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Greguerías en el Ayuntamiento de Béjar. Tercera. El Plan mutante (y sus sucesivas metamorfosis)
Alberto Segade Illán
Hace cinco años y ocho meses, a primeros de diciembre de 2018, desde el Ayuntamiento de Béjar se anunció la puesta en marcha de un Plan de Reindustrialización para la ciudad, a desarrollar durante 2019 y hasta 2021, con tres objetivos concretos: ampliar el suelo industrial, habilitar líneas de financiación y poner en marcha un proceso de asesoramiento y orientación para emprendedores.
El 2 de diciembre de 2021, sin que se hubiera realizado nada de lo previsto, el Plan cambió de nombre y pasó a llamarse Plan Territorial de Fomento, también amplió sus `actuaciones´ (así las denominaron) hasta el número de ocho, añadiendo el impulso de la ETSII de Béjar como centro tecnológico de referencia, el aprovechamiento de los recursos endógenos, la mejora y ampliación de la estación de esquí, la puesta en marcha de cursos de formación profesional y la declaración de especial trascendencia y urgencia (D.E.T. y U.) para todos los proyectos e iniciativas derivados del Plan.
Tras esta primera mutación, el Plan siguió pululando por los despachos de diferentes Administraciones, adaptándose a sucesivos hábitats tras los cambios políticos y recabando asignaciones presupuestarias hasta un total de casi cinco millones de euros. Es decir engordaba en todos los sentidos, pero no se movía mucho, a riesgo de quedar anquilosado. Las posibles `actuaciones´ permanecían a la espera, calentando en el banquillo mientras pudiera surgir algún proyecto al que aplicar la D.E.T. y U.
Mientras tanto, llegó la fecha en que caducaban las ayudas previstas en el Plan (por segunda vez) Esto obligó a una urgente transfusión presupuestaria que le permitiera seguir con vida. Así la criatura pudo seguir mutando y tras haber desarrollado un nuevo órgano en forma de Centro de Concentración Deportiva en Altura en La Covatilla, que tras atrofiarse al cabo de pocos meses, dio lugar a una nueva extremidad llamada `trineo ruso´. Aunque, recientemente, se ha anunciado la posibilidad quirúrgica de amputar el trineo ruso y sustituirlo por un hotel en El Bosque, o quizá se aprovechen los despojos del Centro de Concentración Deportiva, para injertar en ellos el hotel de El Bosque.
Entre otros pequeños cambios evolutivos este curioso espécimen administrativo, continuó su desarrollo mostrándonos diferentes pelajes según soplaban los vientos electorales. Recomiendo a los interesados en este tipo de fenómenos burocrático-políticos que consulten la hemeroteca para seguir con detalle las diferentes metamorfosis de tan curiosa criatura. A mi ya casi no me queda espacio.
Me interesa mucho más analizar las circunstancias que han promovido la existencia de este ser ramificado, capaz de mantenerse vivo sin apenas darnos fruto; porque solamente ha llevado a cabo una actuación, que yo sepa: los nuevos laboratorios en la ETSII que se inauguraron el pasado mes de febrero y ahí están, para quien quiera utilizarlos. Un millón de euros, quedan por lo tanto, cuatro, colgados en sus ramas esperando florecer.
Llevamos casi seis años escuchando los aleluyas de nuestros representantes políticos, que traen millones de euros para Béjar y nos rebozan el Plan de Reindustrialización por la cara. Pero no son capaces de hacerlo efectivo. A lo mejor, lo más sensato hubiera sido comenzar por decidir lo que se necesita hacer y tenerlo proyectado y presupuestado antes de pedir dinero. Yo creo que se ha hecho al revés, se ha `conseguido´ dinero (lo entrecomillo, porque en esencia solo se trata de aplicar fondos disponibles) y después se ha comenzado a pensar y discutir que se puede hacer con él.
Hemos estado a punto, dos veces, de perder las subvenciones y, si todo sigue igual, las acabaremos perdiendo. Pero esto no parece preocupar demasiado en nuestro Ayuntamiento, donde la mayor parte del tiempo y los esfuerzos se dedican a las facturas impagables y el servicio municipal intermitente de autobús (léanse las dos primeras entregas de esta crónica) Tendremos que esperar a que haya nuevas elecciones.
Estoy comenzando a considerar muy en serio, que en el Ayuntamiento de Béjar reside un virus (o quizá bacteria) que contagia de enfisema administrativo a cuantos expedientes pasan por sus despachos y grupos políticos. Sin duda el Plan mutante, debe sus transmutaciones enfermizas a esta contaminación. Espero que el mal no se transmita al resto de las Administraciones por donde ha circulado.
Alberto Segade Illán. Tres de agosto de 2024.
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- Gracias por el texto
hace 20 horas 43 mins - He aquí el artículo
hace 1 día 9 horas - No he podido acceder al
hace 1 día 11 horas - Aunque sea un hecho
hace 1 día 11 horas - No domino temas históricos
hace 1 día 19 horas - No sé si será oportuno o
hace 2 días 18 horas - Créame que estoy de acuerdo
hace 3 días 11 horas - Igual que se hacen tesis
hace 3 días 16 horas - Según el texto de la
hace 3 días 16 horas - Hay cosas que no entiendo de
hace 4 días 14 horas
Lo de siempre planes rimbombantes mucho ruido y pocas nueces.
El Ayuntamiento de Béjar es un auténtico desastre desde hace décadas, cualquier pueblo de alrededor hace inversiones públicas inteligentes.
Además padece problemas comunes de la España vaciada, y la que está en tierra de nadie como Salamanca, León Zamora.
Por si fuera poco en los últimos días nos han colado la jubilación a los 70, y un sistema fiscal aún más injusto que agravará más las tensiones territoriales, la pobreza, más de una generación que solo tiene una salida hacerse funcionario, porque no va a cotizar ni de coña lo establecido. A parte de que es una barbaridad
Mientras tanto nos entretienen con planes sin dotación presupuestaria para hacer hoteles y cargarse el poco patrimonio de categoría que queda y los otros con frases de puro anuncio como:"al menos no gobierna la ultraderecha".
Las verdaderas infraestructuras, y servicios públicos que se necesitan para cuando estemos todos muertos.
Afortunadamente viene una generación que creo no se la van a dar con queso, por muy criticados que sean.
Veremos el resurgir de cierto nacionalismo, lo estamos viendo ya en el deporte, las olimpiadas. Y la añeja, rancia, improductiva, quisquillosa izquierda lo tiene difícil con el renacimiento de regionalismos.
Salvo en territorios donde dan lo que piden, por cierto piden mucho y se les da mucho. Trenes, carreteras, aeropuertos, ventajas fiscales. Eso sí es un buen plan.
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