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Más cosas de la vida
Paisaje despues de la batallaLamento el oportunismo del tema de fondo, pero es que la actualidad va cargada y a tal velocidad de acontecimientos, que a uno no le da tiempo más que a tratar los temas que están en puro candelero. Me he preguntado muchas veces a propósito de barbaries humanas de actualidad cómo serán las 24 horas del día, los tipos que se dedican a inventar armas para que se mate la gente. Y no ya sólo a inventar lo fácil, sino lo sofisticado y enrevesado, que parece más cosa de enfermos.
Por ejemplo, los que hayan inventado las bombas de racimo o las de fósforo que los israelíes han experimentado sobre los palestinos de Gaza. Estas últimas son bombas para infundir terror y un daño muy estudiado. Ya no es que te maten, lo que quieren es joder lo más posible. Disculpen ese verbo, pero es que es la palabra, no encontraba nada más apropiado.
Explotan en el aire y caen en una lluvia de partículas, ardiendo cuando están en contacto con la piel, ¡y sin posibilidad de apagarse! (Pónganse por un momento en el pellejo de uno al que le haya caído encima este invento… ¿Ya?. Vale. Sigo). Las de racimo llevan una bomba principal, que explota dejando caer multitud de bombitas y que pueden explotar o no. Si explotan, pues eso: explotan y si andabas por allí, que andarías porque para eso te tiraban las bombas, te matan o te dejan herido. Pero si no explotan, se entierran para que si no te han matado, las pises y te dejen cojo para toda la vida. O si eres un niño, dado que son como pelotitas, la cojas entusiasmado y al ir a jugar con tus amigos, ¡pum!.
Clamar contra la barbaridad está tan visto que ya resulta hasta un tópico pesado en esta actualidad tan nuestra que se nutre de novedades, aunque sean trágicas. Por eso yo he querido ir al origen de la cadena de barbaridad a ver si le encuentro alguna respuesta y con eso hablar de estas cosas resulta menos tópico. Ya sabemos que los países son en sí mismos bastante malos, porque a la que pueden (todos) o les hacen poder, la lían parda, hacen una guerra contra otros, se matan encarnizadamente un tiempo, luego hacen la paz y un tiempo después, vuelven a pelarse de nuevo con otros o con los mismos. La Historia nos muestra este panorama tan decepcionante y sin dios.
Entre tanto pasarán los días y este hombre y su equipo se habrán levantado, besado y llevado a sus hijos al colegio, le habrán dado una limosna a un mendigo, habrán escuchado a Mozart, habrán asistido con devoción a los servicios religiosos un domingo y habrán sido amables con la anciana vecina señora Madelen o doña Trini, que ya digo que en todas partes cuecen habas, cuando ésta le haya ido a pedir un pimiento morrón que se le ha olvidado traer al señor Harry S. Willians del Drug-Store o al Sr. José María del DIA
Pero ¿y el sujeto que inventa apasionadamente las bombas?. Y ese tipo, ¿qué decimos de ese tipo?. Porque las bombas no se inventan solas, las inventa un tipo en un laboratorio ayudado de otros tipos, que saben también lo que están inventando. Y lo inventan primero y lo perfeccionan después y le van sacando cada vez más flecos terribles, que para ellos son sin duda superaciones en sus carreras hacia el Nóbel de algo o para ganar una cátedra o para subir más que otro con el que andan en competencia. Pero no crean que estos individuos son gente rara con rabo y cuernos como el diablo. ¡Qué va!. Los ves por la calle o en el parque y no dirías que ese señor estuvo meses devanándose el cerebro con un equipo para inventar cosas tan terribles.
Esos tipos por la mañana despertarán con un beso a sus hijos, que tendrán todavía en la memoria el cuento que les contó para dormirlos dulcemente por la noche. Querrán a sus hijos con locura como los queremos usted o yo. Les llevarán al colegio y cuando les vean caminar con la mochila a la espalda, con ese aire precioso que tienen los críos caminando así, sentirán que qué preciosa es la niñez y qué maravilloso el mundo de los niños, todo él. Y luego se irán al trabajo. Saludarán al conserje con educación y se detendrán un momento para preguntarle por su señora, que la han operado de piedras en la vesícula. Y el conserje se reiterará en lo que ya pensaba, en que qué amable es este señor, tan importante y tan famoso. Y a primera hora se reunirá, ya con la bata blanca puesta, en la que luce sobre el bolsillo una placa con un “Prof. Chapman” o “Darenport” o “Profesor Benitez”, que en todas partes cuecen habas. Sentados a una mesa, todos de blanco, como angelitos, el jefe del equipo irrumpirá con la solemnidad de los que son jefes de los demás: “Diga usted, señor Jhonsons ¿qué se le ocurre para perfeccionar la PSX-5alfa? (Evitarán llamarla “bomba”, porque para ellos no es una bomba, es la PSX-5alfa, que luego los políticos (¡¡ay los políticos!!) la convierten en “bomba”.
Pero son los políticos, que ellos han inventado la PSX-5alfa. Que quede claro). Y el lechuguino sapientísimo del equipo inventor de bombas –aunque a ellos no les guste la palabra-, que está aprendiendo lo necesario para dirigir algún día un equipo propio con el que inventar lo que se tercie, que era un monstruo en física, en química y en todo lo que se le cruzaba por medio, responderá: “Yo le pondría unas partículas de fósforo, que en contacto con la piel ardan y dejen la epidermis y la dermis del receptor (dirán receptor, nada de enemigo) que ni picado de viruelas”. “Parece una excelente idea, señor Jhonsons”, le responderá el amable jefe del departamento. Para sí mismo este eminente investigador, al oírlo habrá pensado que de ésta lo mismo le cae el Nóbel de Física y Química, que sería lo máximo para él, para su señora y para su madre, que como todas las madres, estará orgullosa de su hijo. Y desde ese momento se pondrán manos a la obra, para concluir su invento lo antes posible. Y lo harán así, tan tranquilamente, con el entusiasmo con que Ferrán Adriá se pone a trabajar en la deconstrucción del chorizo, el día que se le ocurra deconstruirlo.
Entre tanto pasarán los días y este hombre y su equipo se habrán levantado, besado y llevado a sus hijos al colegio, le habrán dado una limosna a un mendigo, habrán escuchado a Mozart, habrán asistido con devoción a los servicios religiosos un domingo y habrán sido amables con la anciana vecina señora Madelen o doña Trini, que ya digo que en todas partes cuecen habas, cuando ésta le haya ido a pedir un pimiento morrón que se le ha olvidado traer al señor Harry S. Willians del Drug-Store o al Sr. José María del DIA. Y por las noches les darán gracias al Señor como cualquiera por haberles concedido un día más de vida. Y el Señor, a cambio, no les dará dos leches bien dadas. No. No se las dará. Pasarán unos días y al final el jefe de proyectos presentará el invento en una reunión con señores trajeados, que también han despertado a sus hijos con besos y que en la intimidad tienen ratos de dulzura a raudales. ”Les presento la bomba de fósforo, señores. No se pueden imaginar como se puede joder con esto, si se ponen a ello”. El invento será acogido con entusiasmo por el consejo de administración de la fábrica de bombas, que garantizará un crecimiento de 30% para los próximos cinco años, en cuanto empiecen a colocarla por los países. “Excelente trabajo señor Dogherty, felicite a su gente”… “Y, dígame, señor Barrimor ¿están trabajando en algo nuevo?”. “Si, señor Dogherty, trabajamos en la idea de ponerle a esta misma bomba unas partículas de uranio que se activarán seis meses después de curadas las heridas del fósforo ardiente, creando una amalgama de tumores malignos cuya interacción entre ellos provocará un proceso canceroso con una duración de entre seis meses y un año”. “¿Quiere decir, señor Barrimor, que la población afectada, que preveo numerosa, va a necesitar médicos para el tratamiento?”. “Efectivamente, señor Dogherty”. “¿Y medicamentos para tratarlos hasta que se mueran?”. “Está usted en lo cierto, señor”. “Convóqueme una reunión con el ministro de Sanidad y Solidaridad para con los países devastados por las guerras, señorita Walas. Dígale que tenemos algo que le interesa”, dirá dirigiéndose a su secretaria, con tacones, medias de cristal y falda de tubo hasta la rodilla.
No hace falta decir que el señor Dogherty, el ministro, los subsecretarios y el mismo presidente y otros presidentes con los que ese presidente va a hacer negocio político-económico a través de las bombas de fósforo o de racimo o de lo que se les ocurra al equipo de inocentes científicos, se levantarán por las mañanas y besarán a los suyos, se llevarán las manos a la cabeza ante las tragedias de los telediarios y rezarán de corazón a Dios Todopoderoso, a Yahvé, a Alá o a lo que les haya dado por creer. Y si al salir a pasear al perro el sábado, en el radiante día de primavera, se encontraran a una entrevistadora de 18 años haciendo encuestas para sacar unas perrillas, le dirían con mucha seguridad: “Aspiro a un mundo mejor”, cosa que habrá dicho también, si se le puso por delante, en un programa de entrevistas a corazón abierto, cruzando las manos y hablando despacio como el que sabe lo que quiere y lo que necesita el mundo…
¡Qué rara es la cosa del ser humano! Usted me contestará: “¡Ya te digo!”. Si ha sido así, yo quiero rematar concluyendo: “Pues eso, ¡ay dios!” (Sí, efectivamente, dios con minúscula, no es una errata).
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Es posible que, como hace el Sr. Fabián, lo mejor sea ver las barbaridades de los hombres desde la perspectiva del humor, pues nombrar con gravedad la tragedia reiteradamente nos lleva a la monotonía y a la permisividad, llegándonos a acostumbrar a ella. También hace falta el humor ácido, como hace El Roto, para que se a la vez se nos derpierte la concienciación. Lo importante es que no dejemos de reflexionar y no está nada mal darse cuenta de todo el proceso y de que las bombas que matan y destrozan porque las inventan unos tipos que saben lo que hacen.Desde luego a mi el artículo me ha hecho pensar en ello y desde ahora en la próxima barbaridad me voy a acordar de los inventores. También me he reido con el fino humor para contarlo. No lo deje Sr. Fabián, nos despierta y entretiene. M.G.
Sin fabricar estas armas se tendrian que cerrar las industrias, que a la vez tienen muchos puestos de trabajo, y Ud, deberia de conocer estos datos. Yo propongo que nos instalen aqui industrias aunque sean de éstas, o Cementerios nucleares, que por lo visto ademas de dar trabajo, dan una pasta gansa. Para solucionar el problema de los invalidos que se quedan sin piernas o brazos por las bombas, montemos una, para fabricar aparatos ortopedicos. Fredi.
Su sentido del humor -supongo que será eso- me resulta repugnante.
Efectivamente es repugnante que alegando puestos de trabajo, se justifique cualquier barbarie. Fredi.
Estimado Fabián, ya sé que te gusta el lado poético de la vida pero la realidad es bien distinta, recuerda David derrotó a Goliat con una onda, es decir, utilizó la inteligencia.
Me gustaría saber si tu pensamiento sería el mismo si te vieras realmente en una trinchera quizás pensases de maneras antagónicas dependiendo del lado que te tocase defender.
Fabián, prefiero quedarme con tus ironías pero tus moralejas las considero erróneas e irreales.
Amigo Dick. No entiendo la relación entre lo que yo he escrito y lo que tú dices.Me gustaría que me lo explicaras mejor para poder responderte. Yo sólo quería, utilizando la ironía, reflexionar sobre algo cierto: que las bombas las inventan personas y las inventan para que hagan su efecto. Investigan para perfeccionarlas y que maten mejor. Ya sabemos mucho de los ejecutores, pero en ese caso quería reflexionar sobre los que las inventan y reconocer su responsabilidad en la cadena.... Pero tú me hablas de David y Goliat, que no sé lo que tienen que ver en esto, y también me hablas de ver las cosas desde diferente trinchera. ¿Desde qué trinchera tengo que verlo?, ¿Desde la del que para conseguir un premio Nobel quieres inventar una bomba como la fósforo?. Yo no quiero esa trinchera, no quiero ser uno de esos. No me interesa ese modo de vida. Si te refieres a la trinchera palestina o judía, eso es otra cosa y otra discusión, en la que lo escrito no participa. Pero si me preguntas te diré que en ese conflicto me duelen tres cosas: la falta de autoridad internacional, la brutalidad de unos y la macarrería de otros, estas dos últimas revueltas en un coctel sin solución de continuidad. Precisamente por eso hace falta la autoridad internacional... Pero esto es de otro artículo. Yo solo quería con ese escrito reflexionar sobre el tipejo que dice eso de: "Bueno, yo lo invento, luego en ellos está el tirar la bomba o no tirarla". Buena cosa, genio, buena cosa. Que decidan tirarla y te caiga a ti, a ver qué te parece.
Fabián
Bien Fabián, he vuelto a leer tu artículo por si lo hubiera interpretado mal, creo que no y espero aclararte aquello con lo que no estoy de acuerdo.
El ejemplo de David y Goliat era sencillamente para aclarar que la violencia es tan antigua como la humanidad y, en ese sentido, la humanidad siempre ha intentado servirse de los inventos más sofisticados a su alcance para acabar, someter, oprimir,.. al adversario.
Por otro lado, y sin defender ningún tipo de violencia (utopía mía), no se puede descargar toda la responsabilidad de todas las barbaries en quienes inventan los artilugios para realizarlas. Para mí, es tanto como decir que los responsables (culpables) de la ejecución de un reo son el inventor del artilugio y el verdugo, mientras que el resto de la sociedad tan feliz y de rositas y en esto, da igual que sean países totalitarios o democráticos. A las pruebas me remito.
Creo que desgraciadamente esa es la realidad en este planeta desde que la humanidad existe. Creo que todos somos culpables pues de alguna manera contribuimos a que haya personas que se dediquen a inventar esos artilugios horribles, por ello, esas personas forman parte de nuestra sociedad e incluso son bien vistos y respetados, como tú bien manifiestas en tu artículo, pero yo, personalmente, no soy quien para juzgarlos y condenarlos si previamente no asumo mi parte de responsabilidad como ciudadano.
Dick, me aclaras lo que querías decir y ahora te entiendo mejor, pero no comparto lo que dices.Diluir tanto las responsabilidades es como decir que tengamos resignación con lo que nos pasa, aunque sean barbaridades, que es que todos somos imperfectos y nos comportamos como tales. Ya sé que somos de esta manera, que no somos perfectos y que tenemos una neurona retorcida que cundo se activa produce grandes males. Pero no es lo mismo que a mi se me active por la mañana y le dé una mala contestación a un compañero de trabajo a que me dedique a inventar bombas. El efecto es lo que permite la evaluación y el comentario. Yo no puedo justificar desde ningún punto de vista que un tipo viva de inventar maldades potenciales como las bombas, las cuales pone en manos de tipos que por unos determinados intereses las lanzan contra otros y les destruyen todo y les matan, sabiendo como saben que solo hay una vida. Si no las inventaran, esos tipos que deciden cosas en nombre de los demás no las lanzarían. Se insultarían, pero no se correrís el riesgo de lanzarlas en el sitio inadecuado (si es que hay alguno adecuado). ¿Crees realmente que no tiene responsabilidad el que la inventa?. ¿Es tan inocente como tú y como yo?. En el supuesto de que propusieran inventar una bomba más sofisticada y mortífera que las que haya hoy, ¿aceptarías el encargo?, ¿dirías que como la violencia es una cosa muy antigua que pa´lante?. Yo les diría que no y creo que mucha gente, muchísima también. Ni por mucho dinero, ni por el premio más alto...No.
Puede que la violencia sea un componente humano y que ande desde siempre donde andamos los humanos. yo no me voy a resignar a aceptarlo así de facilmente cada vez que haya una guerra, me toque o no me toque a mi. ¡Me tendré que rebelar con la palabra, que es con lo único que puedo! No es bueno tomarlo con resignación porque es una forma de aceptarla. Debemos luchar contra eso que está en nosotros, porque se puede eliminar o por lo menos rebajar bastante de ella.
En cuanto a las responsabilidades de todos en los conflictos, puede que tengas razón, pero hay que concretar, hay que saber en qué cosas, porque no de todo somos responsables todos. Yo creo que diluyes la responsabilidad, lo dices como si todo fuera inevitable, del destino, del "creador" y a mi eso no me vale, con todos los respetos para quien le valga. A veces somos muy tontos, nos dejamos engañar y manipular, somos muy egoistas... en fin de perfectos nada. Pero no eso no significa que cada cosa que pase en el mundo tengamos que verla como que somos responsables todos. Yo no me siento responsable del conflicto de/por Palestina. Para nada. Serán dos paisaes que se llevan a matar, los que les ayudan a pelearse con no sé qué intereses. Y también el que inventa las bombas, que lo hace para que cuando dos se enfadan, además tengan la posibilidad de matarse, y no sólo eso, sino también de jorobarse mucho hasta que le llegue la muerte. Contra eso iba como integrantes de la cadena del horror.
Fabián
FAbian a parte de los palestinos, que opinas de la Covatilla, de la estación de esquí y de temas de Béjar ?????
Me dices que qué opino de la Covatilla y de los temas de Béjar. Es muy largo para un comentario aqui. Tendría que ser objeto -quizá- de un artículo. De la Covatilla opino que es una fuente de ilusión para Béjar en un momento de mucha depresión, la típica por la pérdida del orguillo que le había hecho orgullosa: la industria textil. Béjar tiene derecho a ilusionarse pero sin caer en locuras. No me gustaría que Béjar se agarrara a la Covatilla como esa gente que ve que no se casa, que se se está pasando la edad y lo hacen con el primero/a que les guiña un ojo. Está bien sacarse si uno se quiere casar, pero o te casas por amor o ver cada dia muchas horas al mismo o a la misma te arruinará la existencia. Béjar necesitaba enamorarse urgentemente y apareció la Covatilla. Muchos tuvimos preocupación por ello, sabiendo como sabemos que la gente se ciega con las cosas y arremete con lo que haga falta cuando está deseperada. Ese temor lo sigo teniendo. No me gustaría que el éxito que tiene por ahora lleve a la presión por ampliar y ampliar y hacer la sierra una pista de esquí. Habrá que tener fuerza de voluntad y saber donde se pone el límite para no romper con el otro valor del sitio, el del paisaje. No puede ser el esquí y nada más. Puede ser el esquí y otras cosas. Debe ser. Béjar ha tenido dos posibilidades con mucho potencial siempre: el paisaje y el patrimonio histórico. El patrimonio histórico ha sido menospreciado desde hace mucho tiempo. Ya queda muy poco. Pocos vendrán expresamente a ver la ciudad por su patrimonio y por salir satisfecho y contarlo de la visita, como por ejemplo sucede en Candelario (a mi me lo reprochan por ahi, cuando saben de donde soy). Nos queda el paisaje. Hay que mimarlo y no entregarnos en cuerpo y alma a lo primero que se nos ponga a tiro con tal de recibir unos besos apasionados. Hay que pensar en el futuro, en la convivencia, que la pasión de los besos solo dura un rato y luego hay que verse a la hora de comer y por la noche y desayunar por la mañana... ¿Me entiendes?. Mi (modestísima) opinión es que Béjar debe apostar por un desarrollo sostenible, sensato, digno con sus posibilidades, y no perder la cabeza por la novedad y la euforia de algo que hoy está funcionando bien, pero no sabemos cómo teminará y cómo puede cambiar. ¿He respondido?. Un saludo. Fabián
Bueno Fabián tú en tu postura, que sigo pensando que es errónea, pero para mí tan abominable puede ser el que se dedica a inventar esos artefactos como el que, actuando entre bastidores y sin mancharse las manos, incentiva, motiva, considera,... al que tiene esa malvada cabeza pero capaz de semejantes inventos y si la sociedad que permite esto además aplaude - en general- estas acciones pues tenemos el mundo en que nos ha tocado vivir.
Por favor no me menciones al creador que para mí es intranscendente su existencia pues, como tú bien dices en un artículo anterior, debe andar muy ocupado, a lo suyo, creando otros mundos y de este ya se ha olvidado.
Bueno ha sido un placer intercambiar opiniones contigo.
Un saludo.
Estoy de acuerdo contigo en que esos tipos a los que yo aludía no son lon únicos responsables, ni los que más. si se entiende así al leerlo, es que lo he expresado mal. ¡Claro que hay una cadena de responsables!. Estos tipos, con sus ambiciones particulares la empiezan pero otros son que hacen el resto. No pretendo exculpar a nadie que tenga alguna responsabilidad. En este caso yo hablaba de esos tipos, porque parece que no existan, pero por supuesto que pienso en todos los demás, lo que pasa es que la mayoría de los demás son como más evidentes y estos están más ocultos y tienen mejor prensa como científicos locos. Nada más era eso.
Y lo de la alusión al creador ¡hombre, es de coña!, ya se ve que si existiera no anda muy preocupado de nosotros, debe estar en cosas más importantes.
Fabián
Aunque el tema puede dar mucho más de sí seguro que si un día nos encontramos estaremos muy de acuerdo el el tema que has planteado.
Fabián, ha sido un placer leer tus artículos y te animo a seguir con tu ironía.
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