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El Museo Textil: las luces y las sombras
Desde ayer, después de 14 años, Béjar ya tiene el edificio en el que podrá crear su Museo Textil. Una vieja fábrica de 1869 rehabilitada. En realidad, fue un chollo para las arcas bejaranas, pues de los 2 millones de euros que costó, el Ayuntamiento sólo invirtió 9 millones de las antiguas pesetas, mientras que el Gobierno de España puso 1.200,000 y los fondos FEDER europeos, el resto.
Decir que no es una buena gestión, al margen del tiempo que ha tardado, sería injusto. Ojalá todo lo que se hiciera en Béjar tuviese una relación similar entre dinero de la localidad y aportaciones externas. Tampoco es una mala iniciativa que el Gobierno Local haya acariciado el proyecto del Museo Textil en una ciudad de tradición textil, aunque no haya acabado de comprender, entonces y ahora, que el edificio en sí mismo sólo es la sede del museo.
En la conferencia de prensa celebrada ayer por el Alcalde, en presencia del Subdelegado del Gobierno en Salamanca, se significó el hecho de la entrega como algo importante y se dijo que era un día “grande y feliz para Béjar”, que es algo con lo que es posible discrepar en parte.
Pienso, que la frase se pasa y el edificio, no llega. Es lógico que los políticos utilicen no sólo los logros sino los intentos de logros y hasta los fracasos como propaganda. Eso, a temperatura y presión normales, puede ser parte del ABC de la política: ubicar el ombligo del trabajo y los esfuerzos a favor del pueblo en la misma tribuna del que habla. A la entrega del edificio tal vez le faltara ubicación en tiempo y espacio.
Los tiempos han cambiado tanto, que algo que pudo ser presentado como meta en la campaña electoral de hace poco más de un año, ahora es contraproducente. No es lo mismo prometer un sueño, que prometer una pesadilla. Me permito citar lo que decía el Programa Electoral del Partido Popular al respecto: “Pondremos en marcha, de forma definitiva, el Museo Textil. Implantaremos un tren turístico desde la Estación de tren hasta el Museo Textil, aprovechando la antigua vía férrea”. Eso fue escrito hace poco más un año, en plena crisis. Ya entonces, el Museo Textil era una quimera, una fantasía de la imaginación. No es lo mismo hablar de planes realizables que echar mano a lo irrealizable para que Béjar tenga ahora su día “grande y feliz” aún sin la perspectiva real de su Museo.
No sé si el conjunto de los políticos se ha percatado, o si estoy en un error, de que ya el tiempo de la “vaselina” y la oratoria redentora ha pasado. Así como los tiempos de “Sinmigo”, un alcalde allende la mar que proclamaba: “Aquellos que están conmigo, están conmigo… y los que no, están sinmigo”. Ahora tenemos en el salón de casa a la prima neurótica del señor Riesgo sentada en la cocina y la capital de España en Alemania. El horno no está para galletitas. Ni para que la gente acepte lo que antes era parte del folclore de la democracia.
La entrega del edificio del Museo Textil no debió estar precedida de la información de que en ese mismo instante comenzaban los trabajos de puesta en marcha; porque ya eso es ficción y ni siquiera es una frase aceptable para la política española a 26 de junio de 2012.
Son muchas las sombras y no veo mal que se destaquen las luces. En cambio, no es para nada beneficioso que en lugar de una meta de progreso, el dichoso edificio se convierte en una cortina de humo útil para la imagen. Publicidad ciento por ciento. Y ciertamente innecesaria, porque el Gobierno Local no tiene necesidad alguna de dar la impresión de estar pasando por alto los problemas graves y esenciales que padece la ciudad; simplemente porque son los mismos que tienen toda España y medio mundo.
Pienso que habría sido preferible decir que Béjar recuperaba algo que le pertenecía y que lo iban a engrasar y envolver en plástico para que aún fuera un edificio el día en que se pudiera hacer en Béjar un Museo Textil. Escamotear la circunstancia real de que no habrá Museo Textil en muchos años me parece inadecuado en la actualidad. Habría sido preferible, decir que:
Los dos proyectos de museo realizados hace años por sendas empresas —que deben haber cobrado por su trabajo— ya caducaron. Y que no hay dinero para poner en manos de expertos en museística lo que se debe hacer, que es mucho más que una colecta de viejas maquinarias.
Los expertos en temas textiles que ya integran una comisión para la puesta en marcha del museo pueden verse como una forma de hacer perder el tiempo a gente valiosa que podría aportar sus conocimientos cuando realmente sean necesarios y no ahora, para que caduquen como los proyectos ya encargados.
El Ayuntamiento es consciente de que el Museo Textil no es de esta época y que su misión sería solamente preservarlo para el futuro; sin mezclar realidad y ficción refiriendo los avances del proyecto del trencito de turistas pasando por el túnel lleno de luminarias.
El Ayuntamiento reconoce que un edifico cerrado, de 3.000 metros cuadrados, tendrá que recibir mantenimiento, aunque fuera mínimo, como expresara el Alcalde, y que en ese sentido sí habrá gastos e imponderables, naturales o no; léase vandalismo, afectaciones por el clima, la erosión de la pintura, la corrosión, y todo a lo que está sometida una edificación a la intemperie. Cuidarlo nos costará, aunque el Ayuntamiento no sepa cuánto.
Finalmente, también habría sido saludable que se dijera, sintética y descarnadamente, que el Ayuntamiento no tiene ni la más remota idea de cuándo Béjar llegará a tener un Museo Textil, ni de lo que costaría. Alto y claro, para que nadie se ciegue con las luces.
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Interesante debate amigo Reynaldo
El fondo del argumento, si no he entendido mal es que un Museo es algo más que un edificio y por el momento el Ayuntamiento no tiene ni pajolera idea de que hacer con el mismo, ya que los proyectos que se hicieron era en epocas boyantes, que han acabado para siempre
¿Dijo el Sr Alcalde cuanto le iba a costar el mantenimiento del Museo y si esa partida está en los presupuestos?
Espero que acierten cuando elijan al Director, que escojan una persona con fundamentos textiles y museísticos
Claro, todo esto sucede porque tooooooo está muuuuuuuu mal, mu mal, mu mal, mu mal.
Y no tenemos ni idea de nada, nada, nada.
Ainnnns.
Tu si que estas mal, miratelo bién.
Estimado Reynaldo:Comparto casi en su totalidad,la información que nos dedicas sobre el Museo Textil,en Béjar.En cuánto a la ubicación,su decisión fué totalmente errónea,por innumerables razones,entre otras la falta de espacio para aparcamiento de vehículos,sí de lo que se trata,es de que acudan visitantes máxime si éste se encuentra en el extraradio de la ciudad,Sin duda,(y lo he expuesto en varias ocasiones)el lugar indicado hubiera sido el antiguo Tinte del Duque,por razones obvias,y que además reunía todos los igredientes necesarios,espacio,ubicación,(casi en el centro de la ciudad)espacio de aparcamiento y un largo etc.Es indudable,que para algunos ésto no era viable,ya que había otros intereses espúreos por medio,para
sacarle un buen rendimiento especulativo,como se ha demostrado,construyendo infinidad de viviendas en la zona y con magnífico rendimiento,para la constructora,así como para ciertos intervinientes municipales.Hay otra cuestión,que también has pasado por alto.La transparencia todavía no aclarada de todas las partidas dedicadas al presupuesto real del Museo,desde que se iniciaron los desmontes de tierra,que según se comentaba por entonces,hubiera servido para dejar llanos los propios picos de Valdesangil,amén de otras muchas partidas adjudicadas al Museo,que se desviaron a proyectos distintos.De todo ésto,la oposición tiene algo que decir,pués desde su portavoz,se prometió,una autoría minuciosa,que aclarara.posibles irregularidades.En cuánto al devenir del propio Museo,ya veremos que es lo que nos van a ofrecer,tanto en su contenido museístico en general,como a su desenvolvimiento de dirección y conservación.El tiempo será testigo de todo ello.
Y para que un museo textil si lo que faltan son empresas
Cuanto diner mal gastado
Cuantas comisiones han ganado cuatro
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