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Memoria hablada de Béjar: Juan Belén Cela Martín
En homenaje al que fue el primer alcalde de la democracia en Béjar, infatigable luchador antifranquista, escritor de talento, buen alcalde y una gran persona, retomamos esta entrevista realizada por Gel Borrajo en febrero de 2010, dentro de la serie "Memoria hablada".
Las puertas interiores del Ateneo Cultural, abatibles, madera y cristal, cruzadas por barras cromadas para empujar, filtraban un poco de la luz hacia el pasillo en una mañana bastante gris.
Me dirigía al encuentro de Juan Belén Cela Martín. Nacido en la segunda década del siglo XX. Empresario desde los quince años hasta su jubilación. Primer alcalde democrático tras la dictadura, durante dos legislaturas.
Habíamos quedado citados a las once en punto, en la planta baja del Casino Obrero de Béjar, junto a los billares. Tras bajar los pasos de acceso, un cambio de luz me traslumbró; un leve siseo forzó mi mirada hacía una de las primeras mesas.
Él esperaba de pie, nos sentamos sobre el mismo lado del sofá, grabadora en medio, sillones listados y, tras los “buenos días”, me pidió que le explicara qué quería hacer y, por favor, que no grabara.
Hablamos. Habla más él y yo escucho, naturalmente; intentando siempre, por mi parte, demostrar la necesidad de recoger el sonido de la memoria…, sólo brevemente y al final, me permite apretar el “play”. La fuerza de siempre en su palabra, la memoria bastante fresca; si acaso, un poco de cansancio en la dicción. En “sotto voce” atravesamos sus recuerdos, como otras veces que hablé con él en la trastienda de la pastelería (rodeados de prensa antigua), en la emisora o en el despacho de Alcaldía; la única diferencia, los años transcurridos y el tamaño de la grabadora (mejoras técnicas), por lo demás la misma pasión y vehemencia en la conversación que, a tramos, nos atasca en algún nombre, alguna cantidad, algún año… normal.
Casi dos horas de charla, datos, muchos datos en su cabeza sobre hechos, ideas progresistas (me mira con complicidad), la guerra, la clandestinidad, personas, situaciones, el ayuntamiento, el partido… pero es confidencia, solo confidencia que quedará para el eco del salón y desaparecerá en el aire que respiramos…
Una y otra vez insisto en la conveniencia de que esas vivencias sean grabadas, la historia se hace con las vidas y… su recuerdo, argumento. No quiere. Me mantiene atenta, prendida del caudal sin pausa de la palabra, mientras, de fondo, el sonido de los jugadores de billar retumba en la estancia.
Se asoma el pequeño de antaño a sus ojos, en el recuerdo de los libros de su padre, la trastienda, la madre, los cinco hermanos y dos hermanas que murieron en la infancia, los caramelos "Cela"; con los ojos ligeramente húmedos en el recuerdo de su hermano Sergio, de su primo Víctor, el que compartió el gran secreto adolescente: “había un patinillo por detrás de la pastelería que daba al solano y, cuando empezaron a registrar las casas, se nos ocurrió cavar un agujero para esconder algunos libros de mi padre, enseguida vinieron a mirar, y el guardia civil daba golpes con el fusil en el suelo, justo encima, lamentándose de que no encontraban nada, nosotros solo pensábamos en si aquello empezaba a sonar a hueco, verdad, y lo encontraban, y nos represaliaban"… Sergio, Víctor, los hermanos, su memoria. El obrador de la solana, el caserón de las monjas, su relación con el propietario. El tiempo pasado también junto a sus amigos.
El joven Belén nunca olvidó la paliza, el ver a su padre arrastrándose hasta casa. La guerra acababa de empezar.
La guerra. El miedo en la gente. Hace muchos años, una joven inquieta hacía su debut entrevistando a un Juan Belén candidato, parece que le oigo decir: “los jóvenes, los jóvenes son los que están dispuestos a morir por las ideas, los mayores no, porque ya saben lo que es la vida”. Tampoco lo olvidé.
Hoy me cuenta cómo "se prometió a sí mismo seguir fiel a las convicciones de aquel hombre, su padre", al que le salía la piel a tiras cuando, a escondidas, le quitó el médico la camisa, para curarle.
-Breve pausa, el recuerdo pasa-.
Su incorporación al frente y cómo, a los cuatro días de llegar, acabó la contienda, pero siguió la lucha. En la legión, un examen de historia fortuito, el conocimiento de los hechos de 1808, le ascendió a oficinas, después recorrido largo, seis años por distintas comandancias, tomando las declaraciones juradas de los interrogados…, "a la ideología no se renuncia, me afilié al partido en Salamanca en el año 48. Conservo el carnet del partido del año 76. Siempre tuve contactos con todo tipo de grupos que, viniendo de donde vinieran, llamándose como se llamaran, eran 'progresistas', Anarquistas, Bolcheviques, gente de Iglesia, Comunistas… todos juntos en la clandestinidad. Después cogieron a algunos en Salamanca y tuvimos que dejarlo un tiempo, pero yo seguía recibiendo publicaciones y material del extranjero… Iberia, de Nueva York, entre otras…", da más datos, más nombres, (algunos que entregaban directamente el material a la guardia civil, por miedo a ser otra vez encarcelados).
Y llega la madurez, la dirección del negocio familiar, habla el empresario: “los veinte trabajadores, llegado el momento de la jubilación me pedían que me quedara”
- sonríe-.
Un viaje al levante, a la Casa General, once mil kilos de caramelos vendidos a las monjitas y la anécdota contada en un libro por Luis Carandell. Se le apasionan las palabras hablando de la fábrica, se le endulzan los labios.
Su participación en la Cámara de Comercio, la necesidad de que estuvieran representadas todo tipo de empresas, no sólo del textil, su participación en la directiva y las distintas gestiones para mejorar las ayudas, para traer más trabajo, más dinero y mejoras. El crecimiento poblacional es también el tiempo de la “Tertulia Bejarana”.
Se me ocurre preguntar por el descubrimiento de su faceta literaria, y me responde, que: “es mi gran pasión, ya desde los cinco años los chavales del barrio hacíamos comedias en las que cobrábamos entrada - sonríe picarón- las escribía yo”.- Ríe abiertamente-. Desconocía esta precocidad, nos reímos ambos.
Comentamos su etapa de artículos en prensa, la pluma de escribir entre dos líneas que permitía el director de “El Adelanto” Enrique de Sena, su paciencia demostrada con las amenazas y las multas por los artículos. Continúa:
“En la tertulia cabíamos todos, José Luis Majadas, Rufino Agero, cuando había algún problema ellos paraban, eran hombres de gran valía. De allí nacieron no sólo los premios literarios, también el Día del Calderillo, El Bejarano Ausente, la Abeja de Oro como galardón. FUERON TIEMPOS EN QUE LA GENTE DESEABA LA DEMOCRACIA; luego, al llegar a la Alcaldía, lo institucionalizamos y empezó a correr el Ayuntamiento con los gastos. Llegada la transición, me propusieron ir en las listas de UCD, desde Salamanca, pero yo siempre he sabido dónde estaba, les dije que era socialista por convicción. Cuando hubo que elegir el cabeza de lista pues entre el grupo que éramos, no había otra”.
Pido su opinión sobre los partidos, (ya me ha manifestado su intención de no entrar en el tema, pero me responde), “Entonces se entendía la política con responsabilidad, también la oposición era para trabajar por construir, se paraba o criticaba lo que podía ser una aberración, no por decir a todo que no. Además, el riesgo que se corre es que el cabeza de lista o incluso la lista sea elegida desde arriba, por los dirigentes, esto produce malestares locales y en definitiva tampoco es una práctica muy democrática con lo que puede amenazar al propio sistema”. Largo repaso a políticas locales, estructuración de base, industria, agricultura…
Le comento alguno de los hechos y actuaciones que tuvieron lugar durante su mandato, admite que la última legislatura no hubiera querido estar al frente, prefiere no hablar de ello. Sí recuerda y responde sobre el 23F/81: “En el Diario de Sesiones, tiene que estar reflejado, había sesión de pleno ese día, despachamos los asuntos, y después pedí al secretario que copiara literalmente lo que iba a decir. Allí está reflejado. Fueron momentos difíciles, estábamos en contacto en todo momento con Jesús Málaga, que era entonces alcalde de Salamanca”.
Hablamos de la red de alcantarillado, de la urgencia que había de mejorarla; de la Presa de Navamuño, la necesidad de dotar de agua en todo tiempo a la industria textil y que no pasara año tras año por el parón estacional, las gestiones para la compra del terreno, las fases, las visitas para pedir dineros y poder acabar la obra. Manifiesta la buena relación que tenía, desde la infancia, con su predecesor en la alcaldía.
Este hombre, Juan Belén Cela y su equipo, en otros tiempos, con sus errores y aciertos, como cualquier ser humano, proyectó la ciudad que hoy tenemos.
Y entonces interrogo sobre el PGOU (la ordenación urbanística, el polígono industrial, la depuradora, dotación de servicios municipales…) en fin, el plan del año 83 que continúa vigente, después de irse ampliando legislatura tras legislatura: “Se puso una oficina abierta al público y se dio participación a los representantes vecinales, de tal manera que así los técnicos, ajustándose a la legislación vigente, recogieron todas las necesidades, tuvimos la suerte de contar con la inestimable ayuda de Manuel Velasco, un hombre inteligente que, además de llevar a Béjar en la cabeza, la lleva en el corazón, eso ayudó a hacer un buen plan”.
Ya para finalizar, me aventuro a preguntar qué necesita Béjar desde su punto de vista, para asegurar su futuro, no duda un momento en contestar: “AUMENTAR SU POBLACIÓN, DE ESA FORMA PODRÍA ADQUIRIR, NO SÓLO MANTENER, MÁS SERVICIO. FÍJATE, POR EJEMPLO, EN LA DIFICULTAD QUE TENEMOS CON LOS MÉDICOS, HAY QUE FIJAR POBLACIÓN, NO SÓLO PARA MANTENER SINO PARA CONSEGUIR QUE NO SE MARCHE TODA LA GENTE QUE SE ESTÁ MARCHANDO; TE REPITO, INDUSTRIAS Y POBLACIÓN”.
Hace una pausa, toma aire, (ya estoy abusando seguramente de su tiempo).
Es lunes, de mañana, va a leer la prensa. Hago un signo de disculpa, asegurando haber pasado un rato muy agradable. Guardando todo aquello que él quiere que guarde en el olvido.
Nos despedimos, a la escasa luz de la ventana, con un trato: yo no había grabado, a cambio él escribiría una memoria para mí; quedó en llamarme por teléfono.
Apenas en una fracción de segundo, justo antes de que él suba las escaleras en dirección a la biblioteca y yo enfile la salida principal, un leve destello cruza veloz entre la luz y las sombras del Círculo Obrero - Ateneo Cultural: una abeja. Una abeja de oro. Al menos eso quiero pensar.
Gel Borrajo
(Enero 2010)
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Un gran hombre con grandes y nobles ideales.
Por fin uno de tus sueños fue llevado a cabo. Ver el monte de la Peña la Cruz repoblado.
La persona que ama la naturaleza siempre es de buenas ideas y Juan Belén Cela amaba su tierra, y doy buena fe de ello.
Conseguidor de grandes logros de la Ciudad de Béjar el Pantano, después de muchos años de espera, la concesión del salto para la toma de la Central "Solorzano", polideportivo cubierto, 1er. plan de ordenación urbana, Olivillas, Bajada San Albín etc. etc..
Fue un luchador por todo lo referente a Béjar. Personas como él debería haber muchas en Béjar, pero... hoy día todos son egoismos y no se lucha por las cosas que pueden favorecer a la sociedad.
Descanse en paz Sr. ex-alcalde.
Buen alcalde y mejor persona.
Descanse en paz.
Nunca he oido a nadie hablar mal de el ni de un lado ni del otro asi que por algo sera.No puedo decir lo mismo de lo que vino detras de el.
Se fue una gran persona. La pena es q sus compañeros de partido ni siquiera tuvieron la clase necesaria para despedirle cómo se merecía. Era mejor estar en un bar de la plaza mientras su familia le lloraba. Cuánto tienen q aprender estos q hoy se hacen llamar socialistas. Descanse en paz un gran señor y un mejor amigo.
Gracias Gel por la entevista tan maravillosa y gracias por dar a conocer un poquito mas a Juan Belen Cela no solo ex-alcalde sino a la persona.Muchas gracias.
P.D Su hermano era Ser no Sergio.
Descanse en paz Juan Belen
Hace tiempo que le conocí. Ha fallecido un hombre importante en Béjar. Ha dejado un buen recuero.
Hombre afable, humano, sensible, honrado. Afable con sus ojos limpios. Humano con su pensamiento libre y cercano. Sensible para comprender los problemas de su entorno. Honrado y generoso para pasar por la política en una época difícil, pero con el reto de una democracia limpia.
Con su poesía con su cultura, con sus escritos, nos dejó esa fina riqueza que hace que las personas que hemos tenido la suerte de conocer parte de su dimensión intelectual, cultural, humana, política...podamos sentirnos un poco más orgullosos de habernos codeado con él.
Pienso que su personalidad, merecería un homenaje, que no tuvo en vida, no solo por su partido político, sino también por tantas personas que tuvimos la suerte de conocerle.
Sáenz de Miera
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