Vapor Aymerich, TerrassaCubierta Vapor Aymerich(continuación)
-¿Conoce alguna experiencia de reutilización de viejas construcciones obsoletas del patrimonio textil en España (las de Cataluña o Alicante, por ejemplo) o en el extranjero y qué opinión le merecen?

-Conozco varias, especialmente en Tarrasa, ciudad que he visitado en numerosas ocasiones. Hay allí más de 130 edificios catalogados como patrimonio industrial, bastantes de los cuales se pueden visitar. Uno de los más emblemáticos es el Vapor Aymerich, antigua fábrica textil de carácter vertical que hoy día alberga el Museo de la Ciencia y la Técnica de Cataluña, con una sección dedicada a la industria textil, y que he visitado detenidamente un par de veces. El edificio, de principios del siglo XX, es obra del arquitecto Lluis Muncunill, y tiene fama merecida de ser uno de los edificios industriales más bellos de Europa.

He tenido el placer de comer en el magnífico restaurante que ahora ocupa la antigua sede de la Sociedad General de Electricidad, edificio modernista de 1908 que lleva también la factura de Muncunill.
La Antigua, BéjarHe visitado los edificios de una antigua fábrica textil (creo que fue una hilatura de algodón), en pleno centro de Tarrasa, que fue transformado en viviendas caras. Se respetaron paredes maestras y alturas y el resultado ha sido digno de mención.

Llegado a este punto yo me haría la siguiente pregunta: ¿existe un turismo que valora y visita el patrimonio industrial? Sin duda, la respuesta es SÍ. En este sentido Francia ha sido un país pionero en turismo industrial, pero también Alemania, Italia, Real Fábrica de Paños, CovilhàInglaterra y otros han dado pasos importantes en esta dirección. Y dentro de España, Cataluña es la que marca el ritmo, aunque cada vez crece la importancia que le dan otras regiones, como Asturias, País Vasco, etc. Espero que en CyL, con un imponente patrimonio monumental que puede oscurecer el industrial, comencemos también a valorar y proteger este último, pues quedan todavía algunos (no muchos) casos significativos.

-Y finalmente le haré otra pregunta, secuencia lógica de la anterior, y es a qué destinos o usos podrían dedicarse las antiguas edificaciones industriales bejaranas y cómo podría articularse esa reutilización. ¿Qué ideas tiene al respecto?

-En Béjar hay ya ejemplos de reutilización de naves industriales para nuevas actividades. En este sentido podemos señalar casos como el del edificio de la antigua hilatura de estambre de Gosálvez que alberga actualmente un supermercado de una conocida cadena comercial española. Por otra parte están la que fue hilatura de estambre de Transfitex, que acoge un taller de mecánica del automóvil, la fábrica de tejidos de Mussons, que se ha transformado una parte en viviendas y cocheras (respetando el exterior del edificio), albergando también un concesionario de coches, y alguna otra actividad más. Podríamos continuar con el Acondicionamiento Textil, que es ahora un centro de distribución mayorista del sector de la alimentación, o la Estambrera de Redondo, un poco más abajo del Puente de San Albín, que se ha transformado en una fábrica de pan y dulces. Y he dejado para el final el caso que representa la situación más deseable cuando una empresa cierra: se trata de la reconversión sufrida por Textil Navazo a fábrica de paneles solares, manteniendo los edificios y aumentando la mano de obra.

Quiero decir que ya hay ejemplos en nuestra ciudad de reconversión de edificios, respetando su arquitectura. Pero quedan muchas otras vacías a las que habría que buscarles aplicación. En ciudades más grandes muchas de ellas han servido para equipamientos municipales, pero el Ayuntamiento de Béjar ni puede ni necesita ocupar tanta nave vacía para esos menesteres. Por eso puede pensarse en utilizarlas para despachos de profesionales (arquitectos, ingenieros, abogados…), gimnasios, viviendas para jóvenes y no tan jóvenes (respetando tal cual la arquitectura exterior del edificio), albergues, hoteles, museos, superficies comerciales, centros de formación, pequeñas empresas que compartan edificio y luego disfrute cada una de espacios independientes… En fin, si se quiere verdaderamente buscar nuevos usos a los edificios, desde luego que se van a encontrar. Sólo hay que poner imaginación, voluntad y, claro está, dinero. Pero, ¿qué es gratis en esta vida?

Y una reflexión final: soy de los que pienso (y aquí hago mías palabras que son de otros) que la preservación y puesta en valor del patrimonio industrial colabora en el mantenimiento de las señas de identidad de los territorios y sus habitantes y explica las claves de formación de los paisajes de numerosas zonas, lo que es evidente en el caso de Béjar. Por eso y porque el patrimonio industrial de Béjar es algo que nos diferencia claramente de la inmensa mayoría de lugares de nuestro entorno (cercano e incluso lejano) que tratan de ser también polos de atracción del turismo, tenemos que conservarlo y potenciarlo. Porque si permitimos que desaparezca…, ya nunca lo podremos recuperar y luego nos lamentaremos.

-Pues a mí me encantaría terminar aquí esta entrevista, mirando a ese futuro con esperanza. Gracias por compartir esta tarde en la Biblioteca, al lado del Archivo Municipal, la historia de todos los Bejaranos… que es por lo que tenemos que apostar; seguir conociendo el pasado, para de alguna manera reanimar, -construir… el futuro, construir también desde la Escuela de Ingenieros, de la que forma usted parte, esas nuevas tecnologías, esas nuevas posibilidades. Muchas gracias Javier.

-En eso estamos. Muchas Gracias.

Desandado el camino, salimos ya a la noche, esperanza frente al viento frío.

Gel Borrajo
(Diciembre 2009)

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