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Nemesio Sánchez: la boda y la fuente rota
Primer capítulo de las memorias de D.Nemesio Sánchez García, nacido antes del amanecer del 20 de diciembre de 1889 en El Cerro. Emigrante. Nunca regresó.
Introducción necesaria
El día en que Nemesio Sánchez García tomó papel y lápiz para escribir lo que no podía llevarse a la tumba tenía setenta y cuatro años. Escribió sin descanso y nadie supo que lo había hecho. Dos años más tarde murió en Argentina y fue entonces que su familia halló lo que él quiso descargar, en secreto, de su corazón: la agonía del recuerdo.
Nemesio no se tomó el trabajo de relatar cómo había transcurrido su vida desde 1911, cuando emigrara a América del Sur a los veintidós años. Allí trabajó, se sobrepuso a las dificultades, se casó, tuvo cinco hijos; pero nada era más fuerte que el recuerdo de su infancia en El Cerro, como si su existencia se limitara a lo perdido y sus memorias fueran la botella lanzada al mar con el mensaje escrito por Unamuno para él: “Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte”.
Huyó de la pobreza española en 1911, bajo Alfonso XIII. Salió del campo y al campo llegó. “Era labrador, no tenía otro oficio”, escribió Nemesio. No conocemos su pensamiento argentino de cincuenta y cinco años; ni sus nostalgias, que son parte íntima de todo ser alejado de los orígenes; pero la añoranza se trasluce en sus memorias, porque le llegaba todo el amor de golpe cuando sentía su España lejana.
Nemesio dejó escritos doce cuadernos de cincuenta hojas, resumidos y transcritos por su nuera, Dª. Inés Ruiz Quiroga de Sánchez Villegas. Ésta es su historia, detenida en el tiempo…
Madre tierra, padre sol
La ciudad de Béjar está situada sobre un cerro a 970 metros sobre el nivel del mar, al sur de la provincia de Salamanca y a pocos kilómetros de Extremadura, rodeada por sierras que alcanzan unos 2400 metros de altura y por bellos paisajes de abundante vegetación. El Cerro está ubicado entre las sierras Gredos, al este, y Peña de Francia al oeste del pueblo y a unos tres kilómetros de la frontera con Portugal. Al sur está la provincia de Cáceres.
La economía del pueblo es variada: se crían vacunos, cabras, cerdos. Hay muchos castaños y árboles frutales; trigo en pequeña escala, centeno, garbanzos, porotos, calabazas, olivares. También se elabora vino. A pocos metros del pueblo, en las montañas, hay minerales sin explotar: mica, pizarra y cobre.
El pueblo tiene la suerte de tener abundante agua, pues hay siete fuentes que vierten agua continuamente. Las muchachas, por las tardes, van en busca del agua con sus cántaros de barro cocido del color de la teja. Lo llevan sujeto con uno de sus brazos en la cadera, sobre un almohadón. Caminan casi un kilómetro bajando la sierra hasta el río.
Los bosques de roble pertenecen al Gobierno y están celosamente vigilados por guardias armados. Éstos llevan un cinto de cuero cruzado sobre el pecho con una chapa de bronce donde se lee “GUARDAMONTE”. El que roba va preso y lo multan. La mayoría de los habitantes del pueblo tienen un robledal. Por entre los árboles crece abundante gramilla, la que es aprovechada por los animales.
Con la corteza del roble obtienen tanino que luego se vende en las curtiembres que lo utilizan para curtir el cuero. Cada diez años, en verano, el Gobierno da la orden de “cortar” el bosque, respetando las plantas pequeñas. Las autoridades del pueblo lo licitan en parcelas entre los vecinos quienes se encargan de recoger la corteza para ser vendida y se proveen de leña para el hogar, porque no hay otro combustible. Del dinero obtenido por la venta de la corteza, el Gobierno dona una parte a las autoridades del pueblo para que éstas hagan obras.
Una de esas donaciones fue usada para hacer una fuente en el centro del pueblo, en la plaza principal. Claro que siempre una parte se queda en las manos de las autoridades del pueblo y lo viene a confirmar un hecho curioso.
La misma semana que terminaron la fuente se casó una tía mía. En el pueblo es costumbre casarse en día sábado por civil y el domingo por Iglesia. Cuando se casan hacen dos días de fiesta e invitan a toda la familia y a los vecinos amigos, los gastos se reparten entre los padres de los novios. El sábado por la tarde las amigas de la novia van a la casa de ésta a llevarle una tortilla de pescado de Noruega. Esa misma tarde, gaiteros y muchachos que tocan el tamboril, van por las calles principales del pueblo tocando su música y anunciando la boda, que ya todos saben, por supuesto. Los novios se confiesan por la tarde.
El domingo a la mañana desfilan los invitados a la casa de la novia, donde de entrada les sirven una taza de chocolate. Luego van todos a la iglesia. Los novios son recibidos en el atrio por el sacerdote y el sacristán con un libro, de donde el cura lee las preguntas de práctica: “¿Usted quiere a fulanita por esposa…?”. Y luego le pregunta lo mismo a la novia; por supuesto, ambos dicen que sí.
Terminado ese protocolo, todos entran a la iglesia y da comienzo la Misa de Esponsales. Al terminar la ceremonia, el del tamboril y el de la gaita hacen sonar los acordes de la Marcha Real Española mientras salen del templo los novios, padrinos y demás, quienes se encaminan a la casa de los padres de los novios a ayudarles con la comida.
Más tarde, la muchachada se va a las afueras del pueblo donde bailan hasta el anochecer, hora en que comenzará la cena en honor de los novios. Acabada la fiesta, los amigos y algún familiar acompañan a los novios hasta la casa donde vivirán. La casa de la recién casada está a pocos metros de la plaza donde está la fuente antes citada.
Estábamos llegando a la plaza cuando oímos un tremendo ruido. ¿Y qué había sucedido? El pilar que sostenía la fuente se había desmoronado desparramando piedras y agua por doquier. Cabe recordar que la fuente había sido terminada una semana antes del casamiento.
Me olvidaba decirles que el día del casamiento se tiende una mesa fuera del templo, donde van a colocarse los regalos. Los novios se ponen a la cabecera y los jóvenes hacen fila para entregar los obsequios, que consisten en cereales de todo tipo, centeno, garbanzos, trigo... Y dinero en efectivo. Todo esto lo guardan en unos sacos que los han de llevar a la casa de los desposados, para reunir estos obsequios junto a los que les hicieron los padres: bolsas de cereales, algún lote para siembra, alguna vaca e incluso el nuevo hogar. Con todo esto, tienen para vivir un año sin trabajar, si quisieran.
Continuará….
- El reloj está en marcha y
hace 19 horas 23 mins - Enhorabuena a los
hace 23 horas 46 mins - Ya te he felicitado
hace 1 día 1 hora - Pero a ese mismo votante del
hace 1 día 11 horas - Cuando un votante del PP ve
hace 2 días 4 horas - Pues a ver si dimiten
hace 2 días 19 horas - Pero esto no era un invento
hace 3 días 2 horas - Pues yo no lo he escrito
hace 3 días 2 horas - Están rezando para que haya
hace 4 días 25 mins - Cuidado que esta Puri al
hace 4 días 23 horas
qué memorias más curiosas, me encantan, los bosques de robles, los guardamontes con su cinto cruzado y su chapa, la boda que comienza con una tortilla de pescado de Noruega o una taza de chocolate, la fuente municipal que se desmorona, el mangoneo de la autoridad viene de antiguo, jejejjj, esto de las autoridades no ha cambiado nada, lo demás todo, gracias Nemesio por dejarnos estos recuerdos
Inés Ruiz, es muy generoso de su parte hacernos participes de estos recuerdos tan entrañables de la vida de Nemesio, con esa sensibilidad que demuestra. Deberíamos reflexionar lo que supone "esta historia detenida en el tiempo" (como muy bien refleja Reinando Lugo), en nuestra historia colectiva, en la trayectoria que hemos andado como pueblo "al lado mismo del surco, mediando mares de por medio"...
Un abrazo, a pesar de no conocernos, me siento muy cercana.
Gel
Me ha enganchado. Espero con impaciencia las siguiente partes.
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