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Memoria de Béjar. Episodio 13: Habla Manuel Sánchez Varillas (I de 2)
Varillas en su salsa
Hotel ColónLa tarde está oscura, nada mejor que recordar acomodados en un rincón de “La Casita”. El continuo murmullo de la gente, el runrunsuffff de la cafetera que nos tapa la voz y un cierto olorcillo a café recién hecho nos rodean. Elegimos el lugar específicamente para sentirnos en medio de este ambiente, su ambiente.
Quien recuerda es un hombre que pasó toda su vida profesional tras una barra. Manuel Sánchez Varillas inauguró su trayectoria personal cuando inauguró su andadura el "Hotel Colón”, y se jubiló formando parte aún de su plantilla.
Manolo es uno de esos personajes que normalmente pasan desapercibidos, casi invisibles, camareros que conocen bien los entresijos sociales y personales de las gentes a las que sirven. Le convenzo para que su memoria quede para la posteridad.
Pregunté si conocía algo de la historia de nuestro primer hotel, como tal, en la historia de la ciudad. Según él, el Hotel fue pura necesidad en medio de una ciudad floreciente que necesitaba albergar a hombres de negocios que venían desde toda la geografía española. Rápidamente comienza a hablar sin reparos…
“Las Industrias de Béjar, en vista de que venían sus clientes y no había sitio donde hospedarse, pensaron una solución. La Agrupación de Fabricantes hizo el hotel, creo que fue por 1956, primero lo cogió el restaurante “El Candil” de Salamanca, hicieron la terraza y unas habitaciones, porque el verano estaba encima, aunque faltaban unos permisos; había unos señores dando un curso de productividad en “García Y Cascón” que fueron los primeros en hospedarse. No les dejaban abrir… El 25 de julio se presentó un inspector de turismo y dijo que no se inauguraba, entonces las autoridades de Béjar, (era alcalde me parece D. Ramón Olleros), estos señores tenían contacto con las altas esferas, llamaron al ministro de Información y Turismo, que creo que era Fraga… (hace un gesto del entrecejo, puro esfuerzo del recuerdo…) y se abrió el hotel el día 25, festividad de Santiago. Entonces el hotel tenía una terraza que era preciosa, una maravilla, pero el clima de Béjar, la lluvia, por más que la arreglaban se calaba por todas las esquinas… además se empezaron a construir casas alrededor, el hospital, y estaban encima de la terraza, se oían las conversaciones, (se quedó sin intimidad); los dueños de aquella época, Don Francisco, la cubrieron.
Después sufrió un parón y luego ya fue la propia Agrupación de Fabricantes quien lo cogió, lo regía Don Victorino Vizoso, -sugiero que esta entidad lo mantuvo tiempo pero él me corrige–. No, lo tuvo poco tiempo, después lo ofreció a un señor que era nacido en Alemania pero nacionalizado español. Era un hombre muy culto que sabía varios idiomas y le gustaba mucho la música, si venían orquestas lo mismo tocaba con ellos el piano que hacía de bajista. Había venido a España cuando la guerra, también era piloto, lo derribaron en Valencia sobre unos arrozales en los que estuvo viviendo un montón de días…, tenía tal recuerdo del arroz que cuando le ponían un plato se levantaba de la mesa a pesar de que le había salvado la vida. Cuando se inauguró el Hotel éramos cuarenta y dos empleados, de los cuales de Béjar era únicamente yo.
Tenía veintiún años, recién venido de la mili, estuve solo dos meses pues me declararon excedente de cuota. Cuando vine, empecé a trabajar en el Casino de Béjar, que no de los Señores, porque Señores somos todos -dice seriamente-. Este Director tenía mucha experiencia pues había dirigido una cadena por toda España, el Hotel Bahía de Málaga, que por cierto ya lo han derribado y son todo pisos, el hotel Bahía de Santander, el Felipe II del Escorial, en fin una serie de ellos… Este señor se preocupó de traer una serie de personal de fuera, de Barcelona trajo dos recepcionistas, de Santander, una gobernanta de pisos, de Madrid, del Velázquez, y de Málaga, más personal. Piensa que éramos entonces cuarenta y dos, ahora mismo creo que hay dieciocho, este señor fue un gran director. -da un sorbo y saborea…- Quiso que me fuera a Alemania, yo entonces estaba soltero, tiraba la tierra, -insinúa-, pero ya andaba con novia… -se ríe-, ya conoces el dicho, tiran más dos… -nos reímos los dos-. Total que lo dejé, luego me quiso llevar a Madrid, tenía un restaurante de mucho lujo, el “Horcher” (o algo así), estaba en la calle Alfonso XII, al lado del Retiro. Y al final me quedé en Béjar. Fue un hombre que me enseñó mucho de hostelería, aunque la hostelería de entonces no se parecía en nada a la de ahora.
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- Tu alternas poco.
hace 15 horas 38 mins - Pues muy fácil. Que los
hace 1 día 8 horas - Berlanguiano. La pregonera,
hace 2 días 7 horas - Llano Alto.
hace 2 días 7 horas - También es muy agradecida
hace 2 días 7 horas - ¿Y tú qué querías? Venga
hace 2 días 10 horas - Guardas un minuto de
hace 2 días 19 horas - Que pasa con la Cerrallana
hace 3 días 9 horas - A mi me parece correcto
hace 3 días 16 horas - Si lo hacen porque lo hacen.
hace 4 días 9 horas
Mi mas caluroso reconocimiento a un excelente profesional y mejor persona y a su esposa, culpable también de la admiración y respeto que siento, por la calidad humana y el confort que siempre dejan a su paso. Un lujo para todos. Florito.
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