competitivo y sostenible.

¿Y en Béjar?; de momento tenemos un totum revolutum, una ciudad desorientada, donde el poder político y el económico campan a sus anchas, precisamente por esta ausencia de planificación. Algunos interlocutores asumen, sin más, los planteamientos de estos poderes, haciendo una excelente loa a la demagogia sustentada por la miserable utilización de un pueblo que necesita pan y progreso. El perjudicado de esta situación es, evidentemente, un pueblo empobrecido y abocado a buscarse horizontes en tierras donde sí se planifica.

Ahí tienen el matadero, construido sin ninguna planificación, ni estudio de cómo podrá afectar en el futuro al sector turístico, tampoco se sabe como afectará al futuro desarrollo del Polígono Industrial. Ahí tienen la única línea regular de transporte que nos une con una ciudad como Salamanca (que es patrimonio de la humanidad y de la que podríamos aprovechar algunas de sus infraestructuras), dejada a la defensa de la iniciativa popular, sin el respaldo de los representantes políticos del pueblo, con el gobierno nadando otra vez más, entre cinco, veinte o mil aguas, y la oposición, otra vez más también, haciendo mutis por el foro y así tantos y tantos ejemplos.

Me preocupa también la frivolidad y la ausencia de respaldo documental con las que algunos agentes sociales realizan manifestaciones públicas, sumiendo al pueblo en debates absurdos y excluyentes. Me preocupan también algunas promesas electorales imposibles de cumplir, que se hacen con la intención de manipular, silenciar y hartar a la opinión pública, suministrando solamente chicha para sus incondicionales, y me preocupa también el silencio sepulcral de otros agentes sociales que parecen enterrados en sus garitas públicas o semipúblicas.
Por todo ello, desde esta Tribuna reclamo un mínimo de sensatez intelectual y política a los agentes con responsabilidad en el desarrollo de esta tierra.

Como bien dice Antolín Velasco, Béjar se encuentra sumida en una encrucijada en la que ya lleva ya enredada varias décadas. Una encrucijada que está bloqueando el desarrollo de esta tierra y que sólo se resolverá con una planificación seria, que defina las estrategias para un horizonte a medio y largo plazo. La planificación debería ir acompañada de una radiografía del estado actual de las diferentes alternativas, que sirva como reflexión previa y definición de una estrategia debatida, consensuada y participada por todos los agentes implicados. Creo que, a pesar de las dificultades y el desgaste que puede ocasionar, el modelo que se ha desarrollado desde el Estado es trasladable a Béjar.

Si no, pregúntense: ¿Cuál puede ser el horizonte 2020 En Béjar?, en mi opinión y en el mejor de los casos, seguir bloqueados debido a las posturas interesadas y excluyentes, en el peor, Béjar se planteará en el 2020 lo que el resto de este país ya asume ahora como premisas básicas de su desarrollo; otra vez más, Béjar miraría a su alrededor más inmediato y diría aquello de: "es que aquí nadie hace nada".

Termino dando dos pinceladas literales que se contienen en el estudio base y que pueden ayudar a definir alguna postura: "el 72% de las estaciones de esquí tienen un periodo de explotación de 125 días, combinando el esquí con la montaña". "La restauración es el sector que más empleo aporta con cerca del 40% del total del turismo". ¿Qué sería de Béjar y su comarca, si se cerraran las posturas en torno a la estación de esquí atendiendo al atractivo que pueden tener la denominación de Reserva de la Biosfera y el incuestionable patrimonio natural para el turismo de montaña?, ¿qué sería, también, si se potenciaran los servicios de calidad tendiendo a crear una marca concreta del sector de restauración?.