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Greguerías en el Ayuntamiento de Béjar. Y cuarta. El virus (microbio o bacteria) municipal
Alberto Segade Illán
El Ayuntamiento de Béjar tiene un presupuesto de casi quince millones de euros, de los cuales más de la mitad, unos ocho millones, se aplican a gastos de personal. Según la Memoria de la Cuenta General de 2023, mantuvo ese año un total de 278 empleados (59 funcionarios, 40 laborales fijos y 117 como personal contratado). La Corporación se administra a través de cuatro áreas de gobierno, con sus respectivas comisiones informativas, que atienden a 101 ámbitos de actuación, Cuenta, además, con el Patronato Municipal de la Vivienda y Urbanismo, 24 representantes en diferentes órganos colegiados, numerosas dependencias deportivas, bienes industriales, culturales, turísticos y monumentales.
Esta gran maquinaria administrativa, que incluye departamentos técnicos, jurídicos y económicos, es la que ha sido capaz de engendrar sinsentidos como las `facturas impagables´, el servicio municipal intermitente de autobús o el `Plan mutante´. Podría seguir con más disparates o desatinos por el estilo, como la caótica gestión de los museos, el eterno sainete de El Bosque, las repetidas penalidades presupuestarias en un ayuntamiento que todos los años cierra el ejercicio con superávit, los puestos de trabajo hereditarios (en una institución pública), la costumbre de negociar con empresas interesadas en algún tipo de concesión antes de redactar y publicar un pliego de condiciones, el impago, durante años, de las cuotas de la comunidad de vecinos en las instalaciones de la emisora municipal… Sería un tema casi inagotable, pero creo que, con lo expuesto hasta ahora, basta para encarar con datos objetivos esta última entrega a modo de corolario.
Con la ciudad cayendo en barrena, nuestro Ayuntamiento está atascado. A pesar de contar con los medios necesarios (tanto a nivel humano, como material y económico) es incapaz de cumplir con eficacia los fines propios de la institución, mucho menos de impulsar la actividad socio-económica de Béjar, y cada vez que toca una cosa la estropea. Con algún altibajo (pequeñito y breve) la gráfica de los últimos treinta años da vértigo sólo por verla. Durante este tiempo han gobernado diferentes partidos o coaliciones, pero ninguno ha sido capaz de dar con la tecla y revertir la tendencia.
En un capítulo anterior me referí con ironía a la posible existencia de un virus administrativo maligno en las dependencias municipales y, en cierto sentido, creo que así es. Basta con preguntar a cualquier persona que sea, o haya sido, concejal o alcalde. Todos responderán de manera parecida: no hay quien pueda con la burocracia. En nuestro Ayuntamiento ninguno de los cargos esenciales (secretaría, tesorería e intervención) ha sido ocupado desde hace décadas por funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional (no sé si porque nadie quiere venir, o porque no se quiere que nadie venga). Este es un detalle que me parece oportuno señalar, pero no creo que en él (o solamente en él) resida la cepa del virus (o quizá bacteria).
Como señalé en un principio, la Corporación atiende a 101 ámbitos de actuación, cuyo análisis de eficiencia, coste económico y utilidad pública, arrojaría en gran parte de los casos una calificación muy negativa (es posible que me anime a hacerlo y publicarlo, pero sería todo un volumen) y en esto no toda la culpa es de los políticos, aunque sí la responsabilidad por no haberlo solucionado al llegar. A lo largo de mi carrera profesional he tenido oportunidad de conocer bien otros ayuntamientos en tres comunidades autónomas y alguno de ellos funcionaba como un reloj suizo, independientemente de que gobernaran verdes, azules o colorados.
Si quien tiene que aplicar los remedios oportunos no lo hace, o lo hace mal, la situación va empeorando con el tiempo y en los momentos actuales, con fiebre, palpitaciones y sudores fríos, el paciente está a punto de entrar en cuidados paliativos. El bochornoso espectáculo al que hemos asistido en los últimos Plenos, no es más que una pequeña parte de todo lo que se esconde tras cada puerta en las dependencias municipales. Pero, sentado lo precedente, no se puede eludir el papel que, a lo largo de las sucesivas legislaturas, han jugado en la partida nuestros representantes políticos, quienes, lejos de poner orden en el gallinero, parecen haberse contagiado con el mismo microbio desde el primer instante tras su entrada en el edificio que, otrora, fue cárcel (A lo mejor, la cepa maligna reside allí desde entonces).
Por esta razón, la principal culpa (prácticamente toda) tendremos que atribuírsela a los que gobiernan y mandan (o han gobernado y mandado). Ellos son (y han sido durante todo este tiempo) los designados por la ciudadanía para administrar, en su representación; los quince millones de euros del presupuesto, sufragado por nuestros impuestos, y la explotación de los bienes públicos. A ellos corresponde organizar de la manera más eficaz las tareas municipales, amén de comprobar su buen desempeño. Por supuesto, en ellos reside la última responsabilidad del buen funcionamiento de los servicios y de la adopción de decisiones encaminadas a solventar los problemas que se presenten y que no puedan ser resueltos por los técnicos. Y, sobre todo lo demás, procurar que la sociedad civil pueda emprender su proyecto empresarial, o de vida, con garantía de seguridad jurídica.
El párrafo anterior se refiere a lo que, normalmente, se debe gestionar en cualquier ayuntamiento. En el caso de Béjar, sin embargo, se le ha atribuido también el papel de promotor empresarial y económico, dejando en sus manos el futuro de la ciudad. Aquí fallamos nosotros, porque le estamos pidiendo algo que no puede hacer. Al margen de que esta institución no está diseñada para este cometido, en nuestro caso interviene también la enfermedad vírica y, por estas dos razones, los resultados no pueden ser más decepcionantes. A lo mejor tendríamos que reflexionar también sobre esto.
Antes de concluir es preciso dejar a un lado las hipérboles y las ocurrencias semánticas y llamar a las cosas por su nombre. Los virus, bacterias y microbios que campan por nuestro Ayuntamiento tienen nombres y apellidos: mucha incompetencia; ineficacia, cercana a la inoperancia; laxitud o rigidez en las formas según convenga, siempre en perjuicio del administrado; pereza administrativa y escasa o nula capacidad de diálogo constructivo. Que cada cual atribuya estas valoraciones, según su propio criterio, a los diferentes integrantes del Consistorio.
Como ya he dejado escrito, los responsables de corregir todas estas lacras y convertirlas en capacidad, conocimiento, eficacia, diligencia, respeto estricto a la norma, y voluntad constructiva; son los que nos representan en la municipalidad, pero, como se comprueba, lo único que hacen es echarse las culpas unos a otros de un desastre, que ninguno niega, pero nadie asume.
Nos queda media legislatura por delante con un gobierno municipal en minoría y una oposición con mayoría, a la que la Ley impide plantear una moción de censura (o convierte al Alcalde en incensurable). Esto no tendría que ser necesariamente malo, porque podría llegarse a acuerdos sobre propuestas correctamente fundamentadas y proyectos bien argumentados y redactados. Pero, como no es así, se produce un bloqueo que en nada beneficia a la ciudadanía. ¿Estamos condenados, entonces, al fracaso general de una ciudad que se desangra sin remedio?
Siento llegar al final de la crónica sin poder responder con claridad a esta pregunta. Sin embargo, después de comprobar que un ayuntamiento sólo puede ser disuelto (solución drástica pero efectiva) por el Consejo de Ministros o la Comunidad Autónoma, tras informes preceptivos del Senado y la Comisión Nacional de Administración Local, me quedan todavía dos años para pensar la respuesta.
Alberto Segade Illán. Cinco de agosto de 2024.
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Alberto, hay una solución sencillísima que no te atreves a formular (como quien tira la piedra y esconde la mano). No me refiero a los males atrasados, sino a los de esta legislatura vergonzosa: que el alcalde dimita y el Concejo se reorganice mediante acuerdos debatidos y compartidos, con cesiones mutuas y el objetivo común de beneficiar a la ciudad o, por lo menos, de no perjudicarla. El alcalde actual no puede seguir sin dar ni media explicación sobre sus asesores-inversores ni tampoco tratar de escurrir el bulto a base de fotos y saraos festivos en los medios, haciéndole la ola en La Facheta y en las tertulias de la radio federica. Como se decía en los ochenta: "la cagaste, burlancáster", así que tendrá que apechugar por el despropósito, por traicionar a una parte de su electorado (los más cafeteros seguirán haciéndole la ola) y por la nefasta gestión de lo público. Insisto: que dimita y deje sitio a otro que lo pueda hacer mejor, porque peor ya es imposible. José Muñoz Domínguez
Sí, lo había pensado y tienes razón en que falta mencionar esa alternativa en mi escrito. Pero, creo que la dimisión del alcalde no solucionaría nada, porque se mantendría el desequilibrio de mayorías, ante cualquier votación para una nueva investidura y seguiríamos con lo mismo.
Por eso barajé la posibilidad de que el Ayuntamiento se pudiera disolver y acudir a elecciones anticipadas, pero no se contempla esa posibilidad (o sería muy lenta y remota) en la legislación vigente.
Como llego a señalar, el alcalde es `incensurable´ legalmente. Y en el caso de que dimitiera, la nueva investidura la ganaría el designado, o designada, por la coalición gobernante, que no tiene mayoría en el Pleno, pero sí la tiene para investir al alcalde (o alcaldesa). Esto es lo que yo creo, salvo opinión mejor fundada.
Si Luis Francisco dimitiera al completo y se fuera a su casa, tomaría su lugar el siguiente en su lista, con lo que seguiríamos igual. O eso es lo que a mí me parece, ya dije antes que aceptaré que alguien me saque del error si me equivoco. Además, lo haré con gusto, porque así encontraremos una vía de solución a nuestro problema.
Debo confesarte, estimado Pepe, que lo tenía escrito en el borrador, pero lo corté porque me parecía que es un tema ya debatido y el texto se podría alargar demasiado (De hecho, en esta cuarta entrega me he pasado de los límites que me había autoestablecido).
De todas maneras, te agradezco tu oportuno e inteligente comentario, así me has permitido añadir esta postdata, que, ciertamente, le faltaba al artículo.
Por otra parte, te aseguro que yo no suelo ser de los que tiran la piedra y esconden la mano. En mi crónica he procurado (aunque no sé si lo he conseguido) utilizar datos objetivos, conceptos, actitudes, comportamientos, funciones orgánicas y otras referencias, evitando menciones personales; para analizar el momento actual del Ayuntamiento en su conjunto y dejando que el lector atribuya el papel de buenos o malos a quien le parezca oportuno. Pero intento dejar por sentado que, si el actual gobierno municipal, incluso en minoría, hiciera bien sus deberes, las propuestas y proyectos saldrían adelante y el consenso en los temas que más importan a la ciudad sería posible. Luego está todo lo demás, los virus, las bacterias y los microbios.
Te recuerdo, para finalizar, que ya hace meses expresé públicamente mi opinión de que, ante su gobierno en minoría, el Alcalde debería dimitir y propiciar una nueva mayoría para salir de la situación de bloqueo, pero lo dije antes de consultar fuentes y llegar a la conclusión más arriba expresada. Acerca de la cual, insisto, me gustaría estar equivocado.
Alberto Segade Illán.
No me refería a las posibilidades estrictamente legales, que expresas perfectamente, sino a un acuerdo entre todos, de consenso, un "pacto entre caballeros", como se decía antaño (pero que hoy podrá parecer una forma un tanto machista de decirlo, entre otras cosas porque hay varias mujeres en el Consistorio). En definitiva, algo así como: el alcalde dimite, nos ponemos de acuerdo en quién podría sustituirle (el mejor aceptado por todos) y seguimos con los acuerdos punto por punto, cediendo cada parte en lo que tenga que ceder, tragando sapos unos y otros por el bien de la ciudad y sin entrar en los temas más controvertidos o de rango más ideológico. Que lo intenten al menos, joder. Pepe Muñoz
Es asunto está complicado, Pepe, porque si no son capaces de ponerse de acuerdo en el ámbito institucional del municipio, que refleja la representación de la ciudadanía a través de los partidos políticos, difícilmente lo podrán hacer de otra manera. Es más, Sencillamente no podrían, porque los votos son para el partido, no para cada concejal. Otra cosa sería si la representación municipal se estableciera con listas abiertas, así cada concejal electo tendría los votos que corresponden a su persona. La Ley antitransfugismo, además, pone un cerrojo a cualquier tipo de deserción y cambio de bando que pudiera modificar la mayoría de gobierno.
Esto es lo que sucede en Béjar. Mientras PP y Vox mantengan su coalición, tendrán en sus manos la alcaldía aunque, con minoría para votar cualquier asunto en el Pleno, prácticamente no puedan ejercer las funciones de gobierno.
Ahí está la clave, mientras PP y Vox sigan sumando sus votos (para no poder gobernar), todo seguirá igual. Si Vox o PP rompieran su acuerdo y alguno votara a favor, o se abstuviera, en una hipotética moción de censura, podría haber un nuevo gobierno municipal esta vez con mayoría para poder gobernar con normalidad.
¿Qué sería lo mejor para la ciudad? ¿Seguir como estamos, o intentar otra fórmula que permita la gobernabilidad del Ayuntamiento? Si priorizamos el bien para Béjar la respuesta está clara, si lo único que queremos es mantener los sillones, también.
Tenemos el cenizo (o el gafe, como el autobús municipal que se ha vuelto a averiar nada más pasar la ITV) Un gobierno municipal palmariamente incompetente, pero blindado por la Ley hasta ser `incensurable´.
Béjar se enfrenta a un nudo gordiano, el más intrincado y apretado de todos, que puede terminar de asfixiarla.
Con un montón de urgencias y problemas por resolver, en una situación límite de sangría poblacional y con escasas posibilidades para nuestros hijos y nietos en la ciudad que les vio nacer.
¿Qué habremos hecho para merecernos esto?
Se me había olvidado añadir en el comentario anterior que la opción del `pacto entre caballeros´ que propones, no tendría cabida en el ordenamiento legal actual por lo señalado en el mismo. Sí que sería factible un `pacto entre partidos´, con reparto entre todos de las delegaciones de gobierno y acuerdo general para la gobernabilidad, pero no parece posible.
También se me había olvidado la firma.
Alberto Segade Illán.
Quizá no lo expliqué bien: ¿de verdad no sería posible un acuerdo entre todos con un nuevo alcalde salido de la lista del PP? Pero alguien que concite más apoyo (o menos rechazo) que el alcalde actual, claro, un "borrón y cuenta nueva" dentro del mismo equipo de Gobierno bajo un pacto o acuerdo con el resto de representantes en las líneas básicas que dije antes. Eso es legal y, si alcanzan ese acuerdo, también sería posible. Pepe Muñoz
Te compro la idea. Tendríamos, entonces, la posibilidad de que Rubén Martín Colorado, como segundo de la lista de candidatos, sucediera a Luis Francisco Martín tras su dimisión. Y los otros partidos lo apoyaran como alcalde.
Es difícil (mucho), pero no imposible, En primer lugar este candidato tendría mucho a su favor, por su preparación y talante, además ha sido (o todavía lo es) deportista y está acostumbrado, por tanto, a marcarse metas y objetivos y conoce de sobras que solamente se consiguen con esfuerzo, estudio, sudor y empeño hasta el último minuto, trabajando en equipo. Durante la primera mitad de esta explosiva legislatura ha llevado a cabo sus funciones sin destacar por nada, como los buenos árbitros.
Haría falta, primero, que Luis Francisco dimitiera (cosa que le aconsejaría, si fuera mi hermano) y después que Rubén accediera. A continuación, Vox tendría que salir de la foto, o aceptarlo con su abstención. Luego tendrían que apoyarle los partidos actualmente en la oposición.
Ya digo que imposible no es. Mucho menos si se engrasa el pacto con un programa de gobierno consensuado entre todos y hay concesiones para una gobernabilidad conjunta.
Rubén sería un buen entrenador para un vestuario tan complicado y quizá pudiera organizar al equipo para ganar la liga, o evitar el descenso (que es lo que también interesa a los propios jugadores). Porque si llegan a ser campeones (o salvan la categoría) lo celebrarán todos juntos montados en el mismo autobús (perdón, creo que ya lo he gafado) y aclamados por la afición.
¿Qué le parecería esta solución al resto de la ciudadanía?.
Que lo digan en sus comentarios, porque de la discusión (civilizada) siempre sale la Luz. Y enhorabuena Pepe, eres un clarividente.
Alberto Segade Illán.
Yo diría que es simple sentido común, tal como están las cosas. De Rubén tengo buen recuerdo como vecino del barrio de "Los Prados" y puede ser un posible candidato. Mi propuesta no iba dirigida a nadie en concreto: aquél que concite menos rechazo de todos, o mayor acuerdo, y puede ser el segundo de la lista o el tercero, o el cuarto, el que sea, con tal de que el conjunto de los demás representantes municipales lo vean como alguien capaz de dialogar, quizá también liderar y, sobre todo, de favorecer acuerdos en los asuntos más básicos. En fin, que opine la gente. Pepe Muñoz
Pepito sentando câtedra
Esto es lo que se ha propuesto desde el primer momento, que dimita el que la lio y pase a ser alcalde el segundo de la lista,y en esta situación, si se necesitaria el apoyo de todos para ayudar a Rubén, y no soy precisamente del PP pero llegados a esta situación o se levanta entre todos, o no hay nada que hacer .cuando digo entre todos no meto en la ecuación al Alcalde Luis Francisco
Te escuche en la Arradio, Pero no acabamos de abordar el porque de esta situación, y porque el Alcalde esta en minoría, hay mucha gente que nos visita que no sabe realmente lo que paso y conviene recordarlo porque no es cosa menor. Hay que decir bien claro y bien alto que el Alcalde esta en minoría porque metió unos asesores inversores investigados por blanqueo de dinero en Chile y que eran de su máxima confianza, confiaba mas en ellos que en sus propias concejalas,y al día de hoy no sabemos cuales eran sus pretensiones, pasamos de puntillas a comentarios dichos en pleno como COVATILLA MATADERO E INVERSORES, me parece un tema muy turbio y no aclarado como para pasarlo por alto, y no darle la importancia en la Arradio que se merece, y esto no puede caer en el olvido.
Lamentablemente el señor de la Arradio,y sus tertulianos, les parece poco menos que una trastada de adolescente rebelde, y no..ni es trastada ni es un adolescente, es un señor que en estos momentos nos esta jodiendo la vida a muchos bejaranos, y no hay mas culpables que el, jamas voy a culpar a las concejalas por decir no a los asesores,ni a la oposición por hacer su labor de oposición,,,y fijate lo que te digo a alcalde solo le puede hacer reflexionar el señor de la Arradio, haciendo periodismo de verdad,porque hasta ahora el tema lo trata como una trastada,y las malas son las concejalas y la oposicion
En la Arradio Federica y en La Facheta de Salamanca se dedican a lavarle la cara y a hacerle la ola, lo que siempre se ha conocido como trato jabonoso al político de la propia cuerda o descarada felación mediática: por ahí no creo que se pueda hacer nada, pero hay mucho margen de presión ciudadana en otros medios menos cafeteros, en los plenos, etc. Lo importante es que la gente no se calle y pida lo que es suyo, en este caso un Ayuntamiento responsable, decente y representativo. José Muñoz Domínguez
La deserción de las dos concejalas, nada más comenzar la legislatura, es una señal de que hubo cuestiones habladas que no se respetaron o asuntos no hablados que se cruzaron sobre los compromisos adquiridos. Cuando alguien se marcha de un partido, o de un grupo municipal, dando un portazo, es porque se siente agraviado. Si el agraviado es el que ostenta el poder orgánico, se produce una `falta de confianza´ que, generalmente, conduce a un expediente previo a la expulsión del partido. Yo creo que aquí ha pasado lo primero.
El quid de la cuestión está en los motivos del agravio (porque las consecuencias ya las conocemos). Todavía no sabemos qué pasó con los `asesores´ y no hay señales ni noticias sobre la comisión de investigación aprobada en Pleno (¿alguien sabe algo?).
Cuando esa comisión haga público su informe, tendremos datos y testimonios para medir el tamaño y conocer el peso de las responsabilidades de cada cual. Pero no estoy seguro de que ese documento llegue a redactarse.
Alberto Segade Illán.
Yo lo veo mucho mas fácil, la deserción de las dos concejalas y sobre todo de la primera que se fue.Si tu alcalde esta sospechosamente demasiado tiempo con un extraño al cual le da carta blanca para que mire todo lo que le de la gana por ayuntamiento,y tu tecleas el nombre del sujeto en google pues no te sale nada bueno, tu pides explicaciones y el alcalde te dice que te calles, bueno,, pues unos se han callado y otros no han tragado. O quizás había que haber mirado para otro lado? Ese es el quid de la cuestión.La pregunta es sencilla Que hacia ese asesor y que pretendía hacer con el Alcalde. Una de dos , o el alcalde es muy tonto y no sabe a quien mete en el Ayuntamiento dando carta blanca a un desconocido, que ya es motivo de dimisión o tramaba algo que también es motivo de dimisión. Pero la realidad INCUESTIONABLE es que ha habido un asesor inversor medrando por las dependecias del ayuntamiento.
Y otra pregunta que deberíamos hacernos en que situación estaríamos si ese asesor hubiera seguido en el Ayuntamiento, y aqui podemos especular lo que nos de la gana ya que no ha habido ninguna explicación del asunto.Para mi las agraviadas son las Concejalas que han sido amenazadas y que su ALcalde se ha puesto del lado del que amenaza.
Una preguntita sobre las facturas sin pagar.Entiendo que esas facturas son rarunas,y que el alcalde quieren que se aprueben en pleno por todos,entiendo que el tiene capacidad para firmarlas el solito,pero como son rarunas y alguien denuncia,y como ya estuvo condenado no podria ir a la carlcel? Y por eso quiere que vayan firmadas por todos..quizas este diciendo un tonteria, pero no se porque ese empeño de que paguen las factura la oposición, si con un decreto o algo las puede pagar el solito.
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