ZapateroAznarJuan Carlos ILeyendo y leyendo, he encontrado un artículo de análisis del conflicto Libio. Fue escrito cuando el enfrentamiento entre las fuerzas de Gadafi y los rebeldes ya iba a mitad de camino. Su autora es Ellen Brown, quien es abogada y presidenta del Public Banking Institute, un tanque-pensante norteamericano. Es un artículo extenso que ofrece algunos puntos de vista sobre esos hechos que no vemos en los telediarios ni leemos en los periódicos. Su último párrafo es una especie de apuesta por su teoría del verdadero motivo de esa guerra completamente inusual: “Si el Gobierno de Gadafi cae, será interesante observar si el nuevo Banco Central se une al Banco de Pagos Internacionales (BPI), si la industria petrolera nacionalizada será vendida a los inversionistas, y si la educación y el servicio de salud seguirán siendo gratuitos”.

Es muy sencillo el pretexto de esos enfrentamientos: el clásico dictador genocida de su propio pueblo. Gadafi lo fue, pero es evidente que no es ese el motivo de la guerra. Hay que recordar que Gadafi ya era el mismo dictador represivo y violador de los derechos humanos cuando era recibido con honores en los países democráticos que visitaba, el mismo que firmó con éstos pactos de amistad y el mismo buen cliente de la industria de armamentos, incluida la española. ¿Era entones un firme defensor de los derechos humanos o sólo recientemente?

BerlusconiBlairPor supuesto, con todo lo que nos han dicho resulta difícil separar el trigo de la paja en el tema Gadafi. De lo que sí no hay duda, para los analistas, es que no fue la violación masiva de los derechos humanos. Existe un hecho, que se ha pretendido olvidar, siendo una confirmación de lo anterior. Un artículo de Fox News del 28 de febrero, lo destacaba de la siguiente manera: “Mientras las Naciones Unidas trabajan febrilmente para condenar al líder libio Muammar al-Gaddafi por tomar enérgicas medidas contra los manifestantes, la mayoría del Consejo de Derechos Humanos está a punto de aprobar un informe repleto de elogios para el expediente de derechos humanos de Libia. El informe de la ONU elogia a Libia por mejorar las oportunidades educativas, hacer de los derechos humanos una prioridad y mejorar su marco constitucional”. Prioridad y marco constitucional son calificativos textuales de ese informe de Naciones Unidas.

SarkosyPor otra parte, un estudio hecho por Rusia sobre el terreno, convenció al Presidente y el Primer Ministro de ese país de que “los libios tienen derecho a tratamiento médico gratuito, y sus hospitales proporcionan lo mejor en equipamiento médico. La educación en Libia es gratuita, los jóvenes talentosos tiene la oportunidad de estudiar en el extranjero a expensas del Gobierno. Al casarse, las parejas jóvenes reciben 60.000 dinares (unos 50.000 dólares de EE.UU.) de ayuda financiera. Los préstamos estatales libres de interés, como la práctica lo demuestra, no tienen fecha de vencimiento. Debido a los subsidios del Gobierno, el precio de los automóviles es mucho menor que en Europa, y están al alcance de cada familia. La gasolina y el pan cuestan un centavo, no hay impuestos para aquellos que se dedican a la agricultura. El pueblo de Libia es tranquilo y pacífico, no se inclina hacia la bebida y es muy religioso".

ObamaDe ser esto cierto, aún uno podría decir: “Vale, viven bien pero no son libres. No hay democracia”. Pero eso, sin otros catalizadores, es un tópico, sobre todo cuando se sabe que la democracia no les toca a todos. Por ejemplo, Somalia. Sería muy difícil entender, que tanto la ONU como los rusos estuvieran en la Luna de Valencia; como es difícil de entender el brusco cambio de la política de Occidente hacia el largamente tolerado régimen de Gadafi. ¿Fueron reprimidas sangrientamente las manifestaciones? Cierto. Pero también podría suceder --lo que es de oficio para los servicios secretos--, que todo fuera, desde el principio, un montaje y que Gadafi ya estuviera condenado antes de la primera pedrada.

Al parecer, la directora del Public Banking Institute, ha dado con un buen motivo mucho más creíble. Y no es el petróleo, básicamente, sino un elemento más de la realidad que estamos viviendo nosotros: el supra gobierno del capital financiero.
Continuará…