Empiezan de nuevo las clases, los autocares empiezan a llenarse de equipajes, de libros, de risas, de amigos que se van, de jóvenes que por primera vez abandonan a su familia en busca de su futuro fuera de nuestras tierras.
El paisaje bejarano empieza otra vez su etapa otoñal, calles vacías repletas de aires y de sueños frustrados de aquellos que tuvieron que marchar y a los que cada vez les resulta más difícil regresar a esta humilde y deshabitada tierra bejarana.
Aquí donde nos creímos poderosos, donde creímos que nuestro querido y amado textil nos iba a mantener siempre en la cima.
Ahora cuando esta crisis mundial nos golpea fuertemente en nuestra estructura económica, ahora que las familias tienen que sacrificarse para poder sobrevivir.

Ahora necesitamos de la juventud para tirar adelante de este carro maltrecho que desde hace ya mucho tiempo se tambalea al borde del precipicio.
Después de la lamentable actuación que desde el gobierno de la nación se ha llevado a cabo con respecto al futuro profesional de los/as jóvenes de este país, diseñando una serie de reformas laborales que dan lástima y vergüenza.

Los jóvenes vemos la necesidad de huir de esta sociedad en la cual no se nos presta atención, solo se presta atención a aquellos que pueden llegar a ser importantes a la hora de respaldar a unos o a otros.
Poca gente lucha por sus ideas, ya que al que lo hace se le trata de hundir de todas las formas posibles.
Así, en esta sociedad, en esta comunidad, en esta ciudad se ve el reflejo de la dejadez juvenil, del conformismo de la vejez.

Béjar, como todas las ciudades, necesita ¨mano de obra¨, gente joven que pueda elaborar un futuro en esta ciudad.
No nos damos cuenta de que si no hay gente joven que trabaje, cada vez las arcas del estado van a estar más magras, los servicios van a ser cada vez más precarios, las pensiones llegarán a un punto tal que se acabarán.

Pero los gobernantes de este país siguen apostando por aquellos que hoy les dan los votos, no por los que mañana serán votantes y que se verán abocados a dejar de creer en la democracia, si no han dejado de creer ya.

Yo, como joven que soy, pido a aquellas personas que gobiernen en esta ciudad, país, nación, que piensen en el futuro, que no busquen simplemente los votos, que busquen el bien del pueblo, que trabajen para crecer y sobre todo que se comprometan con las personas jóvenes que son el presente y el futuro de nuestro país.

Muchas gracias a todos por vuestra atención

Atentamente

F.J.S.C.