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En la higuera
HigueraEs bueno retirarse apaciblemente entre las ramas, divisar la vida a vista de pájaro...
Es dulzón el olor del fruto MIENTRAS TE DISPERSAS en la fronda...
Hubiera deseado, que “mi” higuera hundiera sus raíces firmemente en el suelo frondoso de la Ínsula Barataria, pero muy a mi pesar lejos del atinado juicio de Sancho, me debato colgada de un estado anímico al que me retiro esporádicamente...,
De vez en cuando, en el justo momento en que los acontecimientos como reminiscencias ancestrales me hacen parar, pensar y sopesar para después actuar en función de la reflexión tan costosamente alcanzada.
De natural tengo ausencias, estoy frecuentemente “en la higuera” desde infancia a juzgar por el juicio manifiesto de mis mayores...
Cierto.
¿¿Y??,
pero es que además le tengo mucha querencia a la higuera, le he cogido un gustillo especial a distraerme frutalmente, mientras los higos se caen maduros a mi alrededor, ese fruto fuera de uso, con notable sentido peyorativo, en según que circunstancia, lo considero minuciosamente compartido y mínimo, poblado de innumerables mundos interiores, y es con mucho un fruto superior porque tiene la facultad de transformarse en pájaro... se hará alas...
Así vengo yo a la higuera, con la urgencia y el ansia de estar en el aire, con un furtivismo mágico que descubro en el batir de plumas... estas plumas en las que se está mudando mi piel y los zapatillos punterolos que culminan mis inferiores extremidades, plumas acercándose suavemente sobre mi piel cuando consigo el mimetismo total con el árbol... que sola y hermosamente feliz solo conmigo...
(algunos no lo entenderán, otros si, verdad Manuel, Juan francisco???).
Siento mis posaderas felizmente también, sobre el culo del mundo, y no necesito más que una horquilla de madera imaginaria para ser un mueble perfecto en el devenir de la historia. ; sin sentir dolor en las articulaciones, aunque (desde luego) me siguen colgando las piernas, en estas ocasiones elegidas, son las piernas del alma, las que languidecen por fuera de mí en una consciencia imposible de enmascarar.
Sé que me faltan elementos de juicio, y que es posible que me sobre el más común de los sentidos, el “sentido común” que cada vez es más escaso...
pero es en esa urgencia de alas en reposo y en la higuera, cuando me planteo el decir desde dentro, argumentos que sigan haciendo madurar mi tierra de natural jugosa, olorosa, recogida y múltiple, frutalmente almibarada como un higo..., árbol hecho fruto que tras ser fagocitado se transforma en pájaro...
¡Quiero creer que aunque se equivoque una y mil veces el vecindario, al final le crecerán las alas!.
Es así como paso mis días, huida quietamente en mi escondite placentero, novelitas policíacas sobre mis faldones, pasta verde de libro para desenredar la trama:
“El rapto de las sabinas” (F. García Pavón) me devuelve a la Mancha, a insólitas circunstancias geográficas en que desarrolla la poesía, la descripción del paisaje y un estudio sociológico de psicologías, purezas y represiones ancestrales...
(Plinio, Braulio y Antonio metafóricos ellos, están en la higuera cuando estoy conmigo...)
“-Pero todavía la vida tiene sus alicientes. (dice Antonio)
-Tiene sus conformidades. ¿A que tu no piensas que puedes ser Goya y de chico sí lo pensabas?¿ O me equivoco?(Plinio el práctico)
- Hombre...
- Ni hombre, ni hombro. Ya te conformas con pintar una tableja que te salga bien.
- -Pero algunos días como hoy, tan luminoso, tan transparente, y tan sereno, con el sentimiento de la vendimia, da gusto vivir. (definitivamente, Antonio tiene vena pictórica)
- -Claro que da gusto vivir, pero no con el motor alocado de los años mozos. De mozo salía uno a la calle cada mañana creyéndose el Gran Capitán. Y ahora, qué leche, sales sabiéndote muy bien tu nombre, tus dos apellidos y que vas a volver con ganas de echarte la siesta.
- La vida es un engaño y mi tesis es, y aquí acabo, que se empieza uno a morir presto, pero que muy presto. (Braulio el filósofo)
- -Todo depende, Braulio, de la naturaleza sensible de cada cual. Hay viejos que son una hermosura. Y si no los pájaros...
- -Ya está éste con los pájaros!-exclamó Braulio
- -Los pájaros-siguió Antonio como iluminado-nunca sienten la pesadumbre de vivir.
- Coño, porque los pájaros son tontos. El hombre es un animal muy raro. Es un mono guapo y con chispa que tiene la desgracia de verse morir. Y los pájaros, NO.”
Para los que esperáis pacientemente mi regreso de la higuera”, dedico este cierre con cariño,emulando un salto ambicioso...
...si yo fuera capaz de colocar sabiamente las raíces bajo la Casa Grande, levantar alfombras y desinfectar rincones,
...aún sabiendo que el hombre es solo un animal raro, un mono guapo y con chispa, lo haría, asentaría las raíces, quizás así se mantendría la esperanza de sabernos salvos en las obras bien forjadas...
... pocas obras tan hermosamente vivas como la higuera, frutalmente repartida hasta lo más íntimo del higo... algún mono listo, debió concebir así la primera ciudad: “Frutalmente repartida”.
Posiblemente todo esto sean tonterías. Pero.....
Para escribir desde la higuera hay que estar en la higuera, apartado de la realidad del suelo, no se puede escribir de ella sin estar en ella... Para escribir “del gobierno” hay que estar en el gobierno y, no es mi caso.
( De todos es sabido, que continuo en “La Higuera”).
Gel Borrajo
(Octubre 22 de 2007
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Gracias Gel. Te echábamos de menos.
Tu en la higuera y yo apoyado en el tronco a punto de subirme. ¿Me subo?¿No me subo? Hay veces que pienso que sería mejor subirse. Ve y se entera uno de cada cosa, aparte de las que intuye, que a lo mejor acabo subiéndome al árbol.
Querido Gel, aunque te creas en la higuera y sentada en ella con tus reales posaderas... desengáñate... tú nunca estarás en la higuera ¡Qué más quisieran algun@s!.
Perdona QUERIDA GEL, (LO DE QUERIDO HA SIDO UNA TRAMPA DEL ORDENADOR)
Gel, si Altair cumple finalmente su amenaza y se sube lo más sensato por tu parte sería bajarte.
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