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CAMBIO CLIMÁTICO Y ENERGIA
Los indicios de cambio climático en nuestro planeta parecen evidentes: fenómenos meteorológicos anormales, clima desestacionalizado, retroceso de glaciares y de los hielos polares, calentamiento generalizado, etc. No sé si las negras previsiones hechas por científicos y meteorólogos en el último congreso internacional sobre el clima: aumento entre 2 y 7º C de la temperatura de la Tierra en los próximos cincuenta años, avance imparable de la desertización, inundación de amplias zonas costeras, desaparición de especies, etc., se cumplirá y si finalmente se producirá la inversión climática anunciada.
Reconozco que soy un tanto escéptico, aunque el poder autodestructor de hombre tanto a nivel de la propia especie como del medio ambiente es ilimitado, también creo en la capacidad de autoregeneración del planeta y que nadie puede actualmente, indicar donde está el punto de inversión, aquel en que el clima no tendría vuelta atrás.
Sería, no obstante, irresponsable no continuar aumentando los esfuerzos para paliar o al menos retrasar al máximo el pronosticado cambio climático; en ese sentido, me parece importante el que la Unión Europea pretenda encabezar esta regeneración, como ha quedado definido en la última cumbre sobre este asunto, donde se pretende además del cumplimiento riguroso del Protocolo de Kioto en cuanto a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como continuar avanzando en medidas complementarias: incrementar hasta el 20%, antes del 2020, la producción de energías renovables (solar, eólica, etc), incrementar el desarrollo y consumo de los biocombustibles, medidas de ahorro energético generalizado y otras de racionalización y competitividad en el sector energético: separación de la generación de la distribución, mercado y operador energético único europeo, favorecer la intercomunicación de los sistemas entre países, etc. Difícilmente tendrán éxito estas medidas europeas a nivel global, si no se consigue que países como los Estados Unidos, o los energéticamente emergentes como India, China, no se adhieren a seguir medidas similares.
Los temas y los posibles debates en relación con la energía son muy amplios, exceden claramente la dimensión de este comentario, pero quiero poner sobre la mesa una reflexión sobre la energía nuclear, ya que creo que se está pretendiendo, muy interesadamente, el colarnos por la puerta de atrás y con carácter casi de inevitabilidad el retorno a este tipo de energía.
El problema político de fondo a nivel de la UE, más allá de las idílicas consideraciones anteriores del cambio climático, es la dependencia fundamental de dos fuentes principales de suministro: el petróleo de los países de oriente medio y el gas ruso.
Estos suministradores pueden desestabilizar, por falta de suministro o elevación de los precios, el bienestar de nuestra privilegiada zona del primer mundo. En mi opinión, aquí está la clave fundamental de la nueva promoción de la energía nuclear, el evitar la dependencia de las fuentes señaladas.
Aquí llueve sobre mojado, sobre los indisimulados intereses que a las grandes compañías energéticas les supone la energía nuclear: concentraciones de potencias importantes, (cada reactor nuclear supone actualmente el millón de kW), con costes de explotación y producción sin competencia con otras fuentes, por supuesto siempre que no se produzcan incidentes “normales”, no desastrosos, de los cuales generalmente acabamos enterándonos tarde y mal. De todas formas los costes baratos de la energía de procedencia nuclear, nadie los ha explicado aún, dado que para comenzar los costes de la planta son enormes y me gustaría saber como inciden en los mismos los costes relativos a los residuos nucleares, con cientos de años de actividad, y por supuesto del tratamiento a aplicar a la propia planta, una vez finaliza su ciclo de funcionamiento normal y/o excepcional.
La UE deja a cada país la decisión sobre el uso de este tipo de energía. Finlandia está montando en este momento una central de las llamadas de tercera generación, que sigue sin resolver el tema de los residuos, y Francia es totalmente partidaria de esta energía, con un 80% de su producción nuclear, y amplios intercambios con nuestro país. España mantiene, por el momento, no solo la moratoria nuclear sino el cierre paulatino de las centrales existentes.
Dado que se está vendiendo la necesidad de un debate sobre lo nuclear, con el que estoy de acuerdo, pero introduciendo ya un falso supuesto de que aquellos países que no entren al trapo de esta energía perderán el tren técnico y económico. En mi opinión, es imprescindible resucitar el viejo slogan “Nuclear, no gracias”, ya que no está tan claro la necesidad de este tipo de energía.
Las razones fundamentales, primero unos costes nada claros de lo que supone esta energía, que las compañías deberán explicar, incluyendo todas sus ramificaciones, los consumidores hemos estado pagando varios años la moratoria nuclear. En segundo lugar el tema fundamental de los residuos debe ser explicado, actualmente su poder de contaminación es de siglos, con la única solucióon técnicas del cementerio nuclear que nadie quiere cercano en su territorio. Cuando los avances técnicos se produzcan, al parecer los reactores de cuarta generación con capacidad de autoregeneración de los residuos, podían ser soluciones viables, mientras tanto opino que alguien pretende vendernos la burra nuclear, con la inmejorable excusa del cambio climático: “Nuclear, no gracias”
Emilio Sánchez Álvarez
25/03/2007
- Lo que diga Esther va a
hace 1 día 19 horas - POr cierto Esther.¿ Que
hace 2 días 14 horas - Y a AYUSO.
hace 2 días 14 horas - Gracias Esther por decir hoy
hace 2 días 20 horas - Ya no cuela este tema. Que
hace 3 días 15 horas - Aquí el caso es poner pega
hace 3 días 15 horas - Aquí huele a Koldo
hace 4 días 11 horas - La PSOE es como la gata
hace 4 días 17 horas - También había
hace 4 días 20 horas - bueno seguro que parecido a
hace 5 días 9 horas
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