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La jodida foto de siempre
El domingo 10 de febrero aparecía en la portada de El País la foto del presidente y vicepresidente de la Comunidad de Madrid y del alcalde de Alcorcón, los tres solos sosteniendo unos planos y haciendo como que interpretaban algo sobre el sitio donde van a construir esa cosa que se llamará Eurovegas en la que se podrá, entre otras cosas, fumar, aunque esté prohibido para el resto de los establecimientos de España (!). “A ver, presidente, pónganse ahí con los planos”, le dirían desde la turba de periodistas convocados para dar la noticia. Van ellos, se adelantan, se colocan, hacen como si estuvieran los tres solos en medio del campo analizando concienzudamente todo y al cabo de un minuto y medio, aburridos de sostener los planos, el presidente levanta la cabeza y dice: “¿Ya?”. “Sí, ya, presidente” le contestarían (siempre hay que decir “presidente” para esto y “presidente” para lo otro). Entonces cogerían el coche oficial para ir al despacho hasta la hora de comer, en que habrían quedado con el señor Adelson en un buen restaurante. (¡Cuánta densidad cualitativa y cuantitativa –visto lo visto- habrá en esa comida mientras los ediles se ponen tibios de cosas ricas y Adelson degusta su sopita, ya que no parece estar para un cocido madrileño completo!).
Como en tantos otros casos, nos hemos acostumbrado a estas banalidades periodísticas de tal forma que con coña o sin ella nos parecen ya algo normal. No hay acto que no lleve su foto tópica, aunque se trate de una tontería. Las hay como esa de El País donde los políticos hacen como que miran un plano y otras menos creativas que dicen poco del político y menos del periodista que se presta a la poca creatividad. En estas se colocan alineados sin más mirando a la cámara todos los del acto, sonríen y ya está, eso es lo que sale después. Amable lector, piénselo fríamente: ¿no le parece esto una gilipollez? Una cosa es que queramos ver la foto documental que ha congelado el momento en que se producía la noticia descrita en el texto y otra bien distinta ver la simpleza de todos los actores del acto, como expuestos, de frente, para que se comprenda que estaban allí y que tienen que ver algo con el asunto del que se trata. He visto ese tipo de foto aburridas tantas veces que me producen vergüenza ajena. Siempre con un tipo de elementos invariables de frente a la cámara, por ejemplo con el alcalde (el de Béjar es un adicto, algo que debió contagiar también al anterior), repetido hasta la saciedad en una misma publicación pero en distinto escenario una y otra vez, una y otra semana, por ejemplo cuando se trata de la hoja de propaganda municipal, pero igual en los semanarios gratuitos e incluso de los periódicos provinciales. Da igual lo que hayan ido a hacer, visitando unas obras, inaugurando no sé qué, presentando no se cuál, con los que hacían una paella no sé dónde o con una asociación de amigas del macramé con la que le faltaba al alcalde la foto para estar más cerca del pueblo y sus actividades. La estructura de la foto es siempre la misma: de pie y sonrientes. No hay talento, ni creación ni nada aprovechable en la foto, solo es que hemos dado en llamar: “la foto”, que por lo visto no puede faltar nunca en todo lo que visita un político de provincias. Se supone que así se construye la fama y sus votos.
Estas cosas pasan por la poca imaginación del periodista para organizar las noticias o por su desinterés para con el lector-tipo al que va destinado su trabajo y, desde luego también, por la tolerancia infinita del lector que se traga lo que le dan o se traga lo que se traga porque no le dan otra cosa. Algo parecido a lo que sucede con esas porquerías de los programas donde, como en un gallinero loco, discuten sobre amores y desamores de los famosos, que van a terminar por reducirnos genéticamente la capacidad cerebral al solo utilizarse una parte de la materia gris.
Se ha convertido esto de “la foto” en una cosa tan rutinaria que no se hacen sin ella los políticos de medio pelo, que ahora nos parecen ser tantos y tantos, porque estamos analizando el mundo de la política con más interés (¡ya era hora, no!). Menos mal que estamos entrando en un proceso de revisión importante, consecuente de otro anterior donde hemos estado dormidos dejando hacer, y todo esto lo vamos a organizar de nuevo dándole la vuelta como nos sigan despidiendo del trabajo, reduciéndonos el sueldo, desahuciando por no poder pagar las hipotecas, dándonos una sanidad nada que ver con la que hubo y una enseñanza pobre por falta de medios, mientras unos cuantos listos, muchos de ellos metidos a la política, siguen viviendo en/de/a lo suyo, que es siempre con buen nivel, ajenos a la situación, aunque digan lo contrario, como es normal. Si despertáramos totalmente y nos diera en masa por interesarnos por lo común, se acabarían estas fotos, porque elegiríamos a los mejores, que son los que no se prestan a ese tipo paripés, pero tampoco se presentan a las elecciones para no naufragar entre tanto mediocre.
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Pues si señor, la jodida foto de siempre, Fabián, dices bien. Nos tienen aburridos de lo mismo. Ahi está siempre nuestro insigne Alejo. Gracias a esa foto ha vuelto al poder, porque parece que ese tipo de fotos y acciones son las que animan al pueblo a votarle sin medida. Y tienes razón, Cipri usó de ello, consciente supongo, de que por ahi se ganan votos. ¡Joder!, qué tendremos en la cabeza para que ese tipo de cosas sean las que lleven a votar a ciertos tipos. Aqui y en todas partes, porque vengo de Aragón y he visto lo mismito en varios periódicos locales tipo nuestra Gaceta semanal... ¡qué penita damos!
(Por cierto Fabián, bienvenido de nuevo a este medio, creíamos que ya algún mal rollo te había apartado de escribir).
Y el que se mueve no sale en la foto.
Solamente me voy a permitir hacer un corto comentario de lo que significa una foto de la clase política,y que está suficientemente descrito por Fabián,en su magnífico artículo.
Hace unos meses solamente,con motivo de la la inauguración de la fuente junto a las murallas,pudimos observar nada má y nada menos,que al alcalde y tres concejales posando para la posteridad,junto a la citada fuente que con unos cuántos guijarros,un poco de cemento,y un pequeño tubo de hierro,fueron suficiente para lograr hacer salir por el citado tubo,el líquido elemento.Yo creo que los "elementos",eran los cuatro personajes presentes en el documento gráfico,que no me extrañaría ver algún día debidamente enmarcado y colgado en las dependencias municipales,para honor y gloria de los "colgados"
Así es Fabián, plenamente de acuerdo contigo. No has dicho nada que no sepamos y que no nos abochorne a la mayoría. Simplemente lo has dicho con tu típica coña entre lineas con las que dices las cosas para hacerlo más digerible. Nos tratan como a idiotas. También es cierto que lo somos. Si cada vez que se ponen para la foto en esas poses que dices, el periodista les mandara a la porra, eso no sucedería. Son tal para cual en esto políticos y periodistas. Este país tiene que evolucionar. Los primeros nosotros, y cuando demandemos algo mejor, no les quedará más remedio a ellos que cambiar también porque de lo contrario se van a quedar en el paro.
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