Los alumnos del IES Francisco Giner de los Ríos, de Segovia, cuyo profesor de historia es José Muñoz Domínguez, bejarano y miembro del Grupo San Gil, han obtenido el Premio "Los Nueve Secretos", de la Fundación del Patrimonio de Castilla y León.

Hola. Soy Pepe Muñoz y, como veis, todavía existo. Quizás os haya llegado alguna información de la Fundación del Patrimonio de Castilla y León acerca de los premios “Los Nueve Secretos” de 2007, pero por si no fuera así , paso a informaros. En principio, no tiene nada que ver con Béjar, pues los tres primeros premios de este año han recaído en los trabajos presentados por institutos de Segovia, Toro y Soria. Me alegra poder decir que los primeros han sido mis alumnos del I.E.S. “Francisco Giner de los Ríos” y que el trabajo al que hemos dedicado buena parte de este curso ha versado sobre otro Bosque contemporáneo del de Béjar, aunque distinto en cuanto a tipología arquitectónica y situado en los montes de Valsaín.

El título del trabajo premiado es “Un Palacio Real en el olvido: la Casa del Bosque de Segovia (Valsaín, 1552-2007)” y en él se recoge la larga historia de este palacio en el campo (más que villa) iniciado como pabellón de caza por el rey Enrique IV a mediados del siglo XV y luego realizado de nueva planta por Luis y Gaspar de Vega para Felipe II (desde 1552). A diferencia de El Bosque de Béjar, esta Casa del Bosque de Segovia tuvo más influencia flamenca e inglesa que italiana (allí se introdujeron por primera vez en España los característicos tejados y chapiteles de pizarra al modo de Flandes y los jardines cercados por corredores del tipo privy garden, además de estanques de tipo holandés, como el de Béjar).

El palacio de Valsaín se considera una obra de juventud de Felipe II, mucho más personal y menos cortesana que El Escorial, pero hoy es un conjunto imponente de ruinas a la espera de estudio y consolidación que, sin embargo, conserva a su alrededor los espacios libres que tuvo desde su origen, dos amplias praderas con arbolado todavía llamadas “El Bosquecillo” y “El Parque del Rey”. Estas praderas, equivalentes a los Prados Alto y Bajo de El Bosque de Béjar, son lugares abiertos al paisaje que forman el Macizo de Peñalara, Siete Picos, La Camorca o el cercano Cerro Matabueyes y en ellas pastan caballos y vacas ante la mirada de los muchos excursionistas que se adentran por los senderos de la sierra. Como supongo que ya sabéis, esta Sierra de Guadarrama va a ser declarada Parque Nacional un día de estos, situación bien diferente a la del Parque Natural de Candelario, donde parece que ya sólo pastan los oportunistas del negocio rápido. Pero hay más diferencias: a ningún político se la ha ocurrido cambiar prados por ladrillo, cabañas por paradores o vacas por turistas.

El premio que hemos ganado consiste en una importante dotación en material informático para el Departamento de Plástica y un crucero por el Mediterráneo para el equipo de trabajo (diez alumnos y dos profesores). A ver si las calmadas aguas del Mare Nostrum me hacen olvidar por unos días las ideas insensatas de nuestros políticos, la avaricia de los gángsteres del ladrillo y el conformismo de mis paisanos.

José Muñoz Domínguez, desde Segovia.