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El suicidio de un jubilado por la crisis desata la ira en Grecia
El hombre, de 77 años y endeudado, se mató de un disparo ante el Parlamento
En una nota, acusaba al Gobierno de “aniquilar cualquier esperanza de supervivencia”
Elpais.com.- MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO
“Soy jubilado. No puedo vivir en estas condiciones. Me niego a buscar comida en la basura. Por eso he decidido poner fin a mi vida”, decía el mensaje que llevaba en un bolsillo. El hombre, de 77 años, un farmacéutico retirado al que se le comían las deudas, se pegó un tiro en la sien y murió a escasos metros del Parlamento poco antes de las nueve de la mañana de este miércoles, en plena hora punta en el kilómetro cero ateniense. Fue un suicidio público que ha desatado una ola de cólera, dolor y reconocimiento: un final por el que cada vez más ciudadanos optan en una Grecia asfixiada por los recortes.
La nota del suicida hace responsable al Gobierno de “aniquilar cualquier esperanza de supervivencia” con sus medidas de ajuste. Ítem más, en la misiva, cuyo contenido divulga la edición digital del diario To Vima, el pensionista escribe: "Creo que los jóvenes sin futuro algún dia cogerán las armas y en la plaza Sintagma [de Atenas, la misma donde terminó con su vida] colgarán a los que traicionaron a la nación, como hicieron los italianos con Mussolini en 1945". El equivalente del fascista italiano es, según el texto, el "Gobierno de ocupación" de Atenas, al que el pensionista añade el epíteto "Tsolakoglu", en referencia al primer ministro que colaboró con los nazis durante la invasión por estos del país en 1941.
El movimiento de los aganaktismeni (indignados), prácticamente desinflado desde el verano pasado, ha enarbolado el suicidio como nueva bandera, pero la convocatoria de una concentración ante el Parlamento –bajo el lema “no nos acostumbremos a estas muertes”-, terminó ya entrada la noche con enfrentamientos entre grupos de encapuchados y las fuerzas antidisturbios. La policía practicó una docena de detenciones.
Los políticos –sobre todo los que se oponen a los rescates y los planes de ajuste- no pudieron menos que aprovechar el impacto: “Cuando la gente empieza a suicidarse en Sintagma, es el final, la cohesión social ha estallado”, ha dicho Yorgos Karatzaferis, líder del ultra Laos (cuarta fuerza en el Parlamento). Antonis Samarás, previsible primer ministro tras las próximas elecciones, se declaró “devastado” por la noticia, mientras el líder socialista, Evánguelos Venizelos, argumentó que el suceso era tan monstruoso que “hacía irrelevante y vano cualquier comentario político”. El primer ministro, Lukas Papademos, pidió a sus conciudadanos que "en estas horas críticas" extremen la vigilancia "para no desatender a aquellos que lo están pasando tan mal".
El presidente de la unión de farmacéuticos -una de las profesiones, por cierto, que serán liberalizadas en el marco de los planes de ajuste- abundó en la nota de suicidio del jubilado: "Hay un instigador moral en esta muerte, el Gobierno ha llevado a la gente a esta desesperación". Desde comienzos de 2010, los jubilados han visto recortadas sus pensiones de media un 15%; las superiores a 1.200 euros han sufrido una rebaja adicional del 20%. Tras lamentar la inconsistencia de su retiro ("por el que he cotizado durante 35 años", explica su mensaje), el suicida concluía su nota: "No logro encontrar otra modo de reacción [a la crisis] que un final digno, antes que ponerme a rebuscar comida en la basura".
Si bien los suicidios han aumentado en un 40% desde el inicio de la crisis, según datos de junio de 2011 del Ministerio de Sanidad, nadie puede dar crédito a esta muerte en directo –en Grecia el suicidio sigue siendo un tabú-, aunque todos comprenden sus razones. “La gente está pasando hambre”, decía una mujer, también jubilada, junto al lugar del suicidio; “conozco familias que no tienen dinero ni siquiera para comprar leche para sus hijos”. Día tras día, los periódicos se hacen eco, brevemente y como de pasada, de decesos de “pequeños empresarios arruinados” que, casualmente –nunca se cita el suicidio como causa, siquiera como pista-, se caen por el balcón o por un barranco, o mueren “en un desdichado accidente” (amplia gama de posibilidades, de la sobredosis al corte de venas). La Iglesia ortodoxa sigue negándose a enterrar en sagrado a los suicidas, de ahí el velo de silencio que aún se cierne sobre estos hechos. Una censura que la muerte en directo de hoy podría quebrar.
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- Lo que diga Esther va a
hace 1 día 19 horas - POr cierto Esther.¿ Que
hace 2 días 13 horas - Y a AYUSO.
hace 2 días 13 horas - Gracias Esther por decir hoy
hace 2 días 19 horas - Ya no cuela este tema. Que
hace 3 días 15 horas - Aquí el caso es poner pega
hace 3 días 15 horas - Aquí huele a Koldo
hace 4 días 11 horas - La PSOE es como la gata
hace 4 días 17 horas - También había
hace 4 días 20 horas - bueno seguro que parecido a
hace 5 días 9 horas
Es auténticamente vergonzoso e indignante,tener que llegar a éste extremo tan dramático para llamar la atención a los políticos,y más aún a los que mueven los hilos de las finanzas,por el abuso que se está cometiendo contra la ciudadanía,cuando en realidad,los muertos deberían ser los que provocan situaciones insostenibles,porque éstos impresentables que nos gobiernan no merecen regodearse de suicidios como el que ha ocurrido en Grecia,y que se vaticina,sino se pone remedio en un futuro inmediato,las dificultades,miseria,hambruna,y mendicidad,van a estar presentes en muchos lugares.Todo ello propiciado por unos sujetos indeseables y carentes de humanismo y que las propias víctimas les colocaron en el lugar privilegiado,para una vez en el poder,cometer las mayores barbaridades y lo que es peor,con la permisividad de quienes pueden impedir llegar a éste caos.Tajantemente inaceptable.
Seguramente esos políticos dormirán muy tranquilos. No creo que esto les importe mucho si no es porque le puede impedir medrar.
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